Aniversario en medio de la crisis
El Club de fútbol UNAM celebra el 28 de agosto 60 años de existencia, tristemente en medio de una de las peores crisis de su historia. Así hablan sus hinchas de tan tremenda fecha.
Por Adán Medellín (@adan_medellin)
“Por mi raza hablará el espíritu”, reza el lema de la Universidad Nacional Autónoma de México, y si se trata de futbol, en el corazón universitario sólo hay una palabra que concentra la pasión y la identidad de la Máxima Casa de Estudios: Pumas. Fue Roberto Tapatío Méndez, célebre entrenador de futbol americano universitario, quien eligió en 1942 este mote para su equipo, que se extendería luego a todas las escuadras deportivas de la institución. Méndez quería jugadores que se asemejaran a estos animales: fuertes, agresivos, rápidos e inteligentes; jugadores felinos que con su agilidad y su astucia vencieran a rivales más grandes.
El origen de Pumas está lleno de ánimo combativo, ilusiones, frescura y juventud. El equipo luchó contra la primera negativa de establecerse como club en la Liga Mayor de Futbol del Distrito Federal en 1937, pero la fiebre del balompié universitario no se apagó y en 1940 ya se había formado un equipo con jugadores de distintas escuelas y facultades, que animaba las competencias juveniles capitalinas, bajo el mando del costarricense Rodolfo Muñoz Butch. Tras varias gestiones del rector Nabor Carrillo y el ingeniero Guillermo Aguilar Álvarez, en 1954 los Pumas fueron aceptados por fin en el profesionalismo e ingresaron en la Segunda División. Después de penurias y un año ausente de competencias, el apoyo del Patronato de la UNAM trajo estabilidad monetaria y deportiva y los Pumas lograron el ansiado ascenso a Primera en 1962.
Desde entonces, los Pumas de la UNAM han forjado una historia que los ha encumbrado en el gusto de la afición, los ha vuelto protagonistas de los torneos mexicanos y los ha convertido en un emblema de la Universidad. Aunque no están entre los clubes más añejos del futbol mexicano ‒lo superan escuadras centenarias como Pachuca y Chivas, u otras que están por cumplir 100 años como América, Atlas o Atlante‒, su afición no deja de crecer y alcanza todas las profesiones y grados educativos de México, pues su sangre se renueva con el entusiasmo de cada nueva generación de universitarios que ingresa a la Máxima Casa de Estudios y que suma niños, adultos y mayores con una tradición que les corre en las venas.
Hecho en CU
¿Qué lleva a la gente a abrazar con tanta pasión al equipo? La gran base de aficionados tiene ADN puma, linaje azul y oro. Con familias de abuelos o padres que tienen como alma máter a la universidad, sus seguidores han vivido desde pequeños los buenos y los malos momentos del equipo y aprenden a disfrutar del ambiente y a hacer valer el peso del Estadio Universitario. Para la periodista Gabriella Morales-Casas, la esencia de Pumas radica en que “es el equipo de nuestra máxima casa de estudios; eso le da un carácter honesto, casi inocente, porque no hay dinero, no se pagan millones por los jugadores y los extranjeros que tenemos no son los más espectaculares, pero resultan eficientes; [ellos] se adaptan a la cultura de la Universidad, la cultura del esfuerzo, a la de las oportunidades, como la sentimos los estudiantes de la UNAM”. Omar Barrera Moreno, Maestro en Ciencias y profesor universitario, coincide con Morales-Casas. Él es puma desde hace 17 años: “Desde que ingresé a la Preparatoria y conocí desde dentro todo lo que es la universidad, la historia del equipo y el estadio, no he dudado ni un solo día: soy puma, de sangre azul y piel dorada”. Otros, como el periodista y conductor de radio y televisión René Franco, se enamoraron de la forma de jugar del club en sus épocas doradas. “En la temporada 80-81, con 15 años de edad, viví el legendario Pumas de Cabinho, Hugo en su última temporada y el debut de Luis Flores. Equipazo. En la final contra Cruz Azul, los colores Azul y Oro se metieron en mis venas.”
Para Gabriella, aficionada devota que fue reportera especializada en futbol por casi 10 años y actualmente es una reconocida columnista en revistas de lujo y estilo de vida, la grandeza del equipo se explica por su cultura más allá del futbol: “Pumas representa una cantera, un sueño, un escudo de credibilidad; incluso quienes no son universitarios son fans de Pumas, se identifican con nuestros valores. Por eso nos encanta ganarle al América, porque le ganamos a los ricos, a los privilegiados y a los empresarios. Es verdad que el Patronato está compuesto por magnates, entre ellos el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, pero Pumas no es un club-producto propiedad de un empresario que decide a placer o vende franquicias, y mientras eso siga así seguiremos siendo un club con un alto índice de honestidad. Es un equipo de caballeros y de ésos hay cada vez menos en el futbol moderno y menos en el mexicano.” Barrera concuerda con este punto de vista: “Pumas, a diferencia de otros equipos, no pertenece a una empresa o marca en particular. Está cobijado por una de las universidades más importante del mundo y la comunidad universitaria se siente identificada con ellos, éstos representan a miles de universitarios que están o han estado en la UNAM”. Y René Franco añade por su parte: “México es la esencia y la identidad de Pumas. Al equipo lo distingue su afiliación con el prestigio. La mayor casa de estudios de América Latina no puede tener un equipo pequeño. Compartir el Himno Universitario no es gratuito. La grandeza del club se basa en su vocación formativa: en la cantera”.
