LOS MASTER PLUS, EL SABROSINDIE QUE SE HIZO VIRAL
Por ARTURO J. FLORES @ArturoElEditor
Se hicieron populares gracias a un video. Uno en que interpretaban “Sex on fire”, de Kings of Leon, pero en español y a ritmo de cumbia. Bajo el título “Sexo en fuego” se le puede buscar en YouTube. Pero eso no fue todo. En los tres minutos que dura esa joya viral se conjugan suficientes elementos kitsch para hacer la delicia de todo hipster: una modelo en bikini, una bola de discoteque, efectos de llamas en pantalla y un automóvil deportivo Mastretta.
Más de dos millones de visitas no mienten: los millennials son una generación visual.
“Yo también crecí con MTV y me enamoré de los videoclips”, me cuenta Alfredo Cabello, El Comanche, vocalista de Los Master Plus. “Recuerdo que de morrillo vi uno de Björk en el que había un gorila y un diamante. Se me hacía una cosa loquísima. Nunca estuvo planeado que un videoclip nos hiciera famosos, pero no nos desagrada la idea. Hasta la fecha seguimos muy involucrados con la realización de cada uno de ellos”.
Los Master Plus es un proyecto extraño. Se formó en 2010 en Guadalajara. Lo integran El Comanche y Larry Mon en la musicalización. Aunque se dieron a conocer adaptando canciones de rock en cumbia, en 2015 ambos lanzaron un primer EP con canciones originales en las que confluye la música norteña, la electrónica, la cumbia, el rock y el hip hop. Algo que ellos definen como “Cumbiatrónico” o “Sabrosindie”. Participaron en su material como invitados Gil Cerezo, de Kinky; Camilo Lara, del ims, y Caloncho.
Baia con Dios
En este mes de marzo, Los Master Plus relanzarán este EP en edición de lujo con tres canciones nuevas. Una de ellas lleva por título “Baia Baia”, que funcionará como primer sencillo y contará con su respectivo video.
Le pregunto al Comanche qué tan complicado ha sido dar a conocer un proyecto tan relacionado con el humor en un país donde la risa no se puede tomar en serio.
Sólo los valientes irán
3 de marzo
21:00 horas Pasagüero (Motolinía 33, Centro)
“Pasaba. Mucha gente veía nuestros videos y pensaba que no pasaríamos de ser un meme. Luego, cuando empezamos a hacer conciertos, creía que lo nuestro sería un show cómico. Es hasta que nos escucha, que se da cuenta de que somos una banda, que tocamos y hacemos cosas más locas, como meter en medio de una canción un riff de ‘Careless whisper’ sólo porque se nos antoja que ahí quepa. También es factible pensar que por eso tardaron tanto en invitarnos a festivales, pensando que sólo éramos una broma.”
Esa idea poco a poco ha sido desechada. Los Master Plus ya tienen en la mira dos presentaciones importantes. La primera de ellas en la ciudad de Monterrey, como parte del Festival Pa’l Norte, donde comparten cartel con Maná y Enanitos Verdes el 1 de abril y otra en su natal Guadalajara el 20 de mayo junto a Zoé y Maldita Vecindad.
“El humor ha estado muy conectado con la música desde siempre. Grupos como Botellita de Jerez o El Personal ya lo hacían. En Estados Unidos tienes a gente como Tenacious D, de Jack Black, que hace un show muy perrón. Y en México he visto que algu- nos festivales ya le abrie- ron sus puertas a los standoperos, lo cual me parece bien chido.”
Igualmente, El Comanche considera que la frontera entre el rock y la música regional se ha ido diluyendo con el tiempo. A ellos, que se visten de una forma que recuerda a las tecnobandas de los 90, quienes mezclaban el sonido grupero con instrumentos como los sintetizadores, les tocó sufrir un poco de discriminación.
“Hay gente que dice: si tienen sombrero no los quiero escuchar, qué nacos. Otros, sobre todo en la música grupera, nos tratan superbien porque al ser gente que nació de 1985 para adelante, aunque le guste la banda también le tocó escuchar música electrónica o hip hop. Los rockeros son un poco más cerrados, pero cada vez menos. Incluso nos ha sucedido que llegan a nuestros conciertos metaleros de cabello largo, vestidos de negro, pero los ves bailando cumbia a todo dar.”
Misma situación cuando Los Master Plus han tenido la oportunidad de viajar fuera de México. Además de algunas ciudades de Estados Unidos, fueron a actuar en Francia, “en un lugar donde no había un mexicano aparte de nosotros pero los franceses, aunque no tenían idea de lo que cantábamos, estaban felices baile y baile”.
