Sex Toys: Yo soy tu amigo fiel

Los primeros juguetes sexuales datan de hace 30,000 años, pero la pandemia elevó sus ventas a niveles nunca antes visto. Ahora los hay para mujeres, hombres y parejas de todas las variedades.
Hace un año el Satisfyer, un juguete sexual diseñado para estimular el clítoris, prometía ser el regalo navideño que toda mujer desearía. Sin embargo, la popularidad que adquirió en estas fechas quedó muy corta al entrar al segundo trimestre del 2020.
Desde principios de abril y casi hasta la llegada del verano, el estimulador erótico que había sido concebido en 2014 se convirtió en una de las tendencias recurrentes de las redes sociales. Twitter, Facebook, Instagram, YouTube e incluso TikTok se llenaron de reseñas y chistes anecdóticos durante los primeros meses del aislamiento preventivo llevado a cabo en todo el mundo ante la pandemia de COVID-19.
Tal fue el alcance global que se habló de una revolución sexual, al normalizar la conversación en torno al orgasmo femenino, los juguetes sexuales, la masturbación y la sexualidad en general. Si bien no fue el primer producto diseñado con un particular énfasis al clítoris, sí fue el primero en irrumpir con tal fuerza y motivar la educación y exploración autodidacta en la vida sexual.
Sin embargo, tampoco fue el único beneficiado de la cuarentena. Como reportó Erotika, la principal cadena de tiendas de artículos eróticos y sexuales en México, sus ventas a través de canales digitales aumentaron 280% desde que las autoridades sanitarias del país emitieron recomendaciones de aislamiento hasta finales de abril.
Si bien son muchos los factores de este “boom” en la industria, que van desde una sociedad más abierta para hablar sobre sexualidad y placer, hasta la facilidad e intimidad del comercio electrónico y, por supuesto, el confinamiento y la Sana Distancia, algo es seguro: la conversación está aquí para quedarse y puede ser una de las mejores noticias para el disfrute de todos los géneros y preferencias sexuales.
Come out and play
Puede ser fácil pensar en los juguetes sexuales como algo contemporáneo y quienes conozcan su historia freudiana probablemente pensarán que su historia más antigua está en el siglo XIX, pero la verdad es que se han encontrado en Alemania prototipos arqueológicos tallados en limolita, que datan de hace más de 30,000 años.
Con todo y la llegada de las primeras sex- shop en la Italia Renacentista, su uso se había mantenido como un tabú y en muchos casos lo continúa siendo, como explica Mandy Garrigó, General Manager de Platanomelón en México, quien asegura que parte del éxito en su modelo de negocio es la privacidad que se le brinda al cliente en todo momento.
Platanomelón es una empresa de juguetes sexuales que surgió en España durante el 2015 y llegó a México a mediados de 2020, por el tráfico latinoamericano que su sitio web presentó.
Aunque Garrigó afirma que el tabú surge incluso al buscar influencers para colaborar, al mismo tiempo detalla que, acorde a estudios realizados por la marca, un 44% de los participantes está interesado en utilizar uno, mientras que un 34% ya ha hecho uso de, por lo menos, un juguete sexual.
Como explica Karimme Reyes, sexóloga del equipo de Platanomelón, una parte del atractivo está en el control y la confianza que esta puede brindar a quienes utilizan los estimuladores de forma solitaria.
Pero la clave, comenta, es en realidad el aspecto lúdico: “Todo lo que aprendemos de niños es a través del juego, pero al crecer nos alejamos de esta didáctica. A través de un juguete erótico puedes conocerte a ti mismo, aprender de tu cuerpo y de las sensaciones que ciertas caricias en determinados lugares surgen al explorarte”. Esto concuerda con el eslogan de la compañía: “Volverás a jugar”.
Juegos de manos, son de parejas
No obstante, los datos del estudio realizado por esta empresa comprueban que la idea de que los juguetes sexuales son para solteros es más una creencia, pues el 73% confiesa que prefiere utilizarlos en pareja. Sobre esto, la sexóloga sugiere que su uso en un encuentro con otras personas debe siempre incluir una comunicación abierta en todo momento, el consenso, una buena higiene y, sobre todo, diversión.
Aunado a esto, nunca está de más hacer una búsqueda previa para encontrar el mejor juguete que pueda satisfacer las necesidades de todos los participantes. Como sugiere Karimme, si bien se puede hablar de una educación sexual más limitada para las mujeres, los hombres se han visto igualmente limitados al hablar de juguetes sexuales, pues muchos piensan que son exclusivos para ellas.
Masajeadores de próstata, anillos para testículos, masturbadores eléctricos y fundas texturizadas son algunos de los más populares en sitios como Amazon y Mercado Libre en cuan- to a juguetes sexuales para hombres se refiere.
Francisco, de 28 años, desconocía de la existencia de muchos de ellos hasta hace un año, cuando se animó a entrar a una sex-shop en la colonia Juárez de la Ciudad de México: “Siempre tuve curiosidad de entrar a una tienda y ver qué había adentro. Antes de entrar incluso pensé en comprar algo para mi novia, pero salí con productos para probar por mi cuenta que ni siquiera sabía que existían”.
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Igualmente, existen aquellos que pueden servir más de un propósito a la vez, como el anillo externo de Platanomelón que ayuda a estimular el clítoris al tiempo que controlan la irrigación de sangre en el pene, prolongando así el tiempo de erección y creando nuevas sensaciones para ellos, o incluso los masturbadores a distancia como “Max y Nora” de Lovesense, los cuales permiten a las parejas mantener un encuentro en vivo a través de dos dispositivos complementarios con sensores y una app.
La información es placer
Precisamente el aspecto más importante de este “boom” en la industria es lo que esto significa para la educación sexual, concuerdan Garrigó y Reyes. Como esta última explica: “La información te va a liberar de creencias, culpas y prejuicios. Te ayuda y te empodera para disfrutar más, además de que es fundamental para cuidarte y prevenir infecciones de transmisión sexual. Al final, la información también es placer”.
Garrigó, por su parte, añade que “esta es precisamente la filosofía de Platanomelón, pues si bien el negocio se basa en la venta de juguetes para adultos, la empresa busca iniciar una conversación en pro de normalizar la sexualidad”.
De tal forma, la compañía ha lanzado libros educativos, una eroteca online e incluso un canal de YouTube que cuenta ya con más de un millón de suscriptores con videos que van desde tutoriales hasta preguntas comunes respondidas por sexólogas.
“La educación sexual es para todas las edades y fue precisamente en este ámbito donde notamos un fuerte tráfico de Latinoamérica porque es algo que hasta ahora no se ha hablado abiertamente”, comenta Mandy Garrigó.
Pero aún con el aumento comercial de es- tos productos y las campañas que tanto Platanomelón, como otras empresas han hecho en torno a la educación sexual, los mitos y tabúes aún prevalecen; desde el squirt hasta métodos anticonceptivos.
Más aún, mucho se ha hablado de la posible adicción a los juguetes eróticos, ante lo cual Reyes declara que en estos casos se habla ya de patologías previas que simplemente encuentran una salida a través de estos, pero que igual podría ser por otros medios.
Es decir, lejos de ser la causa, es un síntoma de algo no necesariamente sexual. Así, la educación sexual se suma a otros desafíos de la industria, como generar una industria más inclusiva, accesible y responsable ante sus consumidores que logre motivar el debate público y la curiosidad sobre nuevas formas de vivir nuestra sexualidad y los beneficios del erotismo.