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El sexo en los tiempos del smartphone

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Por Facundo @facufacundo Durante muchos años, la dinámica del amor y el sexo se mantuvo sin grandes cambios: te gustaba […]
El sexo en los tiempos del smartphone

Por Facundo

@facufacundo

Durante muchos años, la dinámica del amor y el sexo se mantuvo sin grandes cambios: te gustaba una morra, la invitabas a salir, te gastabas un varo en ella y si no la cagabas volvías a salir con ella. Cuando avanzaba la relación, te quedabas hablando con ella por teléfono durante horas y platicabas de cualquier idiotez sólo para escuchar su voz. Ya después te la cogías. El mundo era simple, el amor era simple, la vida era simple.

Pero el futuro nos alcanzó y en lugar de darnos autos voladores o patinetas flotantes nos regaló un invento que ha cambiado la manera en que cogemos, buscamos coger y lo que sucede después de haberlo hecho.

En tiempos “PreSmartphoneanos” nuestra relación con el sexo empezaba desde temprana edad con revistas candentes, como ésta que tienen entre las manos. La magia estaba en la búsqueda, en el misterio, en la pena que daba la posibilidad de ser cachado con una y la emoción que proveía la obtención del santo grial lleno de suculentos pechos o áreas triangulares de suave bello entrepiernal.

Al crecer, avanzábamos hacia las películas, algunas descubiertas en horario nocturno en canales caros de la televisión de paga, otras heredadas de algún primo calentón que nos pasaba un VHS como quien te pasa secretos milenarios contenidos en cinta.

Ya los más atascados se daban a la tarea de armar en sexshops o en el bazar una buena colección de cintas llenas de gemidos, orgasmos falsos, movimientos acrobáticos y litros y litros de placer en forma de toda clase de fluidos.

Hoy toda esa búsqueda ha terminado, el misterio se ha disipado, la emoción no existe. En nuestro celular tenemos acceso inmediato a todos esos tesoros que por comunes perdieron una parte de su valor. El acceso lo tenemos en la mano y el placer rápido también. Estamos a 11 segundos de distancia (Los conté por rigor de investigador) de cualquier tipo de pornografía: altas, pelirrojas, diosas de ébano, amateur, con chichis grandes o planas, podemos ver cuando las penetran normal, por “Detroit”, entre varios, en un coche, sin que sepan y representando distintos destinos para el material genético masculino… Todas las opciones de manera inmediata.

¿Qué es mejor? Depende… En una urgencia, los tiempos del smarthphone. Si somos más románticos, todo tiempo pasado fue mejor.

Otra cosa que el advenimiento del smarthphone ha cambiado para siempre es la infidelidad. Ojo, mujeres (y sobre todo la mía), no estoy apoyando ese acto de deslealtad entre parejas, sólo estoy haciendo un apunte al respecto. Antes, aquellos que echaban desmadre con otros pollos que no eran los propios la tenían muy fácil: hacían llamadas de teléfonos fijos que no dejaban registros, no había nada escrito, si alguien los veía en la movida, aunque esa persona fuera con el chisme, había la posibilidad de negarlo. “Me dijo mi comadre que te vio agarrado de la mano de una vieja”, “Tu comadre es una vieja infeliz que no acepta que tú tengas un marido como yo”. Esto podía pasar.

Hoy, en tiempos del Smartphone eso es imposible. Estás en constante peligro de que te manden un mensaje incriminatorio cuando estás con tu vieja, te pueden escribir un tweet ligeramente sospechoso y ya es pedo y ni se hable de mantener la privacidad cuando estás con el pollo B, porque cada teléfono es un arma letal potencial. Con un clic te ponen la soga al cuello, con otro te dejan caer y con un “send” te entierran.

Esto sin contar las indiscreciones propias como no aguantarse las ganas de tomar una foto del recuerdo de la “aventura” en calzoncitos y boca abajo como invitando a una nueva sesión de desmadroling sin ropa. A veces nosotros somos nuestros propios enemigos.

Y para todos aquellos quienes piensan que borrando toda evidencia de su celular ya la hicieron, déjenme decir- les que no hace mucho vi con mis propios ojos cómo se pueden recuperar hasta los mensajes más incriminatorios, en unos cuantos minutos con la ayuda de un hacker “coapeño” o “sateluco.”

Se han vuelto imprescindibles las claves en los celulares. Por eso en este rubro mi votación positiva es para los tiempos pre Smartphoneanos.

Y finalmente esta el sexo a distancia y los tremendos avances que se han hecho en este recurso en los últimos años. Antes, para calentarte con tu pareja a distancia necesitabas cerrar bien los ojos y recordar los momentos que compartieron encuerados… El uso de la imaginación era imprescindible.

Hoy el Smartphone permite a las parejas, sin importar la edad, estar más cerca y más cachondos: se mandan fotos en cueros, audios calentones e incluso se hacen “videollamadas” en las que puede pasar de todo sin tener que abrazarse después… El “sexting” ha democratizado la lujuria.

Hoy para conocer a alguien y eventualmente hacerle las relaciones hay herramientas sin precedentes: Tinder (para ligar si eres soltero) Grinder (para ligar si eres homomadrolístico) y Ashley Madison (para ligar si eres casado y quieres ligar con otros casados). Estos tiempos han eliminado los pretextos para conseguir palenque. Medios hay, opciones abundan, el que no puede es que en el fondo no quiere.

¿Hay algún “contra” para esto? Seguro… siempre lo hay. Fácilmente puedes acabar siendo protagonista de un video pornográfico viral que tenga algún título chusco como “Godínez “caderhombre” empinando pechugona” pero son riesgos que tienen que correrse.

El sexo en el tiempo de los smartphones, es nuestro sexo… es nuestro tiempo… ¡A disfrutar!

Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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