En México, 8 de cada 10 hombres, y 7 de cada 10 mujeres, según un estudio, han enviado nudes y es una práctica más frecuente en menores de 30 años.
1.Las nudes dependen del contexto. Es decir, cómo se dio, qué me dijo y cómo fue el filtreo. La tecnología es esa herramienta para alimentar la sexualidad e ir ganando terreno en la realidad. Para algunas personas resulta complicado atreverse frente a frente.
2.Es mejor enviarlas poco a poco. No envíes imágenes que no te pidieron, porque por lo general ocurre el efecto contrario.
3.¡Ojo! Cuando las mujeres reciben nudes que no pidieron, sólo una de cada diez dice “qué sexy”. Asegúrate de que exista un cachondeo previo, tal vez comenzando con mensajes escritos.
4.Mientras las mujeres tienden a mandar nudes de piernas, escotes y hombros, ustedes sólo mandan penes. Esto denota muy poca imaginación para seducir. Deja algo a la imaginación, ¡se trata de alimentar una fantasía!
5.La presión no es sexy. Si ya no te quieren enviar más nudes, no insistas. Mejor pasa a la insinuación, tipo “me gustaría verte…”. Se trata de lanzar anzuelos. Una precaución importante es no enviar imágenes de rostros, o en la se vean cicatrices o tatuajes por las que se pueda reconocer a la persona.
6.Los pocos estudios que existen sobre las nudes demuestran que cuando se trata de relaciones de pareja estables, quienes se envían nudes y mensajes eróticos son quienes más satisfacción sexual reportan.
7.Tomarnos una foto en la que nos sentimos sexy nos da control sobre lo que queremos enseñar y cómo mostrarlo. Eso nos sube la autoestima y es excitante. Porque te observas, autoexploras, y mejoras tu relación con tu cuerpo. Un componente del erotismo es la mirada propia. ¿Cómo me erotizo yo y cómo se lo permito a la otra persona?
Paulina Millán Álvarez es Directora de Investigación del Instituto Mexicano de Sexología (IMESEX).
www.imesex.edu.mx (@sexpaumillan)