El Pritanic y otros barcos

El Pritanic y otros barcos
A un centenario del hundimiento del Titanic, Katia nos cuenta qué tipo de embarcaciones luchan contra el oleaje electoral ante lo que inminentemente será una tormenta de votos.
Por: Katia D’Artigues
Este mes, el próximo 14 de abril, se cumple el centenario del hundimiento del Titanic. Ese crucero de lujo –el más grande en el mundo en su momento—que toda la gente creía inhundible y que naufragó al chocar con un iceberg nada menos que en su viaje inaugural.
Ahora que ya estamos en plena campaña electoral no puedo evitar pensar que el PRI es algo así como un Titanic. El PRitanic, mejor dicho: ese barco-partido que muchos creyeron inhundible hasta hace ya casi 12 años, un barco que ahora amenaza con resurgir y volver a navegar.
Si bien este barco-partido chocó contra un iceberg democrático dos veces –en el 2000 y 2006—no se fue al fondo del mar, como se pensó. Apoyado en los pequeños barcos-gobiernos de los Estados que gobierna, se transformó en una suerte de barco sumergible, un submarino y ahora podría emerger. Eso sí, su salida a flote no está aún clara. Veremos el 1 de julio, día de la elección, si efectivamente vuelve a navegar.
Si el PRI es el PRItanic, ¿los otros partidos cómo son? Se los describo.
El PV es el barco rémora del PRI, vive de lo que cachan del gran crucero. El PV trae una escala de gato –es decir, una pequeña escalera—por la que suben personajes que no pueden acceder directamente al PRItanic sumergible. Aunque supuestamente es un barco “verde”, no reciclan ni el agua.
El PRD es un barco que aún antes de que zarpe ya tiene hoyos. Todavía ni lo botan (ni lo votan) y ya tiene abolladuras. Y muchos de sus navegantes, en lugar de irse al puente de mando, están instaladísimos en los botes salvavidas. Tienen puestos sus chalecos salvavidas que son escaños y curules, es decir, cargos en el Congreso.
El PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) son ferrys. Sirven para cruzar de una orilla a otra; son barcos para transportar personas, alimentos, sueños y claro, ambiciones….
El PAN es un crucero azul que está ya navegando. Le acaban de dar una remodelación mayor con toque femenino. Pero a pesar de que luce bien, toda su tripulación está peleada. Es un barco que tiene un fantasma que hace que visitantes duden en subirse. Es una mujer que va por los pasillos y camarotes diciendo: “Ayyyyyy mis muertos de la guerra contra el narcooooo”.
El Panal, o Partido Nueva Alianza, es una lancha rápida. Bueno, más bien un yate acogedor de color turquesa. Lo mismo sirve para guiar a barcos grandes que para surtirle de maestros… ¡digo! De provisiones. Es una suerte de yate mayordomo pero también es anfibio: lo mismo anda en agua que en carreteras y claro… ¡en pantanos! Se le ve continuamente anclado en San Diego, donde Elba Esther Gordillo tiene una casa de descanso. Y ahí, recientemente le pusieron una pequeña cancha de bádminton para que Gabriel Quadri juegue a que puede ganar.
Finalmente está el barco Morena, un amoroso barco en construcción que está aún en los astilleros. Este barco comenzará a navegar después del 2012, cuando se haga su botadura inaugural… No puede salir antes, pese a que está casi listo, porque las autoridades del puerto (es decir, las electorales) no permiten la creación de nuevos partidos-barcos antes de esa fecha. La meta de Morena es, claro, quitarle toda la clientela, o la mayoría al PRD…