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ENTREVISTA: CARLOS BALLARTA

Por: Jafet Gallardo 20 Ene 2020
Inspirado en su músico favorito, Kurt Cobain, el comediante sube al escenario a derramar ríos de humor negro amparado por […]
ENTREVISTA: CARLOS BALLARTA

Inspirado en su músico favorito, Kurt Cobain, el comediante sube al escenario a derramar ríos de humor negro amparado por su lacia melena, sus lentes oscuros y un tono pausado para hablar. Aquí nos cuenta las secuelas que le dejó una adolescencia llena de bullying y una fascinación por los cuentos de Horacio Quiroga.

 

 

 

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Fotografías de Alonso Quijano

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El stand up comedy está de moda en México. Las actuaciones de Franco Escamilla en la Arena Ciudad de México, ante 20 mil personas, y Sofía Niño de Rivera en el Auditorio Nacional, para 10 mil, ponen de manifiesto que nuestro país quiere reír.

 

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Además, muchos comediantes mexicanos, jóvenes y con estilos particulares para escribir, poco a poco se han convertido en personajes de culto. Uno de ellos es Carlos Ballarta, quien luego del estreno de su especial en Netflix,El amor es de putos, y llenar la Carpa Astros de la CDMX y el Teatro Galerías, se consolidó como uno de los exponentes más populares del género.

 

En esta conversación hablamos de su adolescencia como víctima del bullying, la dificultad de escribir chistes políticamente incorrectos, su pasión por la lectura de Horacio Quiroga y su admiración por Kurt Cobain. También nos dijo qué cara puso su tatuador cuando le describió la frase que imprimiría en su piel.

PB: ¿Qué se siente estar de moda cuando tienes todas las características físicas para no serlo, en un país tan discriminatorio?
B: Muy raro, hasta me siento medio traicionado por y a mí mismo. Antes de hacer este pedo, jamás me pasó que una morrita se me acercara a decirme que estaba muy guapo.

 

PB: ¿El escenario alteró la percepción de tu persona?
B: Cualquier persona que hace música, actúa o hace comedia, se vuelve vulnerable sobre el escenario, porque te expone como realmente eres, la gente lo percibe y te conoce un poco más de lo que te conocería si sólo te viera en un bar. Quien termina haciendo a las figuras en el rock o en la comedia es la gente. Son las personas quienes inventan una versión de ti que no es la real. Eso me genera sentimientos encontrados, porque no estoy acostumbrado a que me acepten.

 

PB: Ahora que eres famoso, ¿ya te dejan entrar adonde antes no te permitían?
B: No, todavía no. Hay veces que se ponen rejegos en los antros. O gente que se cambia de banqueta. Todavía sucede.

 

PB: ¿No te parece paradójico que a los millennials les guste tanto el stand up comedy, que es tan básico en el sentido de tratarse de escribir y hablar, cuando a ellos les fascina la tecnología?

B: Es que la gente no lo percibe así, porque nos ve en YouTube. Les gusta el stand up porque es inmediato, le picas el botón y listo. No se ponen a pensar en todo lo que hay detrás. Si el stand up se hubiera quedado en bares, si no hubiera llegado a YouTube, no les interesaría a los chavos.

 

ENTREVISTA: CARLOS BALLARTA 1

Fotografías de Alonso Quijano

 

 

PB: Tu colega Kike Vázquez dice que por cada cinco minutos de rutina efectiva hay muchas horas de trabajo detrás, ¿hoy qué tanto te puedes dar el tiempo de escribir?

B: Es importante ejercitar el músculo del cerebro, porque no es lo mismo que estar de pinche chistosito las 24 horas del día. Cuando acabé mi show anterior, en octubre, no hice otra cosa hasta febrero del siguiente año que escribir. Sentía que sólo tenía diez minutos buenos de rutina, ¡era muy frustrante! Cuando por fin me subí a probar un día en el Woko, funcionó relativamente bien. El chiste es tener bien identificado cuándo me toca escribir y cuándo subir al escenario. Así no te quedas estancado.

