Comparte
Compartir
Suscríbete al NEWSLETTER

El Hell de un hombre es el Heaven de otro

Por: Arturo Flores 06 Jun 2018
El vocalista de Ágora, Eduardo Contreras, lo dijo el viernes desde el escenario Heaven del Festival: “Me siento como su […]
El Hell de un hombre es el Heaven de otro

El vocalista de Ágora, Eduardo Contreras, lo dijo el viernes desde el escenario Heaven del Festival: “Me siento como su estuviéramos en 1985. No mames con este cartel: Deep Purple, Judas Priest, Ozzy Osbourne…”.

 

El Hell de un hombre es el Heaven de otro 0

 

No era el único que durante dos días se transportó al mismo año en que Marty McFly quiso cambiar la historia. Esta vez no fue un DeLorean y un rayo los que permitieron el viaje en el tiempo. Fue culpa de la guitarra eléctrica, del bajo, de la batería, las voces (guturales o en falsete) y en algunos casos, de los teclados. La formación clásica de las bandas de metal.

Y así, montados en un relámpago, como bautizó Metallica a uno de sus álbumes más emblemáticos, lanzado un año antes de 1985, alzamos la mano derecha en forma de cuernos. Como Dio, que hoy está sentado a la derecha del Diablo, nos enseñó. Los que aún tienen caballera la sacudieron a la usanza de los molinos de viento.

A quien la barriga cervecera, las rodillas resentidas y la tos de fumador aún se lo permitían, hasta se aventuró a zambullirse en el slam.

Viernes de humo en el agua

Sólo el calor del tiempo es capaz de derretir el metal. Por eso emociona que los integrantes de Deep Purple se mantuvieron de pie, que ejecutaran con precisión, que en vez del retiro se afanaran en pelear la batalla que representa y que compartimos, de levantarse todos los días de la cama. Ahí estuvieron Ian Gillan y Steve Morse de pie, derramando sabiduría en cada canción. Ante una audiencia que soportó estoica el frío y la lluvia de un viernes que hizo hasta lo imposible por aguarnos la fiesta. Los Purple le sacaron, nunca mejor dicho, humo a los amplificadores en medio del agua.

Este video te puede interesar

 

El Hell de un hombre es el Heaven de otro 1

 

Los festivales de música se han convertido en una triste metáfora de la modernidad. Donde los que más tienen, más valen. Una pulsera dorada sirve como distintivo para acceder a un baño más limpio, una cerveza más fría, una silla donde reposar los cansancios y hasta una mejor visibilidad de las piruetas artísticas que Christoph Lindemann, de los alemanes de Kadavar, realizaba sobre el mástil de la guitarra.

Es por ello que los desposeídos del Hell and Heaven se conforman con escuchar desde las repetidoras y apreciar a los músicos en las pantallas gigantes. Están ahí, pero al mismo tiempo no. Presos de una paradoja espacio-temporal determinada por sus tarjetas de crédito. El Hell de un hombre puede ser el Heaven de otro.

Por eso, igual que en el mundo exterior a la curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, existen dos escenarios un poco más democráticos: el True y el Alternative. De las bandas para la banda.

Los chicos digitales del Siglo XXI

El viernes llovió y las nubes no se vaciaron. Pero eso no hizo naufragar los deseos por admirar a Bad Religion en el Alternative, polizones punks de esta embarcación metalera. Los californianos repasaron un exquisito inventario de composiciones de menos de dos minutos y medio. Desde la popular American Jesus hasta 21st Century Digital Boy, que resume en su estribillo esta forma millennial que hasta algunos no millennials tenemos de disfrutar los conciertos, con el celular en todo lo alto: “soy un chico digital del Siglo XXI, no tengo idea de cómo vivir, pero estoy lleno de juguetitos”.

 

El Hell de un hombre es el Heaven de otro 2

 

Del primer día puede uno llevarse una camiseta como recuerdo o un montón de postales. El primer guitarrazo de Scorpions cuando cerró el escenario Hell, Moonspell interpretando Alma Mater como una feroz declaración de principios o los mexicanos de The Wicked Ones, ganadores del concurso Road to Hell and Heaven, empapados bajo el aguacero, tocando delante de un público reducido pero pétreo, a quienes sorprendido, el cantante dijo: “Ahorita está tocando Deep Purple y ustedes están aquí. Eso no tiene madre”.

En el Infierno que era aquella precipitación pluvial, algunos encontraron su Paraíso.

El evangelio según Judas

Una vez ahogado el niño, el pozo quieren tapar, dice la sabiduría popular. El sábado mucho más personas, empezando porque fue sold out, traíamos impermeables. Pero la Ley de Murphy, que es tan contundente como la gravedad, quiso que se quedaran guardados. Ni las capitas negras que los ambulantes ofrecían por 20 pesos afuera del Metro Puebla, genios del marketing de banqueta, sirvieron más que para estorbar.

