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La FIL salvará algún día al mundo

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
#LibrosAlDesnudo Por @jaimegarba A pocos días de que llegara escuché por primera vez comentarios negativos sobre la Feria Internacional del […]
La FIL salvará algún día al mundo

#LibrosAlDesnudo

Por @jaimegarba

A pocos días de que llegara escuché por primera vez comentarios negativos sobre la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la FIL, para los compas; de algunos amigos y conocidos. Dichos del tipo como que la feria ya estaba pasada de moda, que había perdido su sentido literario, que algunos invitados eran de escaso nivel, que los escritores sólo van a hacer gala de su fama para alimentar sus egos, entre muchos otros. Es cierto, no hay que negarlo, que la FIL ha cambiado y es normal, ahora es un monstruo de las letras y como tal no puede quedar ajeno al fenómeno que representa hoy la palabra, es por ello que (desafortunadamente) figuran presentaciones del Werevertumorro, Booktubers, Yordi Rosado y hasta de Peppa Pig, por mencionar tan sólo algunos. También es verdad que muchas editoriales dan prioridad a literatura que podríamos llamar: light, aquella de superación personal o que pretende sólo divertir, extrapolar los contenidos basuras de la televisión en formato escrito, pero vamos, eso no se compara en lo más mínimo con la grandeza de la feria, con su verdadera esencia.

Otra crítica, absurda por supuesto, es que los invitados cada vez son de menor prestigio, los agudos comentaristas pretenden que todavía se presenten los espíritus de Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, que Sergio Pitol por más enfermo que esté les dé el gusto y ruegan que Poniatowska y Del Paso vendan su alma al diablo para tenerlos a perpetuidad. Qué más quisiéramos los lectores que en una sola feria se congregaran los grandes autores de nuestro tiempo, pero nos olvidamos de que el mundo gira y que cada quien tiene sus menesteres en la vida o sus citas con la muerte; otros, gracias a la alineación de astros, pueden presentarse para gozo de nosotros los lectómanos. En esta emisión contamos con la suerte de ver a Salman Rushdie, quien después de veinte años y en circunstancias más gratas vuelve a Guadalajara y a Jonathan Franzen, un gran autor no tan conocido en México pero celebrado en el mundo y sobre todo en los Estados Unidos, que ha revolucionado la literatura norteamericana, es como si Fitzgerald o Hemingway visitaran la FIL para firmar autógrafos y presentar sus libros, de ese calibre es Franzen. Y puedo nombrar más, los de cajón: Villoro, los Taibos, Fernando Vallejo, Jorge Volpi, Chimal, Ángeles Mastretta, Ortuño, entre otros vastos grandes autores que dignifican la feria, a la par de grandes editores que conciben el contexto para negociar derechos, realizar contratos y manejar las pertinencias de la industria editorial, destruyendo así la idea de que no se puede vivir de la literatura; un lado medio oculto pero muy presente. Están por supuesto las editoriales, que aunque muchas han perdido respeto por sus chafa manía de publicar porquerías, tantísimas otras exponen lo mejor de su catálogo, volviendo posible que cualquier lector encuentre el libro anhelado.

Vuelvo a pensar en las críticas de estos inconformes y no puedo evitar, con su perdón, llamarlos “aguafiestas”, sé que la mayoría no va a la FIL porque no puede por sus trabajos o los costos de distancias, que dentro de sus almas hay una gran envidia porque los que sí vamos, ya sea como autores, lectores o simples curiosos, al cruzar el umbral nos recibe una gran fiesta, una que nos alimenta el alma, que nos inspira. Por lo menos a mí, y sé que habrá quien me secunde, la FIL es una parada obligatoria en mi año, no concibo mi ciclo anual sin estar allí comprando libros, escuchando autores, reflexionando, cuestionándome a partir de lo que se respira y se genera; entre tantas otras cosas que pasan vertiginosas en el paraíso de los libros. Apenas termina la feria la cuenta regresiva me agobia porque sé faltarán entonces muchos días, millones de horas para volver al encuentro. Repito: no imagino la vida sin la FIL, no puede llegar noviembre y no estar yo allí para ver o sentir el palpitar de ese bello monstruo que deseo me devore, me arrope en sus entrañas.

Por supuesto hay cosas no tan gratas, claro que abundan los egos por alimentar, sin duda hay pretensiones por cumplir y que no abonan nada al lector o a la literatura, cada vez se nos morirán más autores y tal vez cada vez más editoriales publicarán porquerías, pero también estoy seguro de que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara seguirá creciendo y con ello los amantes y respetuosos de la palabra, los editores comprometidos, las editoriales que dedican todos sus esfuerzos a que el libro siga siendo nuestro dios y los lectores. Es más, llámenme loco, pero confío en que la FIL salvará algún día al mundo de la catástrofe, de la barbarie.

Verdad de lector.

Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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