20 preguntas: Woodkid

El francés estrenó “Goliath” en medio de la pandemia. Es músico, artista visual y le fascina cocinar para sus amigos. También le preocupa el medio ambiente y trabajó como buzo de rescate.
01.¿Existe una línea entre Woodkid y Yoann Lemoine?
Yoann es un director audiovisual y Woodkid es un músico; ahí es fácil dibujar una línea. Más allá de eso, es importante mantener un personaje, pues vivimos en una era de sobreexposición. Prefiero pensar en el músico como un actor que crea un mundo alrededor de su música, así que diseñó una fachada de entretenimiento en torno a Woodkid.
02. ¿Cómo surge la idea de “Goliath”, el primer sencillo de tu segundo álbum?
Como parte del disco, puede leerse como un cuento sobre relaciones amorosas. Pero al acompañarlo del video, intenté usar metáforas para hablar de los demonios y monstruos en nuestro interior.
03. ¿Es una postura ante la industrialización?
De forma muy literal, podrías decir que sí, aunque más bien utilizo el mundo industrial como una manera de abordar temas más íntimos. Ni siquiera lo veo como un comentario u opinión. Con mi arte, en general, salen más preguntas que respuestas y “Goliath” sacó esta contradicción mientras compraba las máquinas que usamos en el video. Me sentía al mismo tiempo fascinado y asustado.
04. ¿Crees que la música nos puede dar la fuerza para convertirnos en un “Goliath”?
Definitivamente. La música tiene la habilidad de ser la banda sonora de una vida. Este álbum se acerca más a un thriller de ciencia ficción, pero mantiene un sentido de esperanza que siempre supe quería fuera parte del relato de autodestrucción e inseguridad que se encuentra a lo largo del disco. Esto es lo que le da equilibrio a la producción: una esperanza basada en el apoyo y la confianza de otros; en el buscar ayuda y en el amar a alguien.
05. ¿Cómo ha afectado la cuarentena tu proceso creativo?
Tuve el privilegio de no verme afectado de forma negativa. Sin embargo, sí hubo cambios en la producción, sobre todo con los videos apenas estaban en proceso de producción y tenía planes ambiciosos. Afortunadamente, esto se logró mantener en “Goliath”, pero no con el resto. Con todo, creo que siempre es bueno reinventarse, incluso si eso significa destruir años de trabajo al último minuto.
06.¿Cuáles fueron algunos de los cambios que tuviste que hacer?
Para Pale Yellow, el segundo video, tuve que cambiar la idea original y utilizar una animación en CGI, que era parte de la campaña digital. Me llevé el material de mi estudio a mi casa y trabajé en él durante los dos meses y medio de confinamiento.
07. ¿Cómo conjugas la música con la historia?
Sucede de forma natural. A veces, los visuales aparecen primero y en otras ocasiones es la música; aun- que siempre intento mantener cierta cohesión. Con este nuevo álbum supe desde muy temprano que quería combinar el arte con la industrialización y esa es la temática que recorre todo el disco, tanto ética como visualmente.
08. ¿Dirías que es un proceso de sinestesia?
Muchos artistas dicen tener sinestesia sin un diagnóstico adecuado, cuando se trata de una condición médica que requiere un tratamiento e involucra una alteración cerebral muy seria para quien la padece, así que prefiero no describirlo de esa forma.
09. Has colaborado con Louis Vuitton, el Ballet de Nueva York, e incluso, en el cine bajo la dirección de Sofia Coppola y Jonás Cuáron, ¿cómo se transmite tu música a estos ámbitos?
Si bien son ejercicios diferentes, cada uno puede entenderse como una banda sonora a su manera y, en cada caso, acepto porque se trata de una oportunidad para aprender y trabajar con personas dispuestas a construir algo juntos.
10. De manera opuesta, ¿qué efecto han tenido estas colaboraciones en tu proceso creativo?
Una consecuencia que ha permeado mucho surgió a partir de la colaboración con Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton, pues él utiliza “pizarras de ambiente”, en las cuales plasma el tipo de mundo que busca crear en cada desfile. Yo intento hacer una paráfrasis de eso en la música. El resultado son estas conexiones y choques que generan sorpresas en sonidos y visuales que no pensaría van juntos, pero, al contraponerse, funcionan.
11. También eres diseñador gráfico, ¿el arte está en tus venas?
La verdad es que me tomó mucho tiempo aceptar la palabra “artista” porque siempre me pareció que contenía pretensión y autocomplacencia. No fue hasta que empecé a reflexionar y reinterpretar al artista como alguien que tiene una forma muy particular de ver el mundo —que no es mejor, ni peor; solo es— cuando me identifiqué como tal.
12. ¿Con tantas formas de expresarte, hay alguna que aún no conozcamos?
Me encanta cocinar y organizar grandes cenas para las personas que quiero. Mi especialidad es la pasta y sé hacer ravioles desde cero. Además, antes solía ser buzo de rescate.
13. Supongo que había algo de estos otros mundos que ahora intentas construir
¡Claro! El mar es un referente constante en mi trabajo y lo menciono mucho. Es triste porque, cuando eres consciente sobre el medio ambiente y practicas este tipo de actividades, puedes ver cómo los ecosistemas desaparecen por nuestras acciones.
14. ¿Promueves la discusión en torno al cambio climático?
Nunca lo suficiente. Creo que hay algo de eso en Goliath y todo este álbum, por supuesto, pero también quiero predicar con el ejemplo: en mi mercancía busco ser lo más sustentable posible e igualmente dono un porcentaje de los ingresos de mi tour a esta causa. Pero nunca es suficiente y tampoco busco aleccionar a otros, cuando yo todavía tengo mucho que trabajar para ser un mejor ser humano.
15. Tu música se caracteriza por este sonido futurista que parece de otro mundo, ¿cómo desarrollas cada proyecto?
No hay reglas. Es un proceso muy fragmentado y cada canción tiene su propio desarrollo que nunca es exactamente igual. Es difícil deconstruirlo porque lo veo como un parchado de sonidos, ideas y ambientes.
16. ¿Descubres cosas nuevas cuando regresas a una canción tuya después de muchos años?
No suelo escuchar mucho de mi propia música porque son piezas en las que trabajé por un largo periodo de tiempo y nunca las escucho por primera vez. Creo que un artista nunca puede juzgar sus propias producciones; se puede estar contento, satisfecho o quizá decepcionado, pero eso no es tanto juicio al producto, sino a uno mismo.
17. Si bien, destacas por tu eclecticismo, ¿hay un género que defina tu música?
Es difícil porque lo que busco en cada proyecto es encontrar nuevos sonidos que no son tan populares o plásticos. Al final todo recae en si se puede hacer o no un cover de la canción, porque yo siempre digo que una buena canción es aquella que no puede ser replicada. Más que un género, creo que mi música tiene un matiz satelital.
18. Tu música también ha sido utilizada en videojuegos, ¿tienes algún favorito?
¡Muchos! —risas— Últimamente, he estado muy clavado con Horizon, Red Dead Redemption y The Last of Us. Son un gran entretenimiento para mí, siento que rejuvenecen a quien los juega.
19. ¿Qué bebida recomendarías para acompañar tu música?
Preferiría que lo escucharan sobrios, al menos la primera vez —risas— pero, si fuera necesario, sugeriría un old fashioned.
20. ¿Qué es lo que sigue para Woodkid?
De forma más inmediata, sería un live, en el cual ya estoy trabajando y espero llegue pronto. Me emociona pensar en lo que podremos hacer con las luces, los visuales y la voz a través de este formato.