STARWARSHOLICS
ESTE 25 DE MAYO SE CELEBRAN 40 AÑOS DEL ESTRENO DE LA PRIMERA PELÍCULA, POR LO QUE TE PRESENTAMOS TRES CASOS DE FANÁTICOS QUE DECIDIERON LLEVAR SU PASIÓN GALÁCTICA HASTA EL EXTREMO.
POR JAVIER VILLANUEVA FOTOGRAFÍAS DE ROMÁN GÓMEZ @PLAYADURA
Star Wars: Episode IV–A New Hope se estrenó el 25 de mayo de 1977, representando lo que sería uno de los fenómenos más trascendentes de la cultura pop. Porque el alcance sus carismáticos personajes –Han Solo, R2-D2, Luke Skywalker y un larguísimo etcétera– no se limita únicamente a la pantalla grande.
Hace 40 años, cuando George Lucas creó una de las sagas más emblemáticas de todos los tiempos, no se imaginó el éxito que cosecharía. Sin embargo, tuvo el atino de negociar con la 20th Century Fox sus honorarios como director a cambio de convertirse en el dueño de todos los derechos de la licencia de los productos derivados de su película.
Sin lugar a dudas, ha sido uno de los movimientos económicos más astutos en la historia del cine, si tomamos en cuenta que de acuerdo con un artículo de PuroMarketing.com, en 2012, cuando Disney compró Lucasfilm, la compañía del cineasta, ésta movía más de 200 millones de dólares a consecuencua de productos derivados de sus filmes.
“Me regaló mi primer póster y la hice mi esposa”
ALONSO FLORES
• Sus personajes favoritos son Darth Vader y Yoda.
• El objeto más costoso que tiene es el primer póster mexicano de la saga con un valor de hasta 30 mil pesos. Además de su extensa gama de autógrafos del elenco.
• Entre los objetos raros y únicos en el mundo, almacena un tequila artesanal llamado Alcohol milenario, del cual existen muy pocas piezas.
Es uno de los coleccionistas más apasionados. Su habitación almacena más de 20 mil objetos. Se toma una hora de cada día para poder realizar un inventario. Atesora juguetes, pósters, libros, cómics, comida y las ediciones importadas de las películas, sin olvidar piezas únicas que nadie más posee.
Entre las cosas que destacan de su colección son los objetos mexicanos que datan de 1977 y 1978, como los magicuentos, los chicles originales que incluyen tarjetas coleccionables y hasta el primer póster mexicano oficial de la saga.
“Si hay una película de la cual me acuerdo desde mi corta edad de cuatro años es Star Wars, ahora tengo 43. Entonces me tocó vivir todo lo que vendría después del lanzamiento del primer episodio”, expresa. Pero no todo es sólo ficción en la pantalla. La vida de Alonso va de la mano con la saga. Por ella conoció a su esposa y ahora viajan juntos en busca de nuevos objetos, como como la matrushka original de Rusia con los personajes de la película, uno de los objetos raros de su colección.
Lo que más le gusta añadir son pósters de la franquicia. Cuenta con un poco más de 400 y afirma que dentro de los coleccionistas mexicanos, el posee más que nadie. Su primera pieza fue un R2-D2 de la línea Lili Ledy que tiene 39 años.
Para él no es primordial tener todo lo que compra en su empaque: “Hay cosas como las figuras Kenner de 1977 que vale la pena conservar. Se convierte en un reto, pero también hay cosas que no están hechas con esos fines, como los libros, eso es absurdo”.
Para cada objeto hay una gran historia: “En mi época de ‘estudihambre (risas)’, anhelaba comprar el primer póster que salió en el cine, y así di con alguien que lo vendía en tres mil pesos. Para mí era mucho, pero hice el propósito de ahorrar. Cuando junté la cantidad, ya se había vendido, pero para mi gran sorpresa, la persona que lo había adquirido era mi novia y me lo regaló. Entonces le pedí que se casara conmigo”.
Además de lo ya mencionado, Alonso es el fundador del primer club de fans oficial en México y ayuda a contactar personas que admiran la saga en diferentes países. No se imaginó que se haría amigo de Duncan Jenkins, uno de los coleccionistas más grandes de todo el mundo que trabajada en el Rancho Obi Wan, una tienda especializada localizada en el condado de Sonoma, en California.
Alonso es biólogo, imparte clases en la unam y aunque ya no tiene tanto tiempo como antes para poder seguir aumentando su colección, dedica un par de horas a la semana a buscar objetos en diferentes sitios.
“A pesar de que el tiempo para mi hobby es a veces poco, el alcance de la tecnología ha ayudado mucho. Hay desde grupos de compra-venta en Facebook, hasta clubes de fans y páginas como Mercado Libre o Amazon que te facilitan las cosas a diferencia de hace 30 años, que era casi imposible conseguir. Hoy si tienes claro qué quieres coleccionar, será fácil adquirirlo”.
“Mi oficina ya es un museo”
RICARDO ESPÍNOLA
• Su personaje favorito es R2-D2. • Su objeto más preciado es un R2-D2 tamaño real de edición limitada, con más de 200 reac- ciones diferentes.
