6 cantinas en las que todo mexicano debe tomar
Nuestro amor por la bebida es histórico, Bernardino de Sahagún escribió que los nativos de la Nueva España “A la noche los viejos y viejas juntábanse y bebían pulcre y emborrachábanse. Para hacer esta borrachería ponían delante de ellos un cántaro de pulcre, y el que servía echaba en una jícara y daba a cada uno a beber”; mientras que Clavijero testificó que nuestro amor por el licor era tal que “la mitad de la nación no acaba el día en su juicio”.
Nuestro amor nos llevó a abrir lugares dedicados a la bebida, existían expendios de aguamiel en las calles, pequeños puestos donde se vendía comida y se escuchaba música. Muchos no sabían controlar los efectos de la bebida, nacían peleas que en varias ocasiones terminaban con heridos e incluso muertos, razón por la cual las autoridades virreinales los regularon.
Las cantinas fueron influencia extranjera, el gusto por el alcohol no se podía saciar únicamente con el pulque, debían llegar otras bebidas. La invasión estadounidense de 1847 introdujo un nuevo mercado, los soldados querían beber licores fuertes, pero las bebidas nacionales no les satisfacían. Así, se abrieron recintos inspirados en los salones del viejo oeste, con barras, pianista y “señoritas”.
Los invasores se fueron, pero nuestro amor por ellas se mantuvo. Se convirtieron en un lugar, no sólo para tomar, sino para probar la mejor comida mexicana a un buen precio y con excelente ambiente. Sitios ideales en los que el espíritu de nuestro país corre.
La Faena
La decoración es única, se trataba de un museo taurino y los vestigios de su pasado se pueden apreciar en cuadros, fotografías y trajes de luces. Esa etapa ya ha pasado y actualmente se trata de un lugar para tomar buenos tragos, botanear y disfrutar de buena música en su rocola. Por si fuera poco, en los azulejos podrás leer verdaderas frases de sabiduría mexicana.
Montejo
Sopa de lima, champiñones al ajillo, panuchos de cazón y papadzules; no cabe duda que se trata de un lugar para todos los amantes de la comida yucateca. Los viernes, después de una jornada de trabajo, son el momento ideal para visitar esta cantina y celebrar el fin de la semana con tequila, ron blanco y cerveza.
Gallo de oro
Una de las cantinas más antiguas de nuestro país con más de cien años de servicio. Comida exquisita y variada, vitrales y sillones de época, y partidas de dominó; clásicos que nunca mueren. Te recomendamos pedir cabrito al horno y acompañarlo con menyul, la bebida de la casa a base de vodka, ron Negrita y hierbabuena.
Salón Tenampa
El mismo Pedro Infante hizo referencia a este mítico lugar. Ubicada en el corazón de Garibaldi, se trata de una cantina donde la historia de la música revive y donde varios artistas se presentaron por primera vez. Todo mexicano debe tomar un caballito de tequila en el lugar que está por cumplir un siglo.
La Peninsular
Fundada en 1800, la cantina es más antigua que el mismo México. Un lugar que en el pasado era exclusivo para hombres, hoy abre sus puertas para cualquier persona que busque buenos tragos y cultura culinaria.
La Ópera
El techo más emblemático del país que resguarda al famoso balazo de Pancho Villa. Lo que inició como una pastelería para la alta sociedad, en la actualidad es una cantina que se especializa en platillos españoles y mexicanos. Variedad de vinos, cervezas y licores, un rincón del Centro Histórico imperdible.
