Nuestra modelo rusa, Alena Belaya, nos deja saber un poco más sobre su forma en pensar en esta charla, no cabe duda: ¡es una loba siberiana!
Imágenes de Olga Novikova @olga_novikova_work
Soy un alma siberiana, templada por las heladas y los vastos paisajes, pero eché raíces en la fértil región de los Urales. Mi vida siempre ha sido vibrante: el vertiginoso mundo de los negocios, las luces brillantes de los clubes nocturnos, la magia de los espectáculos inmersivos: todo es parte de mi historia.
Pero, ¿sabes?, en algún momento me di cuenta de que mi verdadero yo no estaba detrás de una barra o en la pista de baile. Mi lugar está al otro lado de la pantalla, donde nacen las emociones, las historias cobran vida y las palabras encuentran su poder. Así llegué a la televisión, donde sigo mi camino lleno de descubrimientos y nuevos logros.
Ok, primero, ¡mi amor por el rosa no tiene límites! Me carga de optimismo y me inspira. No te sorprendas si me ves con un vestido rosa un martes. Dos, ¡soy una devota irremediable de los dulces! Es mi debilidad, mi pequeño capricho. Y tres, ¡mi corazón da un vuelco al ver mascotas! Su amor y lealtad incondicionales hacen del mundo un lugar más amable.
Para ser honesta, no hubo un momento decisivo o un evento específico que me trajo al mundo del modelaje. Siempre me ha gustado que me fotografíen, creando algo brillante y único. Y, por supuesto, ¡ser el centro de atención es una buena ventaja! (risas).
Me encanta viajar, pero Rusia es más que un país para mí. Es un estado de ánimo. Me siento cercana, comprendo a nuestra gente y disfruto observando los cambios de estaciones, desde los inviernos nevados hasta los veranos calurosos. Tenemos una energía especial aquí que no encontrarás en ningún otro lugar. Por supuesto, cada sitio tiene su propio encanto, pero el hogar está donde está el corazón. Y mi corazón pertenece a Rusia.
En mi tiempo libre trato de dedicarme atención tanto a mí como a mis mascotas. Tengo 7 gatos y 3 perros, ¡así que nunca me aburro! (risas). Me encanta que me den masajes, visitar a la cosmetóloga y, a veces, voy al gimnasio. Y cuando tengo un minuto libre, puedo simplemente ver una película o descansar en la cama, ¡placeres simples!
Nunca he dividido la vida en material y espiritual; para mí, son partes de un todo. Y en un hombre todo es importante para mí: tanto su mundo interior como cómo se manifiesta en este mundo exterior.
Me inspiran los hombres que no tienen miedo de asumir responsabilidades, que se esfuerzan por desarrollarse y alcanzar sus objetivos. Es importante que compartamos valores de vida, que miremos en la misma dirección.
Y también aprecio mucho que un hombre sea capaz de mantener el optimismo y apoyar a sus seres queridos incluso en las situaciones más difíciles.
Estoy totalmente a favor de ser honesta en las relaciones y, sobre todo, conmigo mismo. El sexo es una parte importante de la vida y no
lo escondo. No es sólo fisiología, es un lengua- je especial de amor, una forma de compartir energía y emociones con un ser querido. Y sí, estoy de acuerdo en que si surgen dificultades en una pareja, muchas veces se reflejan en su vida íntima. Es importante no tener miedo de hablar de ello y encontrar soluciones juntos.
Mi consejo para los lectores de Playboy, especialmente aquellos que tienen relaciones a largo plazo, es que no dejen que la vida cotidiana apague el fuego de la pasión. Hablen entre ustedes sobre sus deseos y fantasías. No tengan miedo de experimentar.
A veces es útil cambiar un poco las cosas: organizar un fin de semana romántico solo para ustedes dos, cambiar el escenario, agregar nuevas experiencias. Vayan a un evento interesante, visiten un lugar nuevo, disfruten de algo agradable juntos. ¡Lo principal es recordar que son pareja y que está en su poder mantener encendida la llama del amor durante muchos años!