El Último Circo Punk: la despedida de The Adicts en México

10 de octubre del 2025, mientras yo le estaba dando la bienvenida a los 22 años, también me fui a despedir de The Adicts.
Hay muchos artistas y bandas que se la pasan por años anunciando su supuesta última gira, que ahora sí se van de los escenarios, pero siempre y sin falta regresan (no es queja), sin embargo, a estas alturas, muchas bandas legendarias realmente empiezan a decir adiós.
Como es costumbre cada 10 de octubre, la lluvia detiene la ciudad, alenta el metro e inunda las calles, pero a pesar de todos estos inconvenientes, el Foro Velódromo nos recibió con su gran carpa donde con bombines, tirantes y maquillaje blanco echaríamos el último slam.
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Bloody Benders para abrir la noche
Antes de sacar las serpentinas, las Bloody Benders abrieron el escenario para después cederles el espacio a los Mess, quienes noquearon a uno que otro tras lanzar copias de sus CD, pero el relajo y la revuelta no faltó.
Ahora sí, por ahí de las 8 de la noche, entre chiflidos, vasos medio llenos de cerveza y la gente coreando “Adicts”, con la Obertura de Guillermo Tell, mezclada con el característico intro de “Blitzkrieg Bop” para después transicionar al tema de “La Naranja Mecánica” compuesto por Wendy Carlos, y… ahí estaban, listos para adueñarse del velódromo que solo por esa noche se convirtió en una carpa de circo.
Después de lucir una capa que se abría como una sonrisa, a través del maquillaje de Monkey se veía claramente conmovido al ver a todo su público mexicano.

The Adicts. Foto de Mar Villalbazo
Una noche de jugo de naranja mecánica
The Adicts es una banda con una trayectoria larguísima y atemporal, pues a lo largo del tiempo, con todo y cambios en la alineación, gracias a su identidad visual basada en la adaptación de “La Naranja Mecánica” de Kubrick y su experimentación dentro del sonido del punk, por lo que en el pit habían diferentes generaciones, que aunque todos crecimos bajo contextos muy diferentes, esta vez la música nos unió.
Mientras me encargaba de fotografiar a la banda y mantener la cordura después de ser apuntada con el paraguas de Monkey Warren, miles de personas coreaban “Let’s Go” y otras afuera le rogaron a la seguridad del venue que los dejaran pasar, pero el punk no es el punk sin su debida dosis de desmadre, causando un río de gente envuelta en chamarras de cuero y parches burlando las entradas para unirse a esta última función del circo, o como mejor se le conoce: portazo.

The Adicts. Foto de Mar Villalbazo
Hay que gritar fuerte: Viva La Revolution
Con un extenso setlist lleno de rarezas, hits y cartas, no importaba si venías maquillado o no, con mohawk o con cualquier otro peinado, pudimos vivir el último “Viva La Revolution”, que para mi fue casi como un regalo de cumpleaños que compartí con miles de personas, y como pastel me llevé una carta de la mano del mismo Monkey la cual fue más fotografiada que cualquier platillo pretencioso en la cafetería de moda.
El telón se fue cerrando con un “Viva La México”, o más bien, las luces de Foro Velódromo se fueron encendiendo para que colados, apretujados, bolseados y festejados nos fueramos saliendo del lugar, empujándonos a regresar a la normalidad después de haber vivido un momento histórico del punk en México.

The Adicts. Foto de Mar Villalbazo
Desde que entré a la vida adulta y mi edad empezaba con un “2” en vez de un “1”, ha sido recurrente todo tipo de comentarios respecto a vivir de forma “adulta”, como si estrictamente tuviera que adecuarme a los beiges, grises y a verme limitada por “ser grande”, cuando artistas como The Adicts nos restriegan en la cara que las limitaciones radican más en los prejuicios que en la edad.
Y así fue como este capítulo de la historia se va cerrando, con una despedida que solo los mexicanos sabemos dar ¡Adiós Amigos!.