Los chacales de Jalisco, una delicia que te dejará chupándote los dedos
Jalisco es célebre por su riqueza culinaria, ofreciendo una gama de platillos exquisitos que conquistan a todos los que los prueban. Desde las icónicas tortas ahogadas y la sabrosa birria, hasta el reconfortante caldo de bote y los tamales de acelga, este estado tiene todo para satisfacer a los paladares más exigentes.
Entre estas delicias, destacan los famosos chacales, un platillo típico que se degusta en distintos municipios de Jalisco. Aunque su nombre pueda sorprender, se trata de langostinos de agua dulce, también conocidos como acamayas. Estos crustáceos pueden prepararse de diversas maneras, incluyendo caldillo, con verduras, al tamarindo, a la diabla o al mojo de ajo. Hay quienes consideran a los chacales un afrodisíaco, añadiendo aún más a su fama.
La captura de estos langostinos, endémicos de la Costa de Jalisco y la Sierra de Amula, se realiza con métodos tradicionales, como las chacaleras, que son cucuruchos tejidos de varas colocados entre las piedras de ríos y arroyos. En estas trampas, los animales entran pero no pueden salir. En algunos lugares, también se cultivan en presas o estanques. La variedad más común es anaranjada y cada langostino mide entre 8 y 15 centímetros.
Una vez capturados, los chacales se lavan y limpian levantando el caparazón de su espalda. Pueden prepararse de muchas maneras, pero una de las favoritas es al mojo de ajo, donde se fríen ajos y cebolla en mantequilla antes de agregar los langostinos limpios. Otra receta popular es cocinarlos en caldillo con verduras, incorporando ajo, cebolla, jitomates, zanahorias, chayotes y papas. Para los amantes de lo picoso, el chile habanero es un excelente acompañante.
Para saborear esta delicia jalisciense, visita los mercados y restaurantes de municipios como Tomatlán, Unión de Tula, La Huerta, Casimiro Castillo, Autlán de Navarro y El Grullo. Aquí, los sabores tradicionales y la hospitalidad local aseguran una experiencia culinaria inolvidable.