Bienvenido Mayo y con eso un homenaje a las mamacitas de mayo con unas increíbles fotografías capturadas por Olga Novikova.
No me llamo Franz Kafka. Me faltan años luz para siquiera rozarle las suelas a su escritura.
“Pero soy una cucaracha agradecida”, le escribí en la dedicatoria a la joven que me extendió su ejemplar de “La Metamorfosis” para que se lo dedicara.
Me invitaron a impartir una conferencia sobre fomento a la lectura en el CCH Oriente. Y eso hice. Hablarle a un auditorio atestado de adolescentes a quienes sus profesores aplicaron manita de puerco para obligarlos a escuchar a un completo desconocido.
Pero conectamos. Tanto que al final, debido a que no llevé suficientes libros míos y que las autoridades de la escuela rifaron entre ellos algunos clásicos, parte de esa cuadrilla estudiantil se acercó para pedirme una fotografía y que les firmara los ejemplares que se habían ganado en la dinámica.
Así que mi rúbrica aparece lo mismo en un compilado de poesía de Octavio Paz que en uno de pasta dura de “Cumbres Borrascosas”, en el garabateé, como médium, lo que el espíritu de Emily Brontë me dictaba.
Al final, el objetivo se cumplió. Los jóvenes salieron felices y con ganas de leer los libros que llevaba bajo el brazo. Que se los hubiera firmado un desconocido y no sus autores originales es lo de menos, de cualquier forma la muerte ya se los llevó.
Y comparto todo esto porque la edición especial que estás a punto de disfrutar ha sido hecha junto a la artista rusa Olga Novikova, dejando para la historia algunos de los pictoriales más bellos que hayamos publicados.
A propósito, no me molestaría que alguien me obsequiara un libro de Dostoyevski y hasta me lo firmara. Inclusive un tipo equis como yo, que apenas a cucaracha agradecida llega.
La reconocida fotógrafa rusa colabora con Playboy México & LATAM en este especial con cuatro pictoriales exclusivos.
“Desde muy joven me cautivó la fotografía, sobre todo la análoga, la de película, que parecía magia auténtica. A los 17 años me matriculé en la Universidad en el Departamento de Fotografía y Videoarte, por lo que puedo decir verdadera- mente que toda mi vida ha estado entrelazada con la fotografía. Estoy absolutamente seguro de que sin la fotografía no habría encontrado tanta felicidad. Realmente amo lo que hago y nada me inspira más que una sesión de fotos brillantemente realizada; representa una olea- da de emociones increíbles: alegría, amor e incluso catarsis. Para mí es crucial hacer lo que amo, ya que ahí reside el significado de la vida”.
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