Alinna: Cocina franco-española con elegancia y sin pretensiones
Cuando las cosas se hacen con amor, se nota. Se nota en cada detalle, en cada cucharada. Ese mismo amor llevó al chef Pablo Palomo y a Elizabeth Cruz a crear Alinna, un espacio de cocina española sin pretensiones, donde la técnica se equilibra con la calidez y el servicio impecable.
Distinto a las llamadas “nuevas experiencias culinarias”, Alinna se distingue por su transparencia: desde una iluminación clara que no permite ocultar imperfecciones, hasta un servicio impecable que corrige detalles mínimos, casi invisibles, pero que marcan la diferencia.
Esa fijación en el detalle, guiada por el amor al oficio, se ha convertido en el sello de la casa.
Las bases gastronómicas se apoyan en la cocina vasco-francesa, con un toque de Valladolid, tierra natal del chef Pablo, de donde provienen sus recuerdos, sus técnicas y su respeto por el producto.
Una historia de encuentros
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Alinna es el resultado de una larga historia que une a dos profesionales apasionados por el vino y la hospitalidad.
Pablo Palomo, español originario de Castilla y León, estudió gastronomía desde los 16 años y trabajó en el norte de España antes de llegar a México de la mano del chef Bruno Oteiza.
Dirigió restaurantes como Denominación de Origen, Talo y La Mallorquina Puebla.
Elizabeth, por su parte, estudió Administración de la Hospitalidad en la Universidad Iberoamericana, trabajó en el festival La Ciudad de las Ideas y se certificó como sommelier, con un fuerte interés en los eventos y la experiencia del comensal.
Su historia comenzó en las catas de vino de Talo, donde coincidieron una y otra vez hasta que decidieron trabajar juntos. De esa conexión nació una sociedad que, años más tarde, tomaría forma en su propio proyecto.
De los banquetes multitudinarios al detalle del Petit Comité

Antes de crear su restaurante, trabajaron durante años organizando eventos y banquetes de hasta 400 invitados.
Sin embargo, la búsqueda de calidad sobre cantidad los llevó a repensar su camino.
En plena pandemia, en agosto de 2020, fundaron Alinna, una empresa de experiencias gastronómicas de Petit Comité, con eventos para un máximo de 120 personas.
“Queríamos darle sentido a lo que hacíamos, ofrecer momentos íntimos y memorables”, cuenta Cruz.
Un nombre con alma
El nombre Alinna rinde homenaje a una mujer que los marcó profundamente: una mentora que los apoyó y acompañó en sus primeros pasos.
Además, descubrieron que el nombre tiene raíces celtas y significa “compartir, cuidar y recibir”, valores que hoy definen su filosofía.
Una carta sin artificios

El menú de Alinna resume cinco años de aprendizaje y pruebas. Cada plato fue refinado en eventos, cenas maridaje y talleres antes de llegar a la carta definitiva.
La propuesta une tradición española, técnica francesa y sensibilidad mexicana.
Entre los platillos más representativos están la ensalada de camarón con salmorejo y esferas de aguacate, la reinterpretación de la gilda vasca con boquerones y pan tomate.

Aunque sin duda, quien merece una mención especial son las Escalopas de foie gras al vino dulce, una carne suave y llena de fuerza que te hará volver por más.
“La carta está pensada desde la claridad. No se trata de complicar los platos, sino de hacerlos con amor, con propósito y sin ego”, afirma Cruz.
Además de su carta regular, ofrece Tardes de Vino, Cenas Maridaje y Brunchs especiales, experiencias diseñadas para celebrar el arte de compartir alrededor de la mesa.
El vino y el ritual

El vino es parte del alma de Alinna. Los socios importan ocho etiquetas propias, procedentes de Ribera del Duero y Somontano, que maridan con cada platillo.
La coctelería, por su parte, apuesta por lo natural y ritual, con ingredientes frescos y toques místicos como el Palo Santo.
Entre los favoritos destacan Crush, un rosado de Garnacha, y el Argallo, un cóctel de whisky con jugos naturales y un guiño al mazapán.
Más que un restaurante

En un entorno donde muchas propuestas buscan sorprender desde la extravagancia, Alinna brilla por su honestidad y coherencia.
Es un espacio donde la técnica española se entrelaza con la calidez mexicana, donde cada plato cuenta una historia y cada servicio refleja una filosofía: hacer las cosas con amor, porque cuando se hacen así, se nota.
Con su apertura, Alinna Restaurante busca consolidarse como un nuevo referente en la escena gastronómica capitalina, donde convergen la técnica, la tradición y la emoción.
¿Dónde?
Vermont 29, Colonia Nápoles, Benito Juárez, Ciudad de México, CDMX
Horarios
Martes a sábado, de 8:00 a.m. a 11:00 p.m. | Domingo, de 9:00 a.m. a 6:00 p.m.

