Atracción, poderosa droga para tu cerebro

Se hace tarde. Hace horas que tenías que estar en casa. Tu mujer y tu pequeño hijo están allá, pero un evento del trabajo al que no podías faltar te tiene fuera tiempo extra. Entonces las ves, es un espectáculo de mujer. Bella, sexy, con una actitud de poder. Es ejecutiva para uno de tus clientes. Tu jefe te la presenta, es importante que todo avance con éxito, tu empresa busca cerrar un negocio con la de ella. Comienza la charla.

 

Tu reacción es automática, reflexiva y quizá la más poderosa que has tenido ese día. Por un momento olvidas los compromisos a largo plazo, tu familia, el matrimonio de 10 años, el colegio de tu hijo en segundo grado. Aunque toda esa responsabilidad ayuda a aterrizarte de vez en vez, te rindes al atractivo visual. No te sientas tan culpable, tu cerebro está actuando en contra tuya.

 

Neurocientíficos han descrito lo que sucede en nuestro cerebro cuando te encuentras en estas situaciones. Cuando ves al objeto del deseo, el neurotransmisor dopamina alerta áreas profundas del cerebro, disparando sentimientos de placer, motivación y recompensa (la cocaína actúa de la misma manera). Sientes la excitación y tu ritmo cardiaco se acelera. La atracción es también una poderosa droga. También el tallo cerebral se activa y libera feniletilamina (una anfetamina natural que cuando llega a tu cerebro produce euforia y bienestar emocional), que acelera el flujo de información entre tus células nerviosas. Con razón sigues todos sus movimientos.

 

 

Pero ella no actúa igual. No sólo porque de inicio la situación es laboral y no de cortejo, pero también existe el problema de que su cerebro opera diferente. Para ti es clave su belleza, su figura, la fantasía y la obsesión, mientras que ella busca una pareja que pueda procrear niños saludables y proveerlos a todos, aunque en un nivel biológico mucho menos consciente.

 

Sus metas están programadas a largo plazo, mientras que las tuyas –la mayoría de las veces– son extraordinariamente inmediatas, y ella lo sabe, es por eso que aprieta tus botones con sutileza, nunca se sabe cuando podrá encontrar ese “macho” apto para sus objetivos.

 

Toda la situación puede dejarte jadeante de placer o puede arruinar tu vida. Y entre esas luces verdes y rojas, tu cerebro analiza la información, toma decisiones, determina acciones, pero tú no dejas pasivamente que tome el control, sobre todo porque tu vida puede estar en riesgo. De ahí la importancia de conocer bien ese poderoso órgano sexual que tienes entre las orejas, para que puedas controlar al más pequeño y menos importante que tienes entre las piernas.