2×1: Cigarras y Robots
Por:
Jafet Gallardo
05 Jun 2018
El remake de Robocop por José Padilha y esa extraña película prohibida La vida secreta de las cigarras, legendaria cinta […]
El remake de Robocop por José Padilha y esa extraña película prohibida La vida secreta de las cigarras, legendaria cinta mexicana.
¡Compraría eso por un dólar!
Fue en 1987 que Paul Verhoeven aceptó finalmente dirigir, (luego de despreciar), el guión escrito por Edward Neumeier y Michael Miner. La historia original contaba la creación por parte de una corporación de un ciborg que patrullaría las calles de la problemática Detroi. La cinta, gracias a su humor ácido, a una visionaria imaginería y a personajes procedentes del cómic logró volverse un referente de la cultura pop. Robocop apareció lo mismo anunciando cereales para el desayuno que en series animadas, camisetas y cientos de referencias en cómics y programas. Lo mismo Andrés Bustamante hizo una parodia (“Robochota”) que el propio Hombre araña lo incluye como uno de los héroes que idolatra un niño acosado por sus compañeros en la saga “Por una arma”.
Verhoeven supo hacer de su primera cinta norteamericana una sátira inteligente interpelando al espectador, llevándolo al paroxismo hasta exigirle una respuesta. La inclusión de comerciales que parodiaban a la consumista y pro armas sociedad norteamericana (y por ende a la nuestra) fue uno de sus grandes aciertos. Un juego de mesa que el fin último es “atomizar” a los enemigos o un doctor que habla de corazones artificiales como si vendiera licuadoras, un programa pueril y grosero donde se repite una y otra vez “¡Compraría eso por un dólar!”, sumado a los noticieros que van relatando la historia convirtieron a la cinta en un coctel explosivo.
Verhoeven volvería a la carga con “El vengador del futuro” donde repetiría su futuro decadente y donde los más grandes sueños de la humanidad son en realidad crudas realidades (explotación y racismo en la Tierra y en Marte). La dosis la llevaría hasta lo permisible en “Invasión”, cinta en donde muchos vieron un discurso fascista haciendo de lado las evidentes mofas del director a la cultura militar. “¿Quieres ver más?”, pregunta el noticiero casi siempre después de una matanza.
Caipiriña de drones
José Padilha, realizador de origen brasileño llega al remake de “Robocop” luego de dirigir tres cintas de muy alta estima en su país de origen “Omnibus 174” y “Tropa de élite” 1 y 2. Basadas en historias reales (la primer narra el secuestro de un autobús por un enloquecido sujeto, las últimas la historia de un grupo de élite de la policía de Río de Janeiro llamado BOPE), Padilha se mostraba como el director ideal para darle aire nuevo a un remake que se antojaba difícil. Por un lado sus historias anteriores estaban plagadas de dilemas morales con respecto a la seguridad y la violencia. Había dado muestras de una habilidad innata para dirigir escenas de acción y más aun, de crear tramas interesantes y personajes complejos.
Su “Robocop” adolece de todo eso. El personaje principal no aparece hasta muy avanzada la trama, luego de unas rutinarias escenas de acción lo cual hace me hizo dudar si entré a la sala correcta. Si bien podemos pasar por alto que el ciborg sea plagiado de “Ironman”, que todos los comerciales hayan sido borrados por un noticiero (muy similar a los reales trasmitidos por FOX) que se sostiene por el carisma de Samuel L. Jackson, no podemos soportar (o cuando menos quién esto escribe) que los personajes sean tan grises. Por ejemplo el doctor que personifica Gary Oldman nunca acaba de definirse como contrario o favor de lo que plantea la OCP o qué decir de Michael Keaton al cual nunca acabamos si quiera odiando porque nos da lo mismo lo que le suceda.
La cinta está sustentada en el supuesto dilema moral del uso de drones para patrullar el territorio americano, cuando estos aparatos ya funcionan en la frontera norte desde hace un tiempo. La cinta sin compararla con al original es simplemente gris y enfrentándola con la original es solo remake más que engrosa la taquilla.
Las cigarras
Hay un puñado de películas que se precian de ser malditas, obras que han sido vistas por pocas personas, ya sea porque en su estreno causaron tal conmoción que decidieron prohibirse como le sucedió a la cinta “La fin absolue du monde” de Hans Backovic que produjo ataques de psicosis en Sitges en el 71 o “Infinite Jest”, cinta que buscaba afanosamente David Foster Wallace y a la cual le dedico todo un libro.
En México “La vida amorosa de las cigarras” ha labrado poco a poco su propio culto. Dirigida por Ignacio Vigo y protagonizada por Cecilia Montero, la película fue exhibida por última vez en el desaparecido cine Zeus. La cinta fue el canto del cisne de una tiempo (los años 90) que muchos llaman “La época de oro del porno en México”, con actores como Pancho López (que rivalizaba con Nacho Vidal), Larry Cañonga y divas como la propia Cecilia Montero o Lola Meraz.
A la fecha no existen copias, solo un teaser que alguien subió a la red. La leyenda dice que la película parodió a una poderosa familia y esta no descansó hasta desaparecer el último fotograma, e incluso sus protagonistas viven exiliados. Este jueves 27 de febrero a las 8:00 de la noche hablaremos sobre ella y otras cintas pornográficas mexicanas en Insurgentes 226 Col. Roma con Rodolfo J.M., Rogelio Flores y un servidor.
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