2 x 1: La cámara borracha

Un desconocido comienza a acechar, cámara en mano, a un sencillo hombre de los suburbios. El tipo poco a poco comenzará a introducirse en su vida al grado de destruirle su tranquila existencia. Esa es, a grandes rasgos, la trama de la película Acosados (388 Arletta Avenue) que por medio del recurso de foundfottage (pietaje encontrado) intenta darle un giro a las películas de suspenso. Randall Cole, su director, aseguró en entrevistas que la trama se le ocurrió cuando hace algún tiempo sufrió la intromisión de un extraño en su casa y en su auto. Incluso encontró un disco en el reproductor de su camioneta con música que ni su esposa ni él escuchaban, escena que es recreada en la película.

 

Desde hace algún tiempo Canadá ha aportado a la cinematografía mundial algunos clásicos que para el gran público pasan como películas producidas en Estados Unidos. Porky’s, es una de ellas, al igual que Videodrome o Crash, o más recientemente Splice, experimento mortal. Uno de los personajes detrás de éxitos canadienses como Gingersnaps o The cube, es sin duda el productor Steven Hoban, que es de los más grandes entusiastas del cine de género en su país. Acosados cuenta con su trabajo, sin embargo no se nota.

Acosados pretende utilizar los recursos de los falsos documentales (llamados también mockumentaries) para contar una historia de suspenso, “a lo Hitchcock”, dice su director. A partir de cámaras HD y web cams dispuestas en la casa del protagonista nos vamos enterando como el psicópata acosador comienza a monitorear la intimidad de una joven pareja para desesperar y llevar al paroxismo al esposo, interpretado por el poco talentoso Nick Stahl.

 

La película arranca bien, con todas las dificultades que conlleva visionar una cinta que tiene muchas tomas fijas, ángulos poco agradables, tomas lejanas y largas secuencias de cámara en mano. Lo que más cuesta es simpatizar con el personaje principal que de improviso se torna como un verdadero idiota.

 

Poco antes de la mitad la película se vuelve tediosa y ni algunos giros dentro de la trama la salvan. Más cuando la historia se vuelve muy parecida a ese otro thriller recientemente estrenado, ATM, el cajero del terror.

El subgénero de los foundfootage (o cámara borracha como le dice Rogelio Camarillo) ha tenido una gran aceptación dentro de la industria gracias al poco presupuesto que se necesita para filmarlas y a que es corriente la utilización de actores naturales o poco conocidos, lo cual le da verosimilitud a las historias. Si bien es cierto que hay mucha basura destacan algunas películas por su factura.

 

Una de ellas es el éxito español REC, que de inmediato desató una oleada de fans por toda Europa y que provocó que se hiciera su remake norteamericano en poco tiempo. Otra es esa rareza del 98, accesible en descargas y algunos sitios de renta de video, que se llama Alien Abduction. Supuesto documental que narra el acoso extraterrestre que sufre una familia rural norteamericana y que provocó verdaderas oleadas de creyentes que no sabían que era ficción. Y Cloverfield, ese garbanzo de a libra producido e ideado por el niño genio de Hollywood, J. J. Abrams, donde se cuenta la llegada de un monstruo gigante a Nueva York.