STUDIO3 WIRELESS O CÓMO DR. DRE SE SALIÓ CON LA SUYA
En la primera escena de la película Straight outta Compton puede verse al actor Corey Hawkins tirado en el suelo. En medio de un montón de discos. Con unos audífonos en las orejas que lo aíslan del resto de la humanidad. Corey encarna a Andre Romelle Young –Dr. Dre– uno de los personajes fundamentales en la historia del hip hop.
Dentro de la película, la madre de Dre llega para sacarlo a la fuerza de su burbuja. Le reclama que no haya asistido a una entrevista de trabajo. Pero es demasiado tarde. El destino del futuro productor de Eminem está trazado.
Es probable que algo haya quedado de ese adolescente que se escapaba del mundo cuando Dr. Dre fundó junto a Jimmy Iovine la compañía de audio Beats en 2006.
Dedicada a fabricar auriculares, intrauriculares y altavoces de calidad que proveen a los fanáticos de la música una experiencia similar a la que Dre debió vivir en su juventud, cuando no tenía ganas de escuchar los regaños de su madre.
Me pidieron que probara uno de los modelos recientes y esto es lo que sucedió. De entrada, los Studio3 Wireless se ajustan con mucha fuerza a la cabeza. Al principio quizá demasiada. Como las garras de una gárgola decidida a exprimirte el cerebro. Pero con el uso, la diadema comienza a tomar la forma de tu cabeza. Lo mismo que pasa con el traje de Spider-Man que tarde o temprano se transforma en su segunda piel.
Sus bocinas acojinadas te separan del universo. Podrías tener un taladro rompiendo el pavimento justo a tu lado y eso no evitaría que pudieras percibir con detalle el slap, digamos, del bajo de Flea, de los Red Hot Chili Peppers o el doble bombo de los primeros discos de Sepultura con Iggor Cavalera en los tambores.
La entrega de agudos tampoco desmerece. Cuando los probé los sometí a voces capaces de emitir ensordecedoras notas altas y créeme, pasó la prueba de Dio y The Mars Volta. Su nitidez equivale a la proyección de una película en 4D en tu oído interno.
El hecho de que los auriculares sean inalámbricos representa la consumación de un sueño húmedo para quienes crecimos con los cables del walkman y el discman enredándose impunemente en el interior de la mochila. La duración de la batería no parece ser un problema si te sabes administrar.
Hasta 22 horas de reproducción continua con el Pure ANC (un chisme, dirían en España, capaz de nivelar el sonido de la música para eliminar todo aquello que no es música de tu cabeza, lo cual puede ser desde el reclamo de tu jefe hasta una horrible canción de Arjona que algún vecino pudiera tener la osadía de escuchar) y 40 si lo desconectas.
Ya como extra, los audífonos cuentan con controles que te permiten adelantar y regresar canciones, subir y bajar el volumen, hacer llamadas y hasta dialogar con la amiga imaginaria por antonomasia de los adictos a la tecnología, Siri.
Dr. Dre se salió con la suya. Tal como puede verse en la película. Sus oídos se hicieron los sordos ante cualquier otra cosa que no fuera la música. Y los Studio3 Wireless nos ponen en sus zapatos.
Precio: $6,999
www.beatsbydre.com/mx/
