Laura Alfonso es la vocalista de Aneuma, una banda originaria de Asturias que impresiona por su impresionante técnica, pero también por la desbordada energía que le imprimen a sus conciertos.
Su cantante, sin embargo, además de una garganta que eriza la piel, es dueña de una belleza incuestionable que queda patente en las fotografías que realizó en exclusiva para Playboy.
¡No pierdas de vista la música de Aneuma —en la que además, milita como bajista la mexicana Jane Cantú— y espera sus nuevos lanzamientos!
¿Cómo fueron tus inicios en la música? ¿Siempre te gustó el metal?
Desde siempre la música ha sido una parte fundamental de mi vida. Casi antes de saber andar, mi primo Isma me ponía Metallica en casa de mi abuela, así que podría decir que la banda sonora de mi infancia ya tenía mucho de metal.
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¿Quiénes fueron las primeras bandas que te volaron la cabeza ?
Mi adolescencia estuvo marcada por bandas como HIM, Guns N’ Roses, Avenged Sevenfold, Arctic Monkeys, Desakato y Parkway Drive.
Aneuma nace de una necesidad profunda, de un proyecto que llevaba demasiado tiempo en mi cabeza pidiendo salir. Durante años tuve la sensación de que algo me faltaba, que debía materializar toda esa música y emociones que me acompañaban. Y poco a poco, casi sin forzarlo, se fueron dando todas las casualidades necesarias para que acabáramos siendo la formación que hoy somos.
A veces pienso que el Universo llevaba tiempo conspirando para que sucediera. Cada persona llegó en el momento exacto, con la energía y la entrega necesarias, como piezas de un rompecabezas que por fin encajaban. Lo que empezó siendo una idea íntima terminó convirtiéndose en un proyecto real, sólido y lleno de vida. Por eso digo que Aneuma es más que una banda: es un milagro creativo que me recuerda constantemente por qué estoy en el mundo.
¿Por qué te decantaste por el canto gutural?
Para mí la voz es el instrumento más honesto que existe, porque no puedes esconderte detrás de nada: lo que sale de dentro es lo que eres.
Hablando de las líricas de la banda, ¿cuál es la inspiración detrás?
Las letras en Aneuma son otra forma de canalizar la brutalidad de la música. Muchas veces surgen de experiencias personales, de cosas que me atraviesan, pero también de emociones colectivas, de lo que todos sentimos en algún momento.
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¿Puedes hablarme un poco acerca del problema de salud que tuviste y cómo la música te ayudó a salir adelante?
Hace dos años sufrí una encefalitis y una meningitis. Llegué a quedarme ciega, estuve ingresada durante meses y tuve que volver a aprender a caminar. Fueron momentos durísimos, pero nunca estuve sola.
En medio de esa fragilidad, Aneuma se convirtió en mi luz. Aunque mi cuerpo no respondía como debía, mi mente viajaba cada día al escenario de Wacken, por aquel entonces habíamos sido seleccionados para las finales de la Metal Battle, tocando nuestras canciones. Esa visión me mantenía viva, me recordaba quién era y todo lo que aún tenía por delante. Aneuma no es solo música: es amor, es esperanza, es el milagro que me devolvió las ganas de seguir viviendo.
¿El modelaje forma parte de tus intereses?
El modelaje siempre me atrajo como una forma distinta de expresión. Igual que con la música, no lo veo solo como una cuestión estética, sino como una herramienta para transmitir energía y actitud.
Para mí posar frente a una cámara es parecido a subirme a un escenario: se trata de conectar con lo que llevas dentro y mostrarlo sin miedo. No es tanto una cuestión de “verse bien” o de encajar en los cánones actuales, sino de contar algo a través de la imagen.
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¿Por qué te interesaba aparecer en Playboy?
Porque Playboy representa libertad, sensualidad y arte, y yo necesitaba contar mi historia desde ese lugar. No es solo una sesión de fotos: es un símbolo. Durante muchos años me costó aceptar mi cuerpo. Sufrí bullying cuando comencé en la música, me señalaron y quisieron hacerme sentir que no encajaba. Hasta que entendí que las críticas eran solo el reflejo de las frustraciones de los demás, no de mi valor.
Hoy estoy aquí porque aprendí a amarme tal como soy. Para mí posar en Playboy es una declaración: la verdadera belleza no está en responder a un molde, sino en ser fiel a una misma, en abrazar cada cicatriz, cada curva y cada imperfección como parte de tu historia.
Tu vestuario y tu proyección escénica no suelen estar desprovistos de sensualidad, ¿te sientes cómoda con ello?
Claro que sí. Para mí el vestuario nunca es solo ropa, es una especie de armadura. Cuando me pongo mi mono de Aneuma siento que me transformo, que sale a la luz una versión más poderosa de mí misma. Es como convertirme en una superheroína: fuerte, segura y sin miedo a mostrarme tal como soy. Esa sensación de empoderamiento es la que me conecta con el escenario y con la gente, porque en ese momento no interpreto un papel, soy yo en estado puro.
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Musicalmente hay mucha técnica, pero a la vez mucha energía en Aneuma, ¿se sienten más cómodos en el estudio o en el escenario?
En el escenario. El estudio es necesario, claro: ahí cuidamos cada detalle y damos forma a lo que queremos contar. Pero es en el directo donde Aneuma cobra vida de verdad. La energía, la conexión con la gente, el momento en que todo lo trabajado explota… eso no se puede recrear en ningún otro sitio. El escenario es nuestro hogar, donde realmente somos nosotros al cien por cien.
¿Cuáles son los shows y lanzamientos que vienen?
Estamos recorriendo España con la gira de Flesh and Bone y disfrutando muchísimo de cada escenario. También estamos cerrando algunos festivales que pronto podremos anunciar. Y, si hablamos de sueños, uno enorme para nosotros sería llevar nuestra música a México… sentir allí esa energía y conexión sería algo inolvidable.
