Originaria de Oslo, Noruega, es, además de modelo, fotógrafa y cineasta. Por eso, estas fotografías son como una película de su belleza.
Fotos de Robert Lynden
Lugar de nacimiento:
Oslo, Noruega
Medidas:
1,68 m, cintura 61 cm, cadera 91 cm, busto 92 cm
Para mí, Playboy es:
Libertad: expresión pura sin pudor. Es liberación, empoderamiento y el arte de celebrar el cuerpo humano tal como lo concibió la naturaleza. La desnu- dez es normal para mí; es honesta, liberadora y nos recuerda quiénes somos debajo de todo este ruido.
¿Qué necesita saber un fan sobre mí?:
Me apasiona profundamente la sostenibilidad; proteger el planeta es mi carta de amor al futuro. Adoro a los animales, y la naturaleza es mi verdadero hogar. Soy intensa en el mejor sentido de la palabra: motivada, apasionada, siempre creando, siempre soñando. Si creo en algo, le doy todo mi corazón.
Lo que me enciende y me apaga de un hombre:
Lo que me atrae: Un hombre que toma las riendas con amabilidad. Dominante pero respetuoso. Divertida, emocionalmente inteligente y con un propósito. Un buen corazón es lo más atractivo: alguien que quiere mejorar el mundo, no solo robarle.
Lo que no me gusta:
Que sean groseros con los meseros (para mí, es un no instantáneo), el egoís- mo, la superficialidad o la mentalidad cerrada. Si no eres espiritual, curiosa o no estás dispuesta a crecer, no lo estás logrando.
Cómo vivo y disfruto de mi sexualidad:
Mi sexualidad cobra vida cuando creo: en el cine, la fotografía, la performance y el juego. Crece en momentos de libertad: nadando desnuda, bailando, es- tando en la naturaleza. Me siento más yo misma cuando me despojo de todo y simplemente existo en mi cuerpo sin disculparme.
Además de modelar, lo que me encanta hacer:
Soy cineasta, fotógrafa y directora; el arte es mi pasión. Cuando no estoy creando, me encontrarás en la naturaleza, explorando con mi perro. Me encanta el senderismo, el snowboard, el yoga, viajar y cualquier cosa que me lleve al aire libre.
Un consejo sexual para fans de Playboy:
Descubre qué te excita y no tengas miedo de decirlo en voz alta. La sexualidad es una experiencia espiritual, una poderosa forma de conectar contigo mismo y con tu pareja. Explora, experimenta, mantén la curiosidad y nunca hagas nada que no te haga sentir bien. El placer siempre debe sentirse como libertad.