El único diluvio que nos cayó encima fue el de la nostalgia.

 

El Hell de un hombre es el Heaven de otro 3

 

El del respeto que generó una leyenda como Judas Priest, haciéndose sonar por encima del martillo de Dios. Rob Halford, conocedor de su propia leyenda, administró su aliento para llegar a cada nota, para rompernos los tímpanos con la agudísima Pain killer y cuando no le tocaba cantar, se echaba para atrás como el tigre británico que es, para que sean los músicos quienes se lucieran con sus sólidas escalas.

Manson is deader than death

Antes de ellos, Dave Mustaine y Dave Ellefson salieron decididamente a matar. Quizá inspirados por la penosa actuación de Marilyn Manson, que estuvo justo antes en el Heaven Stage (y que tanto la pésima ecualización como su propio y pobre desempeño escénico, su pésima condición física, su visible sofocamiento y hasta equivocarse en un par de ocasiones entre la canción que presentó y la que acabó por “cantar”), los californianos se crecieron. Desde Hangar 18, con la que abrieron, no desperdiciaron tiempo. La descarga incesable de hits, Tornado of souls, Take no prisioners, In my darkest hour, se extendió por casi una hora.

 

 

El Hell de un hombre es el Heaven de otro 4

 

Manson sin duda había despertado gran interés. De su espigado cuerpo, el que lució desnudo en el video de Long Hard Road Out Of Hell en un 1997 parece ubicarse a mil años luz, no queda ni el recuerdo. Mucho menos de su agilidad, de los gritos que exhalaba como si una arpía lo desollara vivo. El Reverendo de la Iglesia de Satán, envestido por el Papa Negro Anton Szandor LaVey, nos hizo evocar una de las frases más célebres del autor de La Biblia Satánica: “Es una pena que la estupidez no duela”.

El único shock que provocó el sábado fue el de saberlo transformado la caricatura de sí mismo.

En el escenario Alternative, Jack Black y Kyle Gass se enfrentaron al Diablo en un duelo de rock. Tenacious D arrastró a centenas de fans de una de las películas de culto entre los headbangers, Pick of destiny, para escuchar en vivo algunos fragmentos del musical cinematográfico estrenado en 2006.

Kickapoo, Dude (I Totally Miss You) y The Metal arrancaron lo mismo carcajadas que aplausos. Pero sobre todo Beelzeboss fue coreada mil gargantas, con la imagen mental de Jack enfrentando a un Satanás que en la película fue interpretado por Dave Grohl, con tal de preservar la virginidad anal de Gass.

Pero el momento más celebrado fue cuando en español, Black dijo que “Donald Trump es un estúpido y un tipo muy peligroso, pero nosotros sí amamos a México”.

Sabbathazo

Cuenta en su libro Confieso que he bebido que cuando renunció a su trabajo como obrero, John Michael Osbourne colocó un anuncio en una tienda de discos de Birmingham que decía: “OZZY ZIG NEEDS GIG” (Ozzy necesita un toquín, sería en español). Con grandes letras capitulares.

 

El Hell de un hombre es el Heaven de otro 5

 

Así obtuvo el puesto de cantante de Black Sabbath.

Varios discos con el grupo y algunos como solista después, la del sábado pudo ser su última actuación en México. El Príncipe de las Tinieblas se marchará paulatinamente de los escenarios. Pese a sus tropiezos artísticos, sus reality shows y sus consabidos excesos, aún canta con dignidad. Y luego de un festival que puede interpretarse como dos días de intenso teloneo para rendir homenaje a la persona que directa o indirectamente pudo haber influido a todos los metaleros, se escucharon canciones como Bark at the moon, Suicide solution o la versión propia (e innecesaria, pienso) de War pigs, de Sabbath.

A sus casi 70, el hombre que una vez mordió un murciélago y se orinó en El Álamo, aún mantiene la vitalidad necesaria para estremecernos. Para presentarse como espectro al funeral de cuerpo presente de sus días on the road.

Le ayuda mucho Zakk Wylde, su incondicional guitarrista, a quien le brota la admiración por su Jefe en cada nota.

La jornada fue agotadora. La lluvia del viernes, tenaz. El sonido, por momentos sublime y en otros, infame. Pero el cartel, con todo y sus cancelaciones (No olvidamos el desaire de Watain), la cerveza tibia, la insuficiente merchandising (que casi se anota su propio soldout) y la atmósfera, nos obligaron a viajar en el tiempo.

A 1985, por ejemplo.

 

 

Foto perfil de Arturo Flores
Arturo Flores arturo.flores
Descarga GRATIS Calendario Revive el Poder 2024
Calendario
Descarga AQUÍ nuestro especial CALENDARIO REVIVE EL PODER 2024.
Suscríbete al Newsletter
¡SUSCRÍBETE!