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Fantasías eróticas de los lectores

Por: Jafet Gallardo 16 Ene 2020
#LibrosAlDesnudo Fantasías eróticas de los lectores Por Jaime Garba @jaimegarba              Quienes no leen podrían pensar, tal vez con justa […]
Fantasías eróticas de los lectores

#LibrosAlDesnudo

Fantasías eróticas de los lectores

Por Jaime Garba

@jaimegarba           

 

Quienes no leen podrían pensar, tal vez con justa razón, que los lectores somos unos personajes aburridos, que pasamos el tiempo inmersos entre hojas e historias, ajenos a lo que pasa a nuestro alrededor. No pocas veces he escuchado de los que desconocen el placer de la lectura, frases que van con el hecho de estarnos perdiendo cosas fabulosas por leer, sin darnos cuenta de que la vida no espera y sigue su ritmo veloz. Todo se reduce a la equívoca creencia de que al lector no le interesan otras cosas, la actividad física por ejemplo, o el diálogo con otros que no sean de su misma especie; ir de compras o asistir a un concierto. Aquellas opciones de una vida social activa se esfuman en la estampa de alguien que ama los libros. Y decía que quizá ese pensamiento de que somos seres aburridos es justificable, porque desafortunadamente los estereotipos se marcan cuales tatuajes, y falsamente suelen ser la voz de representación del individuo. Y en nuestro caso, la imagen del lector desde hace mucho, es la del ñoño de lentes, ratón de biblioteca, o de la mujer de brackets, trenzas y falda larga que camina encorvada; ambos víctimas de burla por sus estilos de vida y excluidos de la popularidad. Hoy en día sabemos que esto no es verdad y aquella macilenta figura del lector sólo sigue prevaleciendo en películas gringas de adolescentes.

Es cierto que en ocasiones nos enajenamos en libros y literatura, prefiriendo pasar un fin de semana en casa con un rico café o una copa de vino en lugar de ir de fiesta, pero también es verdad que somos personajes apasionados y sexuales. Lo único que varía es que nuestras fantasías y deseos están influenciados en mayor proporción por obras literarias y por aquel mundo al que estamos inscritos, forjando en nuestras cabezas momentos de excitación poco comunes para la mayoría.

Pero entonces, ¿cuáles serán actos que le suben la temperatura a un lector? Echemos un vistazo a algunos.

Tener sexo mientras leen

Muchos lectómanos coinciden en que una de sus más grandes fantasías sexuales relacionadas con la lectura es tener relaciones mientras su pareja lee en voz alta. ¿Cómo va esto? Los que se sienten atraídos por esta práctica dicen que la excitación se da al escuchar los sonidos que tanto hombres como mujeres emiten al leer. Gemir y narrar un pasaje de alguna novela (no importa que esta no será erótica) al parecer pone muy caliente a varios. Lo interesante de esto es que no importa tanto la posición o el lugar donde se esté, la fantasía se concreta observando a la pareja tomando el libro al ritmo del sexo y escuchar en lugar del “Sí, sí… más, más”, algún buen fragmento.

Reading is sexy

Hace un tiempo se popularizó en Pinterest la campaña Reading is sexy, donde muchos usuarios subían fotos tanto de gente famosa, como de hombres y mujeres simples mortales; leyendo desnudos, semi desnudos, con lencería o ropa sensual. Al parecer la combinación entre el cuerpo y el libro origina un morbo tremendo a los lectores. Lo interesante de esta fantasía es que realmente el desnudo por sí mismo no importaría, lo que detona la pasión es el objeto lector, un sutil pero poderoso equilibrio entre ambos.

Sexo casual con un buen lector

Esta fantasía es muy citada. ¿Quién no se ha imaginado ir a algún lugar y encontrarse con una mujer maravillosa, de cuerpo exuberante y vestimenta sexy, que por azares del destino se acerque a nosotros y nos seduzca para llevarnos a la cama? Así, sin más, sin importar quién sea, sin un gran proceso de cortejo, sólo dejándonos guiar por el deseo. Para los lectores esta fantasía se construye con el agregado de que la desconocida esté a la distancia, leyendo un libro, y que de pronto note que nosotros estamos haciendo lo mismo, surgiendo espontáneamente una conexión que la haga pararse, preguntar qué leemos y en un parpadeo despertar en la cama siendo tocados por las mismas manos que antes acariciaban las páginas de un libro.

Sexo en la biblioteca

Esta fantasía es un tanto cliché, pero no por ello demerita. Los estadounidenses la han choteado, reduciéndola a tener sexo en una biblioteca simplemente porque muchos los consideran espacios inhabitados, pero la realidad es que para el buen lector pensar en tener sexo allí es el equivalente a darse una escapada al mejor motel. La cosa está en imaginarte seduciendo a tu pareja apretujándola contra un librero, girándola y sujetándola entre tomos de diferentes obras, si son clásicos mejor. A los mexicanos parece excitar coger en una biblioteca no porque estas estén llenas de gente, sino porque los espacios públicos tienden a estar siempre bien custodiados y la posibilidad de ser descubiertos potencia la fantasía, aquí tiene mucho que ver lo prohibido y la trasgresión de reglas.

Seguramente existen más deseos que se pueden satisfacer, porque una de las ventajas que el lector tiene sobre los demás es que la creatividad le lleva por senderos inimaginables, así que no se sorprendan si salen con alguna chica que le encanta leer y que de pronto les ofrezca alguna de las muchas opciones para disfrutar de buen sexo. Y si a ustedes les gusta leer tanto como a mí, no lo nieguen, ¿en qué fantasía está pensando?

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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