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#DesvaríosNocturnos: ¿El tamaño Importa? La nueva columna de Sandra Corcuera

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Demasiado grande puede ser problemático y muy pequeño no es necesariamente algo malo, así lo deja en claro nuestra colaboradora […]
#DesvaríosNocturnos: ¿El tamaño Importa? La nueva columna de Sandra Corcuera

Demasiado grande puede ser problemático y muy pequeño no es necesariamente algo malo, así lo deja en claro nuestra colaboradora en su reflexión acerca de las medidas.

Por Sandra Corcuera (@SandraCorcuera)

El porno nos ha hecho mucho daño, amigos. Ni todas las mujeres tenemos los labios vaginales y las tetas de tamaño gigante ni todos los hombres tienen trancas de 25 cm. Muchos nos iniciamos en el sexo buscando material ajeno (pelis, revistas, internet…), mientras esperamos nuestro gran momento. Y a menudo terminamos decepcionados, porque la realidad en este caso rara vez supera la ficción. De aquí una de las grandes preguntas de los hombres: para ser un buen amante, ¿el tamaño importa? La mayoría de las mujeres decimos que no es lo más importante, pero ustedes no nos creen. Asumen que cuanto más grande, más rico sentimos, ¡y no!

Para empezar, nuestros genitales no son unitalla, por tanto un mismo pene no le queda igual a diferentes vaginas. Bueno, a mi amiga Valentina sí le importaba el tamaño. Lo que pasa es que aunque era bien chaparrita (1.50 m), su vagina era de talla extragrande y sólo sentía placer con penes enormes. Pero no se agobien, eso no es lo habitual. De hecho, tenerla más grande que la media a veces puede no ser una ventaja. En un cumpleaños, mis amigos, muy chistosos, me regalaron un dildo de esos de silicón que emulan la forma real del pene, rosa transparente, muy coqueto. Cuando lo vi me asusté: “¿todo eso?”. No quise menospreciar semejante regalo, aunque no tardé en comprobar que efectivamente era unas dos tallas más que la mía, y estaba más pendiente de no lastimarme que de disfrutar con él. Acabé tirándolo a la basura. Sin embargo, eso no lo puedes hacer con tu pareja si resulta que su pene “te queda grande”. Ni modo, toca encontrar alternativas y otras posturas para disfrutar ambos, y evitar el dolor que nos causa que ustedes “topen con pared”.

A mi amiga Lucía no le preocupaba nada lo del tamaño. Estuvo saliendo varias semanas con un modelo que protagonizaba comerciales de ropa interior. Por fin llegó el momento de intimar y cumplir todo lo que ya se había imaginado con él. Cuando apenas ella se estaba poniendo en situación, él ya estaba desnudo, se puso el condón con rapidez, la penetró y Lucía escuchó un sorpresivo “yo ya”, seguido de un gran silencio. Al guaperas con cuerpo de actor porno se le hizo fácil metérsela y correrse antes de que ni siquiera ella se diera cuenta, y para él eso había sido todo. Creyó que con estar bueno y bien dotado, era suficiente. Mi amiga se largó en el acto y nunca más le contestó. No era para menos, quedarse a medias cabrea mucho.

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Mi amigo Pedro era feo como un dolor y le preocupaba tenerla chiquita en comparación a sus amigos, pero le echaba muchas ganas al ligoteo y su mayor propósito era ser un buen amante. Yo le decía que, se tratara de sexo sin compromiso o de una relación sentimental, las mujeres siempre queremos sentirnos únicas y especiales. Él tomó buena nota y aplicó la maniobra infalible: cuando se acostó con su novia por primera vez, se encargó de concentrarse sólo en el placer de ella. La chica no se lo puso fácil porque por penosa no le decía lo que le gustaba o no, así que Pedro tuvo que agudizar sus sentidos y dejarse guiar por las reacciones del cuerpo de ella, escuchando y observando, hasta que dio con los puntos que más placer le daban a la muchacha. No sólo se corrió ella primero, sino que tuvo varios orgasmos antes de que él acabara. Se coronó como todo un triunfador. El tamaño aquí fue lo de menos.
Mi exroomie Paula sí se llevó el premio gordo. Al más puro estilo peliculero, en plena sesión de toqueteo con el chico con el que salía, le metió la mano en el pantalón y se encontró con unos calcetines que hacían de relleno. El pobre desgraciado le confesó que quería esperar a decírselo si llegaban a ser novios. Paula se encontró con un hombre de los 0.6% que tienen un micropene, es decir, menos de 7 cm en erección. Ella aún impactada quiso saber qué opciones había para hacer el amor “así”. Lo siguiente es que yo me pasé meses durmiendo con tapones con tal de no escucharla gemir como si la estuvieran matando noche tras noche. Decía tener el mejor sexo oral de su vida. Sus amigas, de las cuales muchas no sabían aún lo que era un orgasmo vaginal, ya querían pedirle prestado al nuevo novio que entre todas apodamos El Comandante del Cli. Ridículo, ya sé, ¡pero qué le importaba a Paula con tremendos orgasmos!

Yo quisiera que hoy se quedaran con algo: el clítoris. Ése gran olvidado y sin embargo gran fuente de placer para tantas mujeres, en ocasiones incluso más poderoso que el punto g. Conózcanlo, mímenlo, denle la atención que se merece, y no se preocupen tanto del tamaño sino de la maña. ¡Todas lo vamos a agradecer!

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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