• Cada año invierte hasta 300 mil pesos para comprar productos de Star Wars.
Ricardo Espínola tiene los mismos años de vida que la franquicia. A los ocho años estuvo en una proyección de lo que hoy conocemos como El episodio vi: El retorno del Jedi, en el aún existente Palacio Chino.
“Recuerdo que mis padres me llevaron y ese día había personas caracterizadas como los personajes de la película; entonces ya te imaginarás, quedé fascinado. Salí del cine y no había manera de comprar las figuras originales, porque aún no llegaban a México los juguetes gringos, sólo teníamos reproducciones mal hechas, lo que llamamos ahora bootleg, que irónicamente tienen gran valor entre los coleccionistas de todo el mundo. Mi primera figura fue un Ewok mal hecho”, recuerda.
Ricardo tenía a su alcance una manera particular de adquirir las figuras originales. Una de las tías de su vecino, con el cual compartía su fanatismo por Star Wars, era aeromoza. Eso le permitía viajar y comprar juguetes en Estados Unidos. El primer personaje que se incorporó de manera oficial a la colección de Ricardo fue Lando Calrissian, de la línea Kenner.
“Sentía emoción. Prácticamente cada tercer día recibía estos juguetes, que tenían un costo de 99 centavos, hasta que completé esa colección, que es una de las más valiosas hoy en día. La tengo cerrada, en sus empaques originales, porque encargaba dos figuras de cada una, una era para jugar y la otra de repuesto, hasta que me di cuenta de que podía tener todo en buena condición y así es como nació mi amor por el coleccionismo”, explica.
“El niño” creció y dejó de lado las figuras, por los libros y cómics de la saga, tomando un camino nuevo hacia la música y fascinado por las composiciones del británico John Williams.
En la actualidad posee artículos de todo tipo, desde juguetes hasta gad- gets de Star Wars. “Estoy alucinado con los nuevos productos, porque ahora me gusta más la parte de la tecnología. Los sables ya son replicas exactas, puedes controlar a BB-8 e incluso a R2-D2”.
Para él, ser coleccionista no significa precisamente comprar todo: “Hay algo que en definitiva no compraría y son las figuras lego. No son malas, pero a veces pienso que ya le está robando la esencia a Star Wars y no me agradan del todo las modificaciones que le hacen a los personajes”.
Ricardo hoy es director de la estación de radio por Internet “Grita Radio”, además se dedica a la mercadotecnia y la publicidad.
“Cada año viajo al Festival Coachella y regreso fácil hasta con tres maletas de juguetes. Cuando vienen bandas a ser entrevistadas en Grita, acaban tomándose fotos en mi oficina. Prácticamente es un museo, igual mi casa. Como, respiro y vivo puro Star Wars”.
“Coleccionar es como meterte drogas”
NAHIM QUINTANA
•Posee una figura de Darth Revan, figuras de la sdcc y productos de Japón que se posicionan entre las más raras y costosas.
•Su favorita es la serie vintage replica, que consta de reproducciones de las primeras, pero mejor hechas.
•El personaje favorito es Darth Maul.
•Su colección consta de aproximadamente 15 mil figuras.
Nahim Quintana es publirrelacionista y director ejecutivo de la agencia Fase 7. Colecciona exclusivamente figuras de acción. Su obsesión empezó desde niño, al ver los juguetes que poseía uno de sus tíos.
“En la secundaria comencé a comprar poco a poco, ya una vez que comencé a trabajar de manera formal pude adquirir todo lo que quise. Prácticamente es como un deporte. Diario le dedico una hora a sitios como Amazon, Disney Store, eBay y otras páginas de Estados Unidos, porque ahí radican casi todos los productos, además los consigo antes de que lleguen a México”. Es considerado uno de los coleccionistas más completos en cuanto a figuras de acción. Tiene desde productos vintage que datan de 1977, hasta los más actuales.
“Siendo sincero, creo que todo lo que colecciono tiene un valor sentimental más que monetario”, señala.
Las ediciones que posee Nahim provienen de todo el mundo, no sólo de Estados, y todas están en una condición impecable. Cada una conserva su empaque original.
“Me encanta viajar, entonces cada vez que visito un nuevo país es obligatorio hacer una parada para ver la línea de productos de ese lugar y añadirla a mi colección”.
Ve las películas una y otra vez, mí- nimo una vez a la semana, y se considera todo un fan de la ciencia ficción.
“Es curiosa la manera en que me gustó la película. Había visto las primeras entregas, pero no era tan clavado. Fue hasta que comencé a comprar las figuras que se convirtió en mi película favorita”.
El publirrelacionista asegura que el día que le sea imposible continuar la colección, la dejará en manos de alguien que pueda darle continuidad.
“No podría venderla, pues le pon- dría un precio muy elevado. Pero más allá de eso, porque contiene piezas muy raras y difíciles de conseguir, me implicó formarme en alguna convención o preventa y hasta viajar a otro lado del mundo para poder conseguirlas. Ser coleccionista es el equivalente a consumir drogas. Todo tu tiempo, tu dinero y tu esfuerzo son para conseguir eso que tanto necesitas”.
