Playmate Corrie Yee
Playmate Corrie Yee es una mujer fascinante, le gusta disfrutar de la vida y comerse el mundo a manos llenas, aunque a veces se dé un pequeño susto, como la vez que visitó Egipto y que nos cuenta en una entrevista.
Mi primer acercamiento con Playboy
Creo que fue viendo “The Girls Next Door” cuando era adolescente. Luego vi las revistas y recuerdo haber pensado en lo hermosas que eran las mujeres, y yo también quería ser como ellas. También soy una gran admiradora de Marilyn Monroe. Seguir sus pasos es todo un honor.
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Ser modelo
Me encanta estar frente a una cámara. Me siento sexy, siento que puedo ser libre, y abrazar mi feminidad.
Lo que un verdadero seguidor debe saber sobre mí.
Soy una nerd total. Me gusta cocinar, hacer yoga y pintar. Me gusta usar pijamas cómodas y acurrucarme frente al televisor y ver películas como “Harry Potter”, “El Señor de los Anillos” y casi cualquier historia de animación.
Lo significa para mi ser sexy
Sentirme cómoda en mi propia piel, sentirme libre, viva y en sintonía con mis deseos y necesidades.
Para divertirme
Me gusta disfrutar día a día de mi rutina: ver el amanecer, hacer ejercicio en el gimnasio, comer buena comida y pasar tiempo con las personas que amo. Pero mi diversión favorita, además de buen sexo, es viajar a nuevos lugares, experimentando nuevas culturas y conociendo gente.
Lo que me enciende y me apaga
La confianza me excita. Me gustan los hombres que creen en sí mismos y van tras lo que quieren en la vida. Otra cosa que me excita son los modales y la etiqueta: me gusta la gente educado. Un gran desatino para mí son las personas arrogantes, groseras y condescendientes. No puedo soportar ese tipo de comportamiento.
Lo más loco que he hecho en la vida
Fui a Egipto con una amiga durante la pandemia. Nos pusimos atuendos de harén y montamos camellos hasta las pirámides para hacer una sesión de fotos. Inmediatamente fuimos rodeadas por la policía, que acusó a nuestro fotógrafo de tomar fotos desnudos. ¡Pero no íbamos a hacer ninguna fotografía de desnudos! Ni siquiera nos habíamos bajado de los camellos ni tomado una sola fotografía. Fue una experiencia muy aterradora. La policía arrestó al fotógrafo y yo no sabía si a nosotras nos iban a meter cárcel egipcia, así que inmediatamente di la vuelta a mi camello y regresé al hotel, ¡no podía esperar para salir de Egipto!
Fotografías de Steve Bitanga