Como sus fans reconocen, el corazón de Pumas está en su cantera, que lo distingue entre los equipos del futbol nacional. La Universidad Nacional ha sido cuna de grandes futbolistas que en distintas etapas han nutrido de talento al resto de la liga y a la Selección Mexicana. “Pumas es el semillero de talento del futbol mexicano”, sintetiza Barrera. En sus canchas, el equipo forma futbolísticamente desde pequeños a montones de jugadores en sus distintas categorías que un día vestirán la casaca auriazul. Pumas tiene el orgullo de haber producido algunos de los futbolistas más destacados de nuestro país, entre ellos a varios con proyección internacional. Ahí están Hugo Sánchez, Enrique Borja, Leonardo Cuéllar, Luis Flores, Manuel Negrete, Miguel España, Alberto García Aspe, Jorge Campos, Claudio Suárez y Héctor Moreno, por mencionar unos cuantos.
¡Cómo no te voy a querer!
Como todo gran equipo, Pumas tiene momentos grandes e inolvidables. En épocas recientes, quizás el más recordado por sus aficionados es el bicampeonato conseguido bajo el mando de Hugo Sánchez en 2004. Hasta ese momento, era el primer equipo que lo lograba en el formato de torneos cortos y lo hacía de la mano de uno de los máximos ídolos de la institución (y del balompié mexicano). Pero otros pumas de hueso colorado, como René Franco, pueden radiografiar el momento más memorable de su latir felino en un instante diferente: “El gol de Manuel Negrete a Celestino Morales en partido de liguilla contra el Puebla. En la toma de Imevisión pueden verme brincando, fuera de mí, con una melena que desde entonces no ha regresado.” Para Barrera, ese momento imborrable está en el primer día que asistió al Estadio Universitario, cuando cantó el himno y gritó el Goya junto a toda la porra luego del primer gol de su equipo.
El fan de Pumas conserva en su memoria las hazañas del goleador histórico Cabinho y la contribución de futbolistas y técnicos emblemáticos como Leonardo Cuéllar, Manuel Manzo, Luis Flores, Miguel Mejía Barón, Tuca Ferretti, Manuel Negrete o Miguel España; sin olvidar en épocas más cercanas a Jorge Campos, Joaquín Beltrán, Sergio Bernal o el paraguayo Darío Verón; además de darle un lugar especial a Jaime Lozano, quien como bien apunta Gabriella, acuñó la frase “Hecho en CU”, una camiseta que se vende en todas las facultades y escuelas de la universidad y sintetiza la identidad azul y oro en los tiempos modernos.
Al lado de sus triunfos, trofeos y jugadores insignia, Pumas también ha vivido etapas difíciles, como en la década de los 90, donde la crisis económica del equipo se reflejó en el campo, los alejó de las liguillas e incluso los mantuvo rozando el descenso. Para Diana Caballero, ejecutiva de cuenta en una agencia de relaciones públicas a quien su papá le inculcó la afición puma desde niña, otros momentos dolorosos son las goleadas contra escuadras rivales como América o Cruz Azul. A René Franco, por ejemplo, le duele en el alma la final perdida contra los azulcremas (1-4) en la temporada 87-88, nublada por los fallos arbitrales contra los universitarios. A Omar Barrera le pasa lo mismo con la derrota en la Final de Copa Sudamericana contra el Boca Juniors en 2005, además los últimos cuatro torneos, la mala elección de refuerzos y los cambios directivos.
No obstante, la afición persiste a su lado en espera de enormes alegrías como las del aquel imborrable 2004. En la actualidad, las equivocadas decisiones directivas han lastimado al equipo llevándolo a temporadas irregulares, pero en cada nuevo torneo renace una esperanza en el espíritu puma que no se cansa de alentar al club. Cada seguidor tiene su ritual para apoyar a los felinos. Diana, por ejemplo, llega muy temprano al Estadio Universitario y habla por teléfono con su papá para saber lo que necesita el equipo para ganar y ganar confianza. Omar se enfunda su playera y busca un buen lugar cerca de la media cancha. Otras fans, como Gabriella, también poseen sus cábalas: “Mi ritual para ir al estadio son las inigualables tortas de la Puerta 14. Es obligación echarme una antes del partido. También procuro siempre saludar al Doctor Octavio Rivas, el psicólogo del club, en su palco. Como verás, los Pumas somos una comunidad”.
¿A dónde mira el futuro de Pumas? Para todos sus aficionados, debe apuntar a la consecución de nuevos campeonatos, así como al respeto y cuidado del “jugador de casa”, que para Gabriella, como para la comunidad auriazul, es la fortaleza histórica del club. “Pumas merece más; debe reconocer su historia, darle oportunidad a los suyos tanto en el campo como en la dirección técnica. La historia nos dice que el éxito de Pumas siempre viene desde su ADN, ¿para qué cambiarlo?”.
Una nueva temporada comienza para este histórico de nuestro futbol que cumple 60 años de existencia y con él, un nuevo compromiso para responder a las expectativas de una noble afición que se escuda bajo una de las máximas instituciones educativas de nuestro continente. Cuando ruede el balón, más allá de las laterales, la fidelidad no estará en duda y la piel azul y oro, cariñosa y exigente al mismo tiempo, seguirá apoyando y coreando desde el fondo de sus entrañas el “Goya” y el “Cómo no te voy a querer…”
Máximos anotadores de Pumas en Primera División
Jugador Goles
Evanivaldo Castro Cabinho 151
Ricardo Tuca Ferretti 118
Manuel Negrete 101
Hugo Sánchez 97
Luis Flores 95
