Xaneri Damián: El orgullo de ser Muxe
En la región de Istmo de Tehuantepec, en el estado de Oaxaca, en el sur de México, hay tres géneros: hombres, mujeres y muxes. Esta tercera clasificación ha sido reconocida y celebrada desde épocas prehispánicas, y es difícil imaginar la vida sin Muxes en aquella región de México.
Según las creencias, el Santo Patrón San Vicente Ferrer llevaba 3 costales en donde almacenaba semillas fértiles femeninas en el primero, en el segundo llevaba semillas fértiles masculinas y el tercer costal tenía las semillas revueltas tanto femeninas como masculinas. Al caminar por el Istmo de Tehuantepec comenzó a regar las semillas del tercer costal, pues no se había dado cuenta que estaba roto. De ahí fue dando origen a los Muxes que florecieron por toda la región.
En la actualidad las Muxe llevan más de 40 años de lucha por ser aceptadas y valoradas dentro de la comunidad. Su lucha ha sido a través del trabajo arduo y que por varias generaciones han ganado un paso adelante en la lucha por su aceptación. La mayoría de las Muxes se dedican al ámbito artesanal de la indumentaria zapoteca, la gastronomía, poesía y trabajo artesanal del traje regional.
Las Muxes se desenvuelven dependiendo del ámbito en el que han crecido, pero la mayoría coinciden en las diferentes fiestas de la región, son la fuente que crea la magia y el color de las festividades en el Istmo de Tehuantepec.
Platicamos con Xaneri Damián, una Muxe que nació en Juchitán, Oaxaca y cuya historia es parte de las cientos de personas que forman parte de la muxeidad.
“Las muxes se desenvuelven dependiendo del ámbito en el que han crecido, pero la mayoría coinciden
en las diferentes fiestas de la región, son la fuente que crea la magia y el color de las festividades en el Istmo de Tehuantepec.”
Playboy: ¿Quién es Xaneri Damián?
Xaneri: Nací en Juchitán, mi padre era del pueblo de las nubes y mi madre del pueblo de la lluvia. Crecí rodeada de mi familia y de la cultura zapoteca. Cuando estaba en el vientre de mi mamá, mi abuela que se dedicaba a la sanación y poseía dones, decía que iba a ser diferente y mi padre dedujo que iba a ser muxe. Crecí y comencé a definirme como muxe a partir de que vi a un tío que me ayudó a florecer en esta parte, a ocupar el traje regional y a comenzar a ir a velas. Fue en ese momento que decidí integrar la muxeidad a mi vida, recuerdo que cuando era pequeño no era algo bien visto dentro del Istmo.
Playboy: ¿Cuándo tomaste conciencia de que eras parte de las muxes?
Xaneri: Fui consiente a los 14 años cuando empece a asistir a las velas con la indumentaria, empecé a convivir con las hermanas muxes, porque justamente mi circulo de amistades, mi forma de entender la vida, mi cuerpo y mi escencia tienen que ver más alla de ser hombre o mujer, pero a esa edad comencé a nombrarme como muxe. En ese tiempo ya no vivía en Juchitán, estaba viviendo en la mixteca de la costa en un pueblo que se llama San pedro Jicayán donde las dinámicas eran muy diferentes, si bien en Juchitán había una aceptación del 50% en San Pedro no la había y tenía que enfrentarme al rechazo y al machismo que ahí se vivía.
Playboy: ¿Cómo es crecer y vivir siendo muxe?
Xaneri: Depende de cada hermana, en mi caso viví con procesos migratorios, el mudarme de Juchitán a la costa y posteriormente de la costa a la Ciudad de México. Te vas alejando de las tradiciones, de las fiestas, pero jamás de la lengua, creo que la lengua materna es la más esencial y te hace predominar en la muxeidad. Te puedo decir que vivir como muxe es algo esencial, al menos yo me sentía muy diferente, mis amistades me trataban como mujer y yo me sentía una niña cuando jugaba con mis amigos y amigas. El problema es cuando te enfrentas a instituciones como la escuela, donde yo quería tener el cabello largo y se me negaba esa parte porque había nacido barón, mi infancia fue limitada en ese aspecto. Recuerdo muchísimo que cuando estaba en la costa, mi abuela me enseñó el arte de trabajar el telar de cintura para poder crear mis propias piezas y venderlas para subsistir, claro, a escondidas porque no estaba bien visto. Son retos que me enfrenté durante mi niñez y tuve que cambiar muchas cosas para poder tener acceso a la educación, pero me dolió mucho no poder usar el pelo largo o pintarme las uñas.
Playboy: ¿Cómo ves el panorama de la comunidad muxe en la actualidad?
Xaneri: Hay muchos cambios dentro de la comunidad, hoy en día llamarse Muxe es una cuestión de orgullo, tradición, resistencia y lucha, pero también me molesta mucho que nos sigan llamando paraíso, porque no es un paraíso, aún se siguen violentando a mis hermanas Muxes, aún siguen negando acceso a varias cosas en instituciones como en salud o educación. Aún se nos siguen prohibiendo, por ejemplo, en una vela, dijeron que no se aceptarían hombres vestidos de mujer cuando justamente las Muxes estamos trabajando para que las velas generen ingresos a la comunidad. Solamente estamos bien vistas para crear trajes hermosos, para cocinar o maquillar, pero en otras cosas no. Detrás de la aceptación de las fiestas hay un sabor amargo que se vive dentro de la muxeidad. Es un mito de que es un paraíso y que somos aceptadas. No es lo mismo ser un Muxe de Juchitán que de Tehuantepec la forma de vivir de cada una es muy diferente.