 

PB: Una vez, un boxeador famoso dijo en una entrevista que había borrachos que lo enfrentaban en un bar diciéndole: “A ver si tan machito, a ver si a mí me partes la madre”, pero él les respondía: “¿Ah, sí? Pues si primero me pagas lo que cobro por subirme al ring, con mucho gusto”. ¿No te dan ganas de responder así a los que te piden que cuentes un chiste cuando no te encuentras en horario laboral?

B: No me ha pasado algo así, lo que me pasa es que la banda se pone medio pesada. Me dicen: “¿Qué pedo, pinche Ballarta puto?”. Y yo así: “¡No mames, aguanta, que yo no voy a tu chamba a insultarte”, y la gente se enoja y me dice: “¿Pues no que eres comediante? Tienes que aguantarte”. No saben diferenciar. No se ponen a pensar que uno es una persona y no tiene la obligación de estar de chistoso 24/7.

 

PB: Kurt Cobain, de quien eres tan fan y a quien rindes homenaje con tu cabello largo y tus lentes, se pegó un tiro; de acuerdo con su carta suicida, porque ya no le emocionada subirse al escenario. ¿Alguna vez te podría pasar lo mismo?

B: ¿Que las risas ya no me llenen? Puede ser. Hace un momento venía platicando con Jonás —Fierro, su manager— de que me caga que me cague todo, todo el tiempo. Veo a mis amigos, a Jonás, Coco Celis y Fran Hevia. Es banda que se la pasa chido bajo el escenario. Estamos tomando cervezas, ellos sacan chistes y se la pasan padre, y cuando llega alguien nuevo les cae muy bien. Porque están bien como personas. A mí me molesta estar malhumorado todo el tiempo, porque no me la paso bien. Pero al mismo tiempo, el que me caguen tantas cosas me permite analizarlas a profundidad y convertirlas en chistes que a la gente le divierten. Estoy en una disyuntiva estúpida, “¿Qué tal si me deja de cagar el mundo?”.“¿Dejaré de funcionar en el escenario?”. Porque estar malhumorado afecta a las personas que están cerca de mí. Me da miedo que me llegue a amargar más, pero me reconforta saber que de eso puede salir una mejor comedia. “¿Podré hacer comedia si soy feliz?”, este tipo de preguntas me hago.

 

PB: En la historia de la comedia hay nombres de grandes neuróticos y amargados. Al final, Ricardo Garibay decía que la vida es la escuela del dolor. ¿No es del dolor de donde proviene tu comedia?

B: Sí, pero eso afecta mi vida personal. Hay gente a la que quiero un chingo que hace cosas que me emputan. Pero hay una voz en el fondo que me dice: “No hay pedo, si te enojas, van a salir cosas chidas en tu comedia”.

 

PB: ¿La gente espera entonces que los comediantes sean buenas personas?
B: Sí, la gente quiere que seas un cábula todo el tiempo. Como haces reír como trabajo, desean que seas el más afectivo con los desconocidos.

 

PB: Hace poco Rubén Albarrán de Café Tacvba, dijo que el rock está muerto. ¿Te parece más disruptivo que tu cuenta de twitter sea @ballartaesputo y obligues a un empresario a tener que ponerlo en un cartelón?

B: Cuando abrí mi cuenta no quería poner mi nombre como tal. Entonces vi que Ricardo O’Farril era @Richiesgenial, y yo quería algo así, pero no en positivo. Fue con toda la intención de darme en la madre. Dije: “¿Hasta dónde puedes llegar con este calificativo que tú mismo te pusiste?Hasta el final”. Ojo, no debería ser un obstáculo profesional, pero lo es, porque hay quienes se espantan. Mi show se llamaba El amor es de putos, y no sé si fue o no contestatario, pero fue honesto. Un chingo de veces me dijeron que lo cambiara, desde amigos comediantes hasta marcas, pero me valió, porque se trataba de ser congruente. Hasta me tatué en el brazo “Puto el que lo lea”.

