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LAS REGLAS DE MI EX PARTE 1

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Una mirada masculina y sin piedad a los libros de autoayuda que las chicas leen para conquistarnos, ¿de verdad les sirve de algo?
LAS REGLAS DE MI EX PARTE 1
POR HÉCTOR SUÁREZ GOMÍS @PELONGOMIS

UNA MIRADA MASCULINA Y SIN PIEDAD A LOS LIBROS DE AUTOAYUDA QUE LAS CHICAS LEEN PARA CONQUISTARNOS, ¿DE VERDAD LES SIRVE DE ALGO?

LAS REGLAS DE MI EX PARTE 1 0

POR HÉCTOR SUÁREZ GOMÍS @PelonGomis

Tengo en mis manos un libro de autoayuda (que, francamente, los libros de autoayuda me suenan a masturbación para la autoestima) que olvidó mi ex encima de mi buró y no puedo creer lo que estoy leyendo. Se llama: the rules (Las Reglas para conquistar a Mr. Perfect) y en él les explican a las mujeres cuáles son las reglas que deben seguir para que un hombre se case con ellas. ¡Es absurdo! ¿Quién puede hacerle caso a un libro? ¡Solamente mi ex!

¿En qué estaban pensando Ellen Fein y Sherrie Schneider cuando escribieron las reglas?

Te comparto algunas de ellas:

1.—“Jamás aceptes una invitación para salir el sábado si no te invita antes del miércoles”.

¿Antes del miércoles? Para empezar, no es de hombres planear citas románticas y mucho menos si hay que hacerlo con cinco días de anticipación. Los lunes y martes apenas estamos digiriendo y entendiendo lo que vivimos el fin de semana, ¿cómo vamos a invitar a salir a alguien desde el martes?

¿Has visto cuánto tiempo tardamos en planear los festejos futboleros en el Ángel de la Independencia? ¡cinco pinches minutos!

2.—“Deja que sea él quien tome la iniciativa”.

¿Cómo va un hombre a tomar la iniciativa si ésta tiene que ser con cinco días de anticipación? ¡Qué manera de contradecirse! Llamar un sábado a mediodía es tomar la iniciativa, ¿no?

Además cada vez que quiere uno tomar la iniciativa nos salen con aquello de:

—No, Héctor, yo soy una chica decente y me quiero esperar hasta el matrimonio…

Y una vez que estás casado:
—No, Héctor, el sexo anal es pecado.
Conclusión: ¡A los hombres nunca nos dejan tomar la iniciativa!

3.—“No le llames y devuelve sus llamadas ya muy tarde en la tarde”. ¿Qué tan tarde es muy tarde en la tarde?
¿En que momento deja de ser muy tarde en la tarde para ser muy temprano en la noche?
¿En qué momento deja de estar parcialmente nublado para estar parcialmente soleado?
¿Si a dos mujeres les ves el mono al mismo tiempo ya es estéreo? ¿Por qué no hay más deportes como el boliche?

El boliche es el único deporte en el que puedes comer, beber, ligar y no defiendes, ni atacas mientras lo practicas… La máquina te deja la bola a la altura de tu mano para que no te esfuerces. Sólo hay que meter los dedos en los hoyos, caminar a lo mucho cuatro pasos y soltar la bola… Ni siquiera hay que turnarse para levantar los pinos y colocarlos de nuevo. ¡No! Una máquina lo hace por ti.

¿Qué otro deporte se da el lujo de tener una bola con tres hoyos que no se poncha?

Si te enseño la foto de un ano y no te digo de quién es… ¿Es un anónimo?

¿Por qué en las casas de citas no hay carteles en donde se anuncie a la empleada del mes?

¿Por qué las prostitutas no entienden que las mejores cosas de la vida son gratis?
Ay, perdón, yo sé que nada de esto tiene sentido, pero ejemplifica muy bien que mientras más pasan las horas, los hombres nos enfocamos en puras pendejadas y en lo último que pensamos es en: “¿por qué ‘fulanita’ no me habrá regresado la llamada?”

4.—“Sé única. Irradia confianza y autodominio”.

Estoy tratando de recordar cuándo fue la última vez que invité a una mujer a salir porque irradiaba confianza y autodominio. ¡Qué divertido debe ser halagarla de esa manera! Y qué divertido debe resultar para los demás saber que fue precisamente eso lo que te llamó la atención de ella. Ya me imagino la plática con un amigo en el antro:

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—Güey, ¿ya viste las viejas que acaban de llegar? ¡Están buenísimas! Vamos a invitarles algo, ¿no?

—Sí, están buenísimas, pero ninguna de ellas irradia confianza y autodominio. Ve tú, aquí te espero.

—Disculpa, es imposible no darse cuenta de que irradias una gran confianza y te confieso que tu autodominio me puso a temblar. —¡Wow! ¿De verdad te llamaron la atención mi autoconfianza y mi autodominio?

“Estoy tratando de recordar cuándo fue la última vez que invité a una mujer a salir porque irradiaba confianza y autodominio. ¡Qué divertido debe ser halagarla de esa manera!”

—Sí, nunca me imaginé que iba a conocer a alguien que irradiara tanta autoconfianza y autodominio. Sin lugar a dudas el Universo conspiró para que tú y yo nos conociéramos esta noche.

—¡Carajo! Le dije muy clarito al cirujano plástico que tenía que haberme puesto unas tetas más grandes.

5.—“Haz que resulte fácil vivir contigo”.

Nunca cumplió esta regla porque mi casa estaba invadida por peluches, velas, flores, zapatos, ropa, cremas, bolsas y hasta una ta- bla de surf. Sí, ¡Una tabla de surf!

Le pregunte:
—Mi amor, ¿para qué quieres una tabla de surf?
—¡Es un burro de planchar, imbécil!
¡Qué absurdo! Todos los hombres sabemos que si te plancha un burro es dolorosísimo. (Continuará…)

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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