Café Tacvba no es lo mismo 30 años después

Ciudad de México, y el Foro Sol fue el escenario perfecto para congregar a un público de 60 mil personas, cientos de almas vibrantes que aclamaban con alborozo la salida del cuarteto, ¡oeeeeee, oeeeeee, oeeeeee, oeeeeee, cafééé… cafééé! Siendo las 9:35 pm, majestuosos pero serenos: (Café Tacvba) Rubén Albarrán, Emmanuel del Real, José y Enrique Rangel abrían la escena musical con “Seguir Siendo” del álbum (Sino/2007) y bajo los efectos de esas luces rojas que cesaban nuestra euforia, y suavizaban la impetuosidad del momento, todo se iba acoplando con la escena rítmica que terminaba sutilmente; como si se tratase de una ceremonia de glorificación con el tema “Tengo Todo”; La fuerza de los sintetizadores y la armonía de las guitarras eléctricas, iban elevando la energía del público que coreaban “Cero y Uno”, finalizado el primer bloque con “Matando” de su octava producción (Jei Beibi).
“¡Muchachos! ¡Muchachos! ¿Cómo están todos ustedes? qué alegría llegamos a los 30s”, exclamaba Rubén, con una sonrisa de satisfacción y gozo levantado los brazos y agradeciendo a sus invitados por asistir a su gran festejo, ¡y como no estar felices y celebrando! si los Tacvbos han sido parte de la vida de todo mexicano.
El mestizaje musical se hacía presente.
Entre lo viejo y lo nuevo así transcurrían los temas como “Debajo del mar”,” Labios Jaguar” y “La Zonaja”; pistas memorables de su álbum debut homónimo (Café Tacvba, 1992) mientras dábamos de taconazos, mi mente se remontaba a esa época en la secundaria, cuando las ponían en las tardeadas y brincaba de lado a lado gritando a todo pulmón, ahora se hacían realidad, todos danzábamos muy al estilo de meme, al son de sus desenfadados teclados. El folclore se iba disipando entre “Trópico de Cáncer” y “Volver a Comenzar” mientras las composiciones instrumentales de su cuarto material de estudio (Revés/soy yo 1999) “Las 11” “La 2” y” Revés” se hacían presentes, liberando nuestras tensiones y enmarcando el inicio alucinante de “Futuro”. La melancolía de lo acústico se hizo presente con “Gracias a la vida” y “Tírate”, para darle paso a ese Huapango tan anhelado, y que exigimos a gritos “ojalá que llueva café” oíamos ese cantó al compás veloz de las cuerdas del violín, y los rasgueos imparables de la guitarra, el niño Iván y su padre Aníbal Hernández, del Dúo ‘León Huasteco’ nos conmocionaba al borde del éxtasis, mientras que “Puntos Cardinales” “Olita de alta mar” las “Flores” y “Fin de la infancia” eran las siguientes en el setlist, y a su ritmo soltábamos el cuerpecito, olvidándonos de la temperatura que descendía esa noche. “Cuando yo me pongo a bailar con los brazos en alto, siento una vibración bien chingona” así nos invitaba Rubén a no dejara de bailotear.
Las señas de caracolitos retacharon en la pandilla.
Bajo la mezcla del Rap/Hip-Hop y Funky; Ya chole, chango, chilango… se recitaba tal cual himno representativo del argot mexicano, y es que “Chilanga Banda” nos brindó esa identidad a los citadinos, y aunque no entendamos ni un Tíbiri -Tábara, coreábamos las estrofas tal cual oración poderosa. Ya llevábamos hora y media de la fiesta, y los invitados especiales de los Tacvbos empezaban a llegar; dando paso a la agrupación chilena ‘Los Tres‘ quienes entonaron sus baladas originales “Amor Violento” y “Torre de Babel” a su término entregaron la estafeta del escenario a la agrupación mexicana, y “Déjate Caer” fue aclamada por la ya famosa coreografía de los integrantes, que se dejaban llevar bajo su ritmo energético.
Por siempre serán de lucha.
Entre rechiflas y ¡Culeeeee…..osss! Caféta mandaba un mensaje a la clase política desde, Donald Trump hasta López Obrador, haciendo un llamado a la sociedad civil para crear conciencia sobre la explotación de tierras y selvas, “El tren Maya solo es la punta del iceberg” recalco en su discurso mientras mandaba muy a su estilo, esos cantos de amor universal, a presientes, diputados y empresarios. Con total furia la “Chica Banda” emergía con una nueva voz y es que era la herencia Punk, que dejaba Albarrán a su hijo adolescente.
El ambiente cambio rotundamente, cuando Meme se encargó de mezclar las notas melancólicas de “ El mundo en que nací” bajo la ejecución del Piano y así fusionarse con la pasiva armonía de “Encantamiento inútil” ; daban las 12:00 y esto era inverso al final de un cuento, porque “Eres” y “Quiero ver” romantizaban el recinto a una sola voz, sentía el corazón desbordante, no sé si era por qué me hacía falta una presencia que añoraba o era escuchar el coro inicial de la tan esperada pista “Baile y el salón” esto solo auguraba el final de esta larga historia de recuerdos.
El encoré de la última hora “Diente de León” y “Zopilotes” transcurrían tan rápido tal cual minutero de reloj de arena, detenido el tiempo como si dejáramos de sentir la gravedad con “Espacio”, momento de introspección que resplandecía bajo el halo de la fanaticada, los gritos ensordecedores no cesaban junto con “María”. Porque al consumo de estas interpretaciones la voz principal agradecía nuestra presencia, deseándonos un buen regreso a nuestra realidad. 3 horas, 30 canciones, 30 años, pero como todo buen mexicano siempre queremos más. Las camisetas con pechos de mujer al aire, quedaron en el olvido y una nueva era de reivindicación aparecía, con resplandor y tenahua; Rubén manifestaba su apoyo a la diversidad y como acto final daba la entrada a su gran amiga Andrea Echeverri de la agrupación “Los Aterciopelados” pero quien iba a creer que justamente después de 3 años volverían a interpretar “Ingrata” versión adaptada por la colombiana , dejando las estrofas de venganza y coraje por unas nuevas líneas que daban alusión al poderío femenino, “Ingrato, no me importa si me quieres, me vale madre si me dejas, a mandarte a la chingada, ingrato, porque soy independiente, porque no te necesito, no soy tu media costilla, es respeto lo que exijo” bajo los tarareos perdidos y confusos de los asistentes era como anunciaban la nueva interpretación y reconciliación, satisfechos o no, todos gozamos la consumación del festín.
Fotos de Lulú Urdapilleta y César Vicuña