 

PB: ¿Qué cara puso el tatuador cuando le dijiste lo que querías?
B: Es fan de lo que hago. Un día me escribió a mi Instagram y me dijo: “Te quiero regalar un tatuaje”. Cuando le dije lo que quería, se cagó de risa. Se llama Chris Arroyo. Casualmente, él se había puesto un objetivo: el día que alguien de verdad se tatuara la frase “Puto el que lo lea”, le iba a regalar el tatuaje. Así que con mi petición logró matar dos pájaros de un tiro.

 

PB: Ayer, 17 de mayo (la entrevista se realizó el 18 de aquel mes), fue el Día Internacional contra la homofobia, y al mismo tiempo existe una gran controversia acerca del grito que se hace en las tribunas. Precisamente por esa palabra que tanta incomodidad genera.

B: Es una palabra que todos usamos. A veces significa cobarde, ligada al estereotipo de lo que muchos pensaban que es un homosexual, y que no es verdad. Pero el significado se ha ampliado, también se lo puedes decir a un amigo. Creo que es muy similar a nigga en Estados Unidos, carga mucha incorrección política y parece que sólo los negros pueden utilizarla. No sé, yo pienso que ahí está el lenguaje para que lo usemos. Y está mal que lo hagamos con odio o discriminación, pero yo no lo hago en ese sentido. Recuerdo que en la película de Matrix, Neo aparece hablando con un programa, y el programa dice: “Amo a mi hija”. Y él le cuestiona que ame a su hija, argumenta que eso no es posible, pero el programa le responde: “El amor es sólo una palabra, ¿por qué no?”.

 

PB: Octavio Paz tuvo que escribir El Laberinto de la Soledad para explicarnos por qué decimos “La Chingada”. ¿Delante de qué escritor te hubiera gustado hacer stand up?

B: De Horacio Quiroga. No hubiera hecho stand up delante de él, porque me sentiría muy pendejo, pero sí habríamos platicado. Me gusta mucho cómo usó el lenguaje para contar historias de terror, aparentemente muy sencillas. Hay un cuento suyo que se llama ‘El hombre muerto’, de un tipo al que se le encaja un machete. Me da escalofríos la forma en que narra su muerte. Hay otro escritor, un colombiano que se llama Mauricio Linares, y me late platicar mucho con él. Tiene muchas cosas que contar. También es un alma torturada.

 

PB: Hubiera sido un logro hacer reír a un tipo como Quiroga, tan apesadumbrado por la muerte de sus seres queridos.

B: Creo que tiene mucho valor hacer reír a alguien a quien le rodea el dolor. A mí me encanta cuando un colega comediante me hace reír; o cuando, al término de un show, una persona me dice que estaba deprimida y yo la animé. Una vez, alguien me escribió para contarme que había tenido un aborto, pero que durante su recuperación un familiar le puso mis videos y eso la hizo empezar a reír otra vez. Es maravilloso quitarle la tristeza a una persona.

 

PB: En tu rutina haces un chiste que menciona la palabra cáncer, y aunque es un tema muy delicado, provoca risa.
B: Ese chiste se me ocurrió mientras me bañaba con mi chava, porque me le quedé viendo al jabón. La gente cree que soy ojete, pero no. Simplemente a veces se me ocurren cosas, las noto y checo si funcionan. Por eso digo que la risa es como el amor. Así como no decides de quién te enamorarás, tampoco decides qué es lo que te dará risa. Te ríes y ya. No puedes culpar a tu cuerpo por reaccionar de forma natural.

 

PB: Además de stand up comedy, haces doblaje de voz. ¿Fue el doblaje el desfogue para alguien que se sentía rechazado?
B: Siempre me he sentido más a gusto detrás de una cámara. Quizá porque quise estudiar cine. De hecho, intenté entrar el CUEC, al CCC o a la carrera de Comunicación a la UNAM, pero hice los tres exámenes y de todos me rechazaron. Llevaba cinco años encerrado en mi casa sin hacer nada, pero ya no quería estar de holgazán. Por eso estudié doblaje. Me gustaba mucho, y lo mejor es que no me tenían que ver la cara. Hoy en día por eso uso mis lentes, para que no me vean a la cara. Me incomoda mucho.

