Ni Daniel Ash, ni Kevin Haskins, ni Diva Dompé, ni los cientos de mexicanos que acudimos al concierto de Poptone, pensamos que como dijo José José, “ya lo pasado, pasado, no me interesa”.

Porque la noche del primer sábado de febrero nos gustó para viajar en el tiempo. Llenarnos los oídos con un repertorio integrado por los grupos en los que Haskins y Ash compartieron canciones, como Tones on Tail. En Love and Rockets con el bajista David J y sólo en Bauhaus con Peter Murphy. Canciones que seguramente Diva conoció desde que era muy pequeña por obra de Kevin, su papá.

Fotografías de Pablo Navarrete Espinosa @pabnavarrete

Daniel con el peinado mohawk y la guitarra bien calibrada.

Fotografías de Pablo Navarrete Espinosa @pabnavarrete

Haskins con su rubio copete y la matemática forma de golpear tambores.

Diva, altísima. Echando lumbre con el bajo y cortando alientos con su vestido blanco con el logo de la banda como emblema.

Ella, por cierto, celebró su cumpleaños número 31 justo en el día del concierto. Por eso su papá y Daniel le obsequiaron una piñata que ella rompió con la guitarra de Daniel. Y de la que salieron chocolates. Uno de ellos, Diva lo lanzó a la audiencia con tan buen tino que me pagó en el zapato. Los que estábamos al pie del escenario lo repartimos para que a todos nos tocara un poco.

Bauhaus y El Rey del Rock

“Pinche tsunami de éxitos”, le dijo un compañero a su amigo. Mejores palabras no pudo encontrar para definir la experiencia. En el escenario, cuya negrura apenas la rompían espadazos de láser en rojos y verde, cobraban vida hitazos como “Ok, this is the pops” y “Happiness” de Tones on Tail (aquí Diva dejó de lado el bajo y comenzó a atizar con furia un tom de piso); o “Mirror people” y “An american dream”, de Love and Rockets. Esta última con Daniel Ash atacando la guitarra acústica. Y sólo “Slice of life”, de Bauhaus. Pero sonó un cover, “Heartbreak hotel”, de Elvis Presley.

15 canciones más 4 de encore fueron pretexto para desgañitarnos. Para bailar slam (Go! debió provocar uno que otro cuello dislocado) o abrazar a la novia que en muchos de los casos, también conoció a las bandas de Ash y Haskins en la secundaria.

El pasado nunca pasa. Sólo es un estado alterado al que de vez en cuando nos gusta regresar.