El búho no ha muerto: LA REVOLUCIÓN DE LA MARIPOSA
UN CAMBIO SOCIAL SE AVECINA. SE HA GESTADO LENTA PERO CONSTANTEMENTE DESDE HACE UNOS AÑOS Y LOS CIUDADANOS SON QUIENES LE HAN DADO FORMA.
POR PEDRO FERRIZ DE CON @pedroferriz
DE MÉXICO se suele decir con resignación que es el país donde “no pasa nada”. ¿Nada será posible?Debemos saber que sí han pasado eventos trascendentes en nuestro suelo. Aquí se dio un movimiento de independencia peninsular que le concedió identidad a nuestra patria. Aquí se acabó con un imperio importado con un drástico final en el Cerro de las Campanas. En Puebla se arrebató un triunfo a Francia, que como hegemonía pretendió conquistar nuestro suelo. Una Guerra de Reforma, que le imprimió un sentido al futuro de la sociedad del siglo XIX… y también, en el país donde “no pasa nada”, estalló la Revolución Mexicana, como precursora de movimientos sociales en el mundo a inicio del siglo xx, cuando un gran número de pueblos del planeta estaba buscando nuevas formas de identidad.
O sea que eso de que “no pasa nada”, es más bien un ejercicio de desmemoria; ya que México ha sido escenario de movimientos sociales, políticos, económicos y hasta espirituales de gran trascendencia que han rebasado con mucho el ámbito local.
En nuestro ambiente cibernético, cada vez más amplio y diverso, he encontrado que empieza un remolino a alborotar conciencias que enfocan su pensamiento en rescatar parte de lo que hago referencia… Y reflexionan que es posible que se den movimientos vanguardistas que rompan con lo que para recientes generaciones ha sido la monótona inercia de la mansedumbre, la mediocridad y la resignación. Y aunque sigo tropezándome con comentarios infectados por el desgano, cuando se acerca al extremo, se vuelve hartazgo y entonces se enciende una chispa que anima al motor de los cambios. Ésos que parecen imposibles.
Pienso que todos llevamos un rebelde por dentro. A veces más a flor de piel… A veces escondido detrás del corazón. Pero ahí está. Todos los mexicanos bien intencionados con el país queremos romper con paradigmas corridos por el tiempo. Ya porque nos ahoga la corrupción o nos desespera la impunidad. Ya por la delincuencia que se ha vuelto parte de nuestra vida cotidiana o la violencia, el rostro de la realidad. Creemos que todo está controlado por un gobierno que ha centralizado la actividad, hasta el extremo de asfixiar nuestra libre iniciativa. Y por ello comienza a tomar forma un nuevo impulso de cambio al que llamamos “La Revolución del Intelecto”. Somos millones los que ya conocemos el concepto que imaginamos como una ola de pensamiento de lo posible, para hacer los cambios que se presentan como imposibles. Es ciudadanía llevada a la acción. Es pensar que lo de todos es nuestro y sentir que la inacción resulta irresponsable. Siento un nuevo ánimo de cambio que llega como viento refrescante luego de un calor quieto por décadas.
Los próximos tres años cambiarán el curso de la historia de México. Tenemos en las manos las herramientas necesarias
para echar a andar un nuevo pensamiento. Con el paso de los días se estarán armando grupos ciudadanos intentando formar gobiernos de la gente.
Hay de dos clases
Los candidatos independientes que son individuos que pertenecieron a un partido político o fueron parte de un gobierno… Y los candidatos ciudadanos, que no tienen esos antecedentes. De hecho, no tienen ninguna liga con nada vinculado a la actividad política. Es gente común de la sociedad que se ha aventado al ruedo, con la idea de enfrentar un tsunami de formas tradicionales de gobiernos e instituciones que desean modificar. Les dejo la libre interpretación de lo aquí planteado, ya que habrá un número muy grande de mexicanos, independientes y ciudadanos. Unos bien intencionados, otros no. Intentando romper esquemas —tal vez sin saberlo— para llegar a diseñar formas de convivencia indispensables para el siglo XXI.
Este tiempo es de cambio y también de riesgo. Así como deseamos un México posible, en la misma medida necesitamos cambiar nosotros. Asumir el compromiso de romper con lo establecido para avanzar.
Ni en la Independencia, el Imperio, la Reforma o la Revolución Mexicana enfrentamos un momento tan diverso y complejo como éste. Lo de hoy implica el reto de reinventarnos. La revolución del poder será el impulso de un esfuerzo ciudadano que buscará entendimiento y conciliación. No es cierto que aquí “no se puede”. Estamos convencidos de que ya entramos a otra etapa de una historia que pronto podremos describir como la Revolución de un México moderno pleno de alternativas y opciones de desarrollo. Lejos de partidos políticos e instituciones caducas que ya no dan el ancho de las expectativas del mexicano actual. El de Facebook y Twitter. El millennial que vive una comunicación global y espera soluciones a la misma velocidad de la laptop que tiene frente a sí.
Este mundo nuestro, no lo reconoceremos en poco tiempo. Ya estamos dentro del capullo que prepara una metamorfosis que hará de la oruga que hoy se arrastra, una bella mariposa que flotará muy por arriba de nuestras expectativas. Si no, al tiempo. Falta poco para tomar el vuelo.
