Svalbard, más allá del Norte

¿Quién se plantearía alguna vez ir a este lugar? Pues yo lo hice, y no me arrepiento, todo lo contrario.
Svalbard es un archipiélago situado en el océano Glacial Ártico, al norte del continente europeo y forma parte de Noruega. Gran parte de su territorio está despoblado, claro, por las condiciones climáticas, sin embargo, Longyerbyen es el poblado más grande y es ahí a donde dirigí mis pasos… bueno, a donde se dirigió el barco en el que me encontraba.
Al bajar del barco lo primero con lo que me topé fue con un letrero en noruego que, por supuesto, no entendí. Previendo que esto podría pasarle a más de la mitad de los que desembarcáramos en el poblado, los habitantes del mismo optaron por el idioma universal: las imágenes y claro, el inglés… no podía faltar. ¿Qué decía? Ya traducido: ¡Cuidado con los osos polares! Así es, me encontraba en un poblado donde la principal advertencia era que, si te topabas con una enorme mole blanca, corrieras por tu vida.
Pero en mi caso los osos polares no fueron un problema, pues no me topé con ninguno. Mi encuentro salvaje con la naturaleza ocurrió con un ave nórdica con un increíble instinto maternal. Ahí me tienen, pertrechada con chamarra de nieve, gorro, guantes, zapatos especiales y acercándome a un riachuelo casi congelado que estaba a las afueras del poblado, todo con la intención de ver de cerca un pequeño nido. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando la mamá pájaro voló en picada hacia donde me encontraba! Afortunadamente las capas de ropa que llevaba encima me protegieron de tal embestida, sin embargo, me di cuenta que en estos recónditos lugares del mundo la naturaleza reclama para sí lo que por naturaleza le corresponde.
Por supuesto, redirigí mis pasos hacia la zona “civilizada”. Longyerbyen es una ciudad con unos 1,600 habitantes y es el poblado más septentrional del mundo. Esto, por supuesto, condiciona la dinámica de este especial lugar. ¡Y cómo no va a ser así cuando tu temperatura máxima ronda los 6 grados! Así que, después de ataques animales mi día apenas comenzaba en este poblado “polar”.