SONS OF APOLLO, LA BANDA VIRTUOSA QUE NO QUIERE PRESUMIR

El celebérrimo exbaterista de Dream Theater, Mike Portnoy, fue el responsable de unir a Billy Sheehan, exbajista de The Winery Dogs; Jeff Scott Soto, exvocalista de Journey, el tecladista Derek Sherinian, y el exguitarrista de Guns n’ Roses Ron Thal, también conocido como “Bumblefoot”.
Juntos se hacen llamar Sons of Apollo y recién lanzaron un disco, Psychotic Symphony, producido The Del Fuvio Brothers.
Este viernes 6 de abril se presentan en el Circo Volador (Calzada de la Viga 146, col. Jamaica), por lo que sostuvimos una amena conversación con Bumblefoot.
Me parece sorprendente que un guitarrista haya compuesto una canción titulada “La guitarra apesta” (Guitar sucks, uno de sus temas solistas).
(Risas) Es una broma bonita, quería que la canción tuviera implícita una contradicción, que fuera sarcástica y representara lo contrario a mi pasión, que es la guitarra.
Supongo que has de ensayar muchas horas por día, ¿hubo algún momento de tu vida en que de verdad pensaras: “esto de tocar la guitarra, ¡apesta!”?
No, creo que no (risas). Y sí trato de tocar a diario. Tengo una guitarra en este momento a mi lado. La consistencia es importante en mi trabajo. Creo que es mucho mejor, para un guitarrista, tocar 10 minutos cada día, que dedicarle una hora un día y después no volverla a tocar durante toda una semana.
Eres muy apasionado de tu instrumento, me da curiosidad saber cómo es la dinámica al interior de Sons of Apollo, porque asumo que todos son igual de dedicados que tú con sus instrumentos.
Así es, estar juntos es maravilloso, es lo que más me gusta. Cada uno es único, tiene una personalidad fuerte, y justo eso se puede respirar cuando escuchas una gran banda, que puede ser The Beatles, Guns n’ Roses, la que quieras. Esa flama es la que hace vivir una banda. Sons of Apollo creo que lo somos, con todo y que este primer disco es más un homenaje a todo lo que nos orilló a hacer música. Puedes oír un poco de Van Halen, de Rush, de todo aquello que nos inspira. Creo que el segundo álbum será el que muestre de verdad de qué estamos hechos.
Mencionas el nombre de grupos enormes, Van Halen, Rush, que sin embargo, ya no tocan más. AC/DC también se ha retirado. ¿No te parece triste tener que decir adiós a esas granes leyendas a quienes les debes haberte vuelto músico?
Nadie vive para siempre, a todos nos llegará hora. Por eso me parece muy importante apoyar a las nuevas generaciones de bandas. Son ellos quienes podrían volverse las leyendas del mañana. Pero están atravesando un momento muy complicado en la industria musical. Lo que hoy tienen que hacer para convertirse en leyendas es muy duro. La responsabilidad de que triunfen es de nosotros, de los fans.
Hablando de esas influencias, en Divine adiction existe un intro que me sonó mucho al riff de Smoke in the water de Deep Purple.
(Risas) Esa canción fue escrita por Derek y obviamente, está inspirada en Deep Purple, porque le gusta mucho y no tuvo empacho en rendirles tributo. Por eso te digo que el próximo álbum profundizará mucho más en nuestra propia voz como grupo. Creo que canciones como Labyrinth ya tienen ese gen.
El disco de Sons of Apollo, aunque se trata de la reunión de un grupo de músicos destacados, no deja de tener una estructura cercana al verso-coro-verso y las melodías son muy poderosas. ¿Por qué no se perdieron en mostrar el virtuosismo de cada uno y sí pensaron en hacer canciones que se dejan escuchar?
Porque la canción es lo más importante. Cuando tocamos algo melódico o algo técnico, siempre tenemos en mente que la canción nos indica hacia dónde irá. Por eso escuchamos mucho a Jeff, que es quien se encarga de las melodías de la voz. No se trata de ser la banda más técnica de la historia (risas).
¿Cómo hacen para que sus egos no compitan por hacer el solo más largo y veloz?
Porque, insisto, la canción es nuestro jefe. A ella servimos. Lo que cada uno puede hacer con su instrumento es secundario. Y ninguno de nosotros olvida esa filosofía.
Todos ustedes son técnicos, productores, ingenieros de audio, ¿no dificulta eso el trabajo en el estudio?
¡Al contrario! Creo que lo facilita. Porque confiamos en el uno en el otro. Sabemos que si alguien cuestiona un resultado, es porque tiene una mejor idea. Siempre decimos: “intentemos eso que estás proponiendo”. Hay que hacer un lado el ego, esa es la clave de quienes hacen grandes cosas.
Grabaron su disco en sólo 10 días, ¿qué tan complicado ha sido montar esas canciones para la gira?
Para mí ha sido complicado, porque estoy cantando notas altas de apoyo. Tengo que coordinar eso, mientras toco la guitarra y controlo los efectos con el pie al mismo tiempo. He tenido que prepararlo mucho. Me está costando trabajo, la verdad. Pero acepto el reto.
Has tenido la oportunidad de tocar con muchas grandes estrellas de rock. Desde Axl Rose en Guns hasta Zakk Wylde, o ahora mismo con Mike Portnoy. ¿Alguna vez te sentiste intimidado por otro músico?
Intimidado nunca. Me siento afortunado de rodearme de gente tan talentosa e inspiradora. Si toco con alguien exitoso y que realmente tiene talento, me siento agradecido. Estuve con todos esos que dices y muchos más. Pero lejos de intimidarme, porque eso significaría que me avergüenzo de lo que soy, lo experimento como el privilegio de hacer música con gente con la que me identifico.
En los 80, se decía que Guns N’ Roses era la banda más peligrosa sobre la tierra. ¿Cómo fue para ti ir de gira con ellos?
No sabía eso (risas), pero definitivamente fueron ocho maravillosos años. Los fans, el crue, todos eran muy amables Sobre todo los técnicos, ellos eran los héroes que permitían que aquello sucediera. Podría definirlo como una montaña rusa. Guns n’ Roses fue una experiencia muy excitante.
¿Cuál fue la canción clásico de Guns que más disfrutaste tocar?
Don’t cry, ahora verás porqué. Cuando yo entré a la banda, no estaba montada, ¡pero los mensajes que nos llegaban de los fans pidiendo que la tocáramos eran miles! Así que cuando nos presentamos en el Festival Rock in Rio en 2006, cuando me llegó la oportunidad de hacer mi solo, había miles de personas delante de mí en Portugal, me vino a la mente esa gente que pedía Don’t cry. Así que empecé a tocar la canción y la audiencia empezó a cantar la letra. A partir de ahí se volvió mi solo oficial.
¿Y qué te dijo Axl?
“¿Qué estás haciendo?”, me dijo cuando empecé a tocarla, pero cuando acabé gritó: “¡Fue brillante!”