 

PB: Tú fuiste muy bulleado en la escuela. ¿La cicatriz en el cuello es por defenderte?
B: No, es que me mordió mi perro. La verdad nunca me defendí, siempre fui muy pendejo. Fue una de las razones por las que me salí de la prepa. Hasta la fecha, tengo muchas broncas de aceptación por el bullying. No me gusta que la gente meta sus manos en mi bolsa, porque los güeyes que me molestaban lo hacían, y hasta la fecha me genera una sensación horrible. También odio que se burlen de mí a mis espaldas y yo sospecharlo, porque esos güeyes lo hacían. Me genera ansiedad. Por eso cuando empecé a hacer comedia y me aconsejaban: “Quítate la greña de la cara, habla bien y cambia tu twitter”, me rehusé a hacerlo. A lo mejor hay un morro allá afuera que está pasando lo mismo que yo pasé, y quiero sepa que sin cambiar su manera de ser puede lograr algo chingón en la vida. A mí me hubiera gustado tener ese modelo.

 

PB: Parte de tu público son lo que ubicamos como “niños bien”. ¿Te divierte hacerlos reír?
B: No lo pienso, pero es chido que se ría quien sea. Aunque creo que mi público no es tan así. Bueno, algunos sí y se agradece que sea gente más abierta a ver cosas nuevas.

 

PB: Asumo, y puedo equivocarme, que muchos de ellos nunca se han subido al Metro, pero se ríen de tus chistes del Metro.
B: Sí. Justo quería eso cuando empecé. Creo que ya sería un complejo decir: “No me siento cómodo entre tanto güero”. Y la neta es que no, no me incomoda.

 

PB: Jodorowsky realizaría una película con The Beatles, pero George Harrison se rehusó a que su ano apareciera en primer plano en una escena y el director desechó la idea, porque dijo que los actores no deberían tener pudor ni autocensura. ¿Qué tan lejos estás dispuesto tú a llegar por la comedia?

B: No tengo autocensura ni pudor. Nunca analizo si lo que diré es bueno o malo. El 20 % de los chistes que digo los escribo sentado, los pienso. El resto son sólo cosas cagadas que se me ocurren y las anoto. Es un proceso muy orgánico. No debería existir filtro en la comedia. Si al 90 % de las personas les da risa, va.

 

PB: O sea, un chiste es como un gladiador de la antigua Roma, el público decide si vive o no.
B: Sí, así es.

 

PB: Te gusta mucho leer, ¿te gustaría escribir libros?

B: Escribí una colección de 12 cuentos. Me gustaría publicarlos algún día, pero más adelante. Ahorita siento demasiada presión de la comedia en la cabeza. Tal vez en un tiempo dejaré la comedia todo un año para concentrarme en otros proyectos, como mi libro.

 

PB: La gente esperaría que tus cuentos den risa.

B: Sí… por eso quisiera publicarlos con otro nombre.

 

PB: ¿Por qué el stand up comedy mexicano tiene tantos haters?
B: Porque la mayoría de ellos no ha ido a un show ni ha visto completo un video de diez minutos. Han visto tres minutos si acaso, no les gustó y ya son muy críticos. Pero los entiendo, yo también lo hice. Existe un rechazo natural a los mexicanos haciendo algo que viene del extranjero. La primera vez que me invitaron a un show de stand up yo también dije: “¡No mames!, ¿qué es esa mamada!?”. Puede estar medio bien, pero si algo es mexicano siempre nos acercamos con escepticismo.

PB: ¿Qué piensas de ti mismo cuando ves videos de tus primeros shows?
B: Me da penita, pero se siente chido pensar que hace cinco años estaba valiendo verga en casa de mi jefa sin tener un peso en la bolsa, y que ahora hago algo chido sin cambiar la esencia de lo que soy.

 

 

ENTREVISTA: CARLOS BALLARTA 2

Por Arturo Flores

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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