Kim Shantal: ¡Doble o nada!

Kim Shantal regresa a la portada de Playboy con una energía renovada, más segura de sí misma y decidida a mostrar todas las facetas que la definen. Influencer, bailarina, creadora de contenido y ahora artista musical, Kim se abre con honestidad sobre sus transformaciones personales, sus inseguridades, y el poder de reinventarse en un mundo que no siempre está dispuesto a creerle. En esta entrevista íntima, nos comparte su evolución, sus nuevos proyectos y su visión sobre la sensualidad, la música y el juicio social. Más que una figura viral, Kim se revela como una mujer que ha aprendido a abrazar su autenticidad sin pedir permiso.

¿Cómo estás, Kim?

¡Hola! Me siento muy emocionada por ser nuevamente portada de Playboy. Creo que las primeras veces son buenas, pero las segundas son increíbles, porque ya tienes más experiencia. He cambiado mucho desde la última vez que hicimos la revista.

¿En qué sientes que has cambiado?

Ya no queda nada de la persona que fui en aquella época. He trabajado muchísimo en mi cuerpo y me siento en otra etapa de mi vida, una que estoy muy feliz de compartir con ustedes.

Y además de eso, supongo que tu incursión en la música electrónica te tiene muy entusiasmada.

Bueno, ha sido algo caótico. Por mi trabajo, llevo casi tres o cuatro años planeando este lanzamiento. Tomé clases con maestros y he aprendido de los mejores de la ciudad. Pronto conocerán sus nombres, porque haré muy buenas colaboraciones con ellos. Me tardé porque no me sentía preparada al cien por ciento. La música ha sido un tema personal de inseguridad para mí, porque la gente se ha burlado mucho de mi voz.

El tema de “Cuatro abrazos y un café” se volvió un trend, un meme, incluso motivo de burla…

Sí, pero en lugar de caerme, dije: “No quiero caer en las burlas”. Estoy tomándolo de la mejor manera. No lo hago para callar bocas, sino para sentirme personalmente realizada. Lo que estoy creando es totalmente creíble, algo que tiene congruencia con mi mundo.

¿Con qué géneros estás experimentando?

Actualmente estoy tocando afro house, que es un estilo que me encanta. Creo que no ha existido un sonido como el que estoy haciendo, muy mexicano por así decirlo. Hablo de cosas que me apasionan. Soy una persona sumamente sensual y sexual, así que todas las letras de mis canciones van por ahí. Te van a llevar a otro mundo mientras las vas conociendo.

¿Te costó trabajo tomar esta decisión?

Muchísimo. Cambiar de estilo es difícil porque la gente a veces no te cree o te pone una vara muy alta. Una tiene que trabajar para convencer, para que te escuchen y te den una oportunidad. Pero te juro que estoy feliz. Mis amigos, mi pareja y la gente que me rodea me dicen: “Te la compro, tú eres eso, me gusta y quiero escucharlo”. Me siento muy realizada.

¿Qué ha significado la música en tu vida? ¿Qué canciones te están acompañando?

La música lo es todo para mí. Bailo desde los seis años. Soy bailarina. No sé si profesional, pero he trabajado por ello. Por eso me convertí en creadora de contenido: trabajaba como bailarina en uno de los antros de Tijuana. No vayan a pensar que era bailarina nocturna (risas), que no tiene nada de malo, pero yo hacía gogó, performance y ese tipo de cosas.

Nunca creí ser cantante, porque de hecho no lo soy. Lo intenté durante un tiempo; dije: “Ok, vamos a sacar una que otra canción por chiste”. Temas como Papi funcionaron muy bien gracias al autotune. Pero hoy creo que no necesitas ser cantante para relacionarte con la música. Hay tantos productores buenos en México que hay que aprovecharlos. También hay mucho talento mexicano en la música house, y espero ser parte de esa escena.

Recomiéndame una canción para “el delicioso”.

¡Oh… tengo muchas! Te recomiendo mi música, porque está buena para hacer el delicioso. Hay una que se llama Dos más uno y, ¿adivina de qué habla? ¡Pues de un trío!

¿Y alguna vez has hecho algo así fuera de la música?

Hago reality shows. Crecí en MTV. Dime qué no he hecho, pero que ya lo sabe la gente. La gente conoce toda mi vida y lo que fui en mi etapa de loquera.

Y hablando de reality shows, ¿es difícil estar todo el tiempo en el ojo del huracán? ¿Haces detox digital?

Es difícil. De hecho, el único detox que he tenido es cuando me meto a un reality, porque no tengo teléfono conmigo, aunque estoy grabada las 24 horas, los siete días de la semana. Totalmente despegada del mundo digital no puedo estar. He aprendido a sobrellevar las críticas hacia mi persona, porque cuando te dedicas al contenido para adultos, erótico o sensual, definitivamente eres como apestada para la sociedad.

¿Te sientes juzgada y excluida en diferentes ámbitos?

Me han cerrado puertas en la televisión. Donde soy bienvenida es porque me he esforzado en construir relaciones y saben quién soy. Además de ser portada de Playboy, también existe un gran ser humano con valores. Hacer esto no me resta valor.

Es algo que hablamos muchas chicas que hemos sido portada: está normalizado atacarnos entre nosotras. Pero he trabajado en mí para tener una relación amorosa con ellas. Por muchos años estuve peleada con eso, pero la sociedad muchas veces te empuja a ser así. Hoy quiero demostrar que hay mucho más que la Kim Shantal.