#DeTresDedos: Resurgimiento merengue

La contundente y sorpresivamente holgada victoria del Real Madrid ante el Bayern Munich, en pleno estadio alemán y bajo todas las complicaciones que el hasta entonces campeón europeo representaba, ha catapultado de nuevo las posibilidades de que la escuadra merengue consiga un año redondo de la mano de Carlo Ancelotti.

 

Ensombrecido en su momento por una gran primera vuelta del Barcelona y la gran campaña de Atlético de Madrid en su liga, el Madrid ha sabido escalar posiciones e imponer su jerarquía, curiosamente, desde un lugar que no le es familiar: ese al que los gringos llaman “underdog”, el equipo que no es favorito pero tiene la calidad y el corazón suficiente para imponerse a rivales “en apariencia” más fuertes.

 

Lo confieso: en los últimos años yo también me olvidé del Madrid en la Liga y en la Champions. A pesar de ganar una Liga y una Copa del rey, nunca fue de mi agrado cuando estuvo bajo el mando de Mourinho. Con el portugués, al Madrid le sobraba efectividad y soberbia, pero no personalidad ni grandeza, esas dos cualidades que tiene de sobra. Cuando escuché el cambio de director técnico en Madrid, la elección me pareció tibia, precavida. Pero Ancelotti ha convertido a los merengues en un equipo  ordenado, con buena defensiva (son la tercera mejor en su liga), contundente y de pegada fulminante, que alcanza su pináculo de facultades futbolísticas en el momento que más importa: al final del año, en época de definiciones. Ya se impuso en la Copa del Rey al Barcelona y ha cerrado con autoridad en la pelea por el campeonato de la Liga Española. 

 

Es cierto que éste es el equipo de Cristiano, de Ramos, de Casillas y de Alonso. Ancelotti volvió a las jerarquías, rotas en el último tiempo del Madrid, y ha conseguido otra temporada demoledora de CR7 y la recuperación de dos puntales en el aparato defensivo y en la mística merengue. Dos notas paralelas se proclamaron tras la aplastante victoria del cuadro blanco en Munich, al que los diarios alemanes llamaron “La bestia blanca”. Primero, el nuevo récord histórico de anotaciones que Cristiano ha impuesto en la presente Champions League, con 16 anotaciones en el torneo, y que todavía puede incrementarse en la final en Lisboa. Segundo, la revancha personal de Sergio Ramos, luego del penal fallado que eliminó las esperanzas del Madrid hace un par de años en el mismo estadio, con dos cabezazos que sentenciaron el partido en los primeros veinte minutos de la vuelta en Munich.

En cuanto a Modric, su desempeño, aunque parece discreto y sin tantos reflectores, es remarcable como pasador, generador de juego y pausa creativa en los merengues; y ha logrado que la añoranza por Mezut Özil parezca cosa del pasado. Como fortalezas ofensivas vale añadir las incursiones y regates del ya probado Di María, que es líder de asistencias en el equipo, y la cuota goleadora de Karim Benzema y jóvenes como Isco, que ha marcado y asistido en situaciones apremiantes y ha madurado tremendamente en el último año. Todas estas opciones muestran como el Madrid se ha refrescado en ataque y ha encontrado la manera de explotar y ganar sus partidos definitorios de la temporada. Una cosa es cierta: los merengues están vivos y aún tienen posibilidades de llevarse un triplete en esta temporada.

 

En este juego de destinos y revanchas que nos fascina y nos engancha del futbol, queda un ingrediente más. En una final de equipos españoles que repite la lucha por el campeonato liguero, el Madrid se verá las caras en Lisboa con un viejo conocido: será una edición especial del Derby madrileño ante el sorprendente Atlético de Madrid de Diego “Cholo” Simeone, que se sobrepuso con buen futbol y mucho corazón a una desventaja de visitante y terminó venciendo por 3-1 al Chelsea FC en Stamford Bridge para aguar la fiesta de Mourinho y los suyos. Veremos qué depara esta guerra de trincheras entre dos escuadras en franco resurgimiento que se jugarán la gloria europea en la primera final de la Champions en que compiten dos equipos de la misma ciudad.