El lujo del deporte: El harén de los dueños

¿Se imagina usted vivir en un ‘mundo feliz’ donde pueda poseer sin restricciones a muchas parejas? Si pertenece usted a este público chingüegüenchón debe saber una cosa, que los poliamorosos árabes tienen a todas las esposas que puedan… mantener.

 

Es claro su akd nikah, que significa contrato de coito, como llaman al matrimonio y donde cada una de las mujeres que pertenece al hombre da fe mediante ese convenio por escrito de que es lícito para el marido (Según la Biblioteca Nacional de España, bne). En el entretenido show del futbol mexicano pasa algo similar entre los equipos que pertenecen a la élite de la Liga MX: Sólo los más pudientes pueden brillar y tener a más de una… fuente de ingresos balompédicos. Pero una entidad mal gestionada acaba desfigurándose.

 

TV Azteca se animó a adquirir al Atlas y es la ‘comidilla’ de los puristas que prefieren que el futbol sea todo antes que negocio, cosa que no es posible porque el deporte profesional primero que otra cosa es un asunto de empresa. El problema en México es que siempre caemos en los extremos y lo que antes era bueno para algunos ahora es lo contrario y viceversa.

 

Ya el año pasado la FMF propuso un ilusorio pacto para abolir gradualmente la multipropiedad, pero apareció la primera oportunidad para romperlo. El presidente de la Liga, Decio de María declaró en defensa de su organismo que si no se permitía la compra de los Zorros por parte de la televisora, el club habría desaparecido, por lo que se le dio un ‘chance’ de rescatarlo con la condición de venderlo en el 2016.

 

 

La multipropiedad se entiende como el acaparamiento o empoderamiento de una empresa dentro de una misma estructura u organización comercial, en este caso la Liga MX de la fmf, a través de la compra de más de una entidad. El objetivo es cínico, monopolizar el mercado. ¿Qué se puede vivir sin ella? ¡Claro! ¿Pero quién va a buscar a los dueños millonarios? Y hablamos de que en el futbol de Primera División, que es donde está el mejor negocio sólo hay algunos grandes dueños: Televisa, TV Azteca y ahora Grupo Pachuca que le entra al juego con su socio de lujo, Carlos Slim. En segundo grado están compañías como femsa y cemex que destinan grandes presupuestos en un solo club importante. Para que el negocio sea rentable en el balompié de este país, la empresa que entra como propietaria debe poseer una economía holgada. No es bueno ni de lejos para los equipos chicos como el Puebla, el Querétaro o el mencionado Átlas, que hasta antes de ser adquirido era la única institución que se manejaba como Asociación Civil, es decir, el único equipo operando con visión romántica; sin una economía autosustentable, pero dando el ‘gatazo’.

 

No es fácil mantener pues un equipo en el Máximo Circuito, donde está la gallina que empolla los mejores huevos: los derechos de transmisión por TV.

 

¿Qué si el balón está limpio? En lo legal, por supuesto, porque sabemos que lo que no está prohibido está bien permitido. Mientras no se regule esta situación desde fifa —aunque ya una vez emitió desde hace años la recomendación por conducto del imprudente Joseph Blatter de que “hay que evitarla en lo posible”— esto existirá porque es parte de la industria y de un país que favorece la existencia de monopolios. Éticamente es evidente lo incorrecto, porque siempre quedará a la vista de todos la suspicacia de que en cualquier momento podrán manipularse intereses, algo nada raro en un país donde falta transparencia y abunda la corrupción. El asunto atenta contra la filosofía misma del deporte, donde se requiere una libre competencia en todos los sentidos.

 

¿Qué pasará ahora con el Atlas? Lo primero y urgente es saldar las deudas a los jugadores, con la segura inyección de capital para restaurar la reliquia. Después, quién sabe porque Grupo Salinas debe deshacerse luego de él. Como la multipropiedad es de unos cuantos ‘jeques’, lo mejor que puede ocurrirle es que no termine cambiando de plaza hacia a alguna que ‘suene bien’ por el turismo, como le sucedió al Atlante. Ojalá que tampoco acabe al final como un híbrido ‘frankensteinco’ de similares antecedentes, algo así como un hashtag que diga ‘TMGallosZorrosLaguneros’…. Y que nunca más pague a su plantel con ‘abonos chiquitos’.

 

Como los árabes y sus esposas, se requieren dueños que satisfagan a los fans con equipos bien administrados, no más ‘caciques rancheros’ ¡que nunca cumplen!

 

Lo invito a ver la TV detrás de la TV y el juego detrás del juego.

 

Porque en el deporte y en la vida, lo que no se mide no existe.