Playboy: ¿Cómo es visto en las familias tener un miembro de la comunidad Muxe?
Xaneri: Hoy en día te puedo decir que al menos el 90% de las familias que saben que tienen un hijo muxe es aceptada y bien respetada, pero existe un 10% que siguen siendo violentadas, las corren de la casa y comienzan a migrar para vivir su muxeidad libremente. Hay diferentes formas de aceptación pero existen ciertos procesos que llevan días o meses donde la familia cobra conciencia porque aún existe el qué dirán.
Playboy: ¿Qué dificultades existen entro de la comunidad Muxe?
Xaneri: Muchas, creo que hay muchas muxes adultas que se quedan solas porque se han dedicado al cuidado de la familia y cuando muere el familiar se quedan completamente solas. Las hermanas adultas son más vulnerables y no todas tienen acceso a un sistema de salud digno. En cuanto a las muxes jóvenes creo que no hay tantas dificultades porque se están abriendo caminos a partir de la lucha que se está construyendo, creo que hay muchas formas de apoyar, se está trabajando en un bienestar colectivo donde todas podamos estar felices. La sociedad nos respeta de cierta manera y nos valoran, porque saben nuestro trabajo, somos personas y estamos vivas, pero hay otras que no lo ven así. Muchos piensan que no tenemos derecho a la felicidad, a una pareja o al amor, es muy curioso porque esa parte la sociedad no la comprende, quieren vernos solas, generando y trabajando. Las muxes de hoy en día estamos rompiendo ese paradigma.
Playboy: Háblanos sobre la migración
Xaneri: Nosotras como Muxes no tenemos la oportunidad de decidir, cuando una está pequeña la familia es quien decide si quedarse en su lugar de nacimiento o ir a otra ciudad. Hay Muxes que cuando tienen cierta edad sí pueden tomar la decisión de migrar para tener una mejor calidad de vida, pero principalmente para ser ellas mismas. Aquí hay un conflicto porque algunas hermanas que son más adultas nos dicen que no podemos ser nombradas Muxes porque no vivimos o compartiendo momentos con la comunidad, creo que es un tema muy importante porque a veces se tiene que migrar para poder florecer con libertad.
Playboy: ¿Qué se ha logrado dentro de la comunidad Muxe?
Xaneri: Todo lo que hoy en día tenemos, se ha logrado gracias al trabajo de muchas hermanas como Felina, como Garza Sola, Estrella, te puedo nombrar a muchas más. La salud sexual es muy importante, pero también es muy preocupante que muchas identidades comienzan a hacer su transición, yo, por ejemplo estoy en mi proceso de transición y tuve que migrar a la Ciudad de México para poder hacerla, pero a veces en estas poblaciones no hay quién pueda ayudarte con este proceso. Cuando eres Muxe y te encuentras atrapada en un cuerpo que no es tuyo y quieres florecer aún hace falta un gran apoyo, espacios para personas adultas que no tienen quién los acompañe. Se ha logrado que podamos estar en diferentes partes con nuestra vela e indumentaria, empleos, pero a veces se nos tienen olvidadas.Nuestra lucha sigue.
La muxeidad ha sobresalido por lo que hemos hecho varias, hay hermanas poetas, artistas, activistas, por ejemplo Amaranta que lleva estos temas a la universidad, al extranjero, al Senado de la República, los tipos de Muxes.
Playboy: Háblanos del panorama actual de las Muxes en la sociedad.
Xaneri: Hoy por hoy somos más reconocidas, creo que la sociedad y otras poblaciones indígenas deben aprender que somos una fuente muy importante para nuestras comunidades y para México, una lucha que todo ha sido a través de nuestro entorno, que existen víctimas que se quedaron en el camino pero que pusieron las bases para que hoy en día podamos ser más libres, más felices. La sociedad debe aprender que existen diversidades y muchas historias de ver el mundo, las madres deben aprender a amar a sus hijos y no cuestionarlos y nosotras como personas muxes o personas LGBT+ debemos ser consientes que tenemos un papel muy importante dentro de esta sociedad, tenemos que abrir puertas y derribar muros para las nuevas generaciones, para las nuevas infancias.
Playboy: Hoy por hoy, ¿quién es Xaneri?
Xaneri: Actualmente estoy estudiando una maestría en Antropología Social y también me dedico a la creación de textiles, soy artista textil, me dedico especialmente al telar de cintura de la costa chica de San Pedro Jicayán donde creo piezas, soy activista y modelo en prendas tradicionales y comerciales. Doy cursos básicos a infancias en la lengua materna del mixteco aunque también hablo zapoteco. Soy una mujer en transición que está luchando y resistiendo a la muxeidad y a la comunidad LGBT+, soy más fuerte que antes, orgullosa de mi misma y trabajando en colectivo con hermanas y con una comunidad que de cierta manera, vamos ablandando corazones, entonces Xaneri, como lo dice mi nombre “Reina del bosque”, sigue cultivando semillas para crear el paraíso del que tanto se habla o al menos mi paraíso. Creo que hoy en día Xaneri es fuerza, resistencia, lucha, una gran cajita donde puedes atar muchas versiones de mí.