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#PlayboySeLee: La moda verde de una ciudad gris

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
¿Pero son una solución real y viable o mera cosmética para los habitantes de las zonas más ricas de la […]
#PlayboySeLee: La moda verde de una ciudad gris
¿Pero son una solución real y viable o mera cosmética para los habitantes de las zonas más ricas de la capital?
 
odas las ciudades del mundo se construyeron sobre la naturaleza. La de México, por ejemplo, se asentó sobre un lago y se modificó durante siglos hasta ser la que hoy conocemos. “La capacidad de transformación la tenemos, el problema es hacia dónde queremos cambiar el mundo”, dice Fernando Ortiz Monasterio, arquitecto y fundador de Verde Vertical, empresa mexicana que ha realizado más de 400 jardines verticales -o muros verdes- entre los que se encuentran algunos  de los más importantes de nuestro país y de Latinoamérica. 
 
Ortiz Monasterio aclara que no está contra las ciudades, pues éstas son tanto la dificultad como la solución de la actual contingencia ambiental. “Nosotros nos hemos especializado en un problema que vino con el crecimiento urbano: la pérdida de áreas verdes. En el DF nos tocan 3.7 m2 por habitante, cuando el mínimo recomendado por la onu está en 16 m2. Y lo más grave es que la tendencia no es derrumbar edificios para sembrar árboles, sino tirar árboles para construir edificios.”
 
Verde Vertical surgió como una propuesta para recuperar espacios ecológicos integrándolos a los muros de la ciudad. “Si no puedes con el enemigo, tienes que usar al enemigo. Tenemos mucha más área en las paredes de la ciudad de México que en el piso. Tan sólo de los muros de la capital que dan a la vía pública hay cerca de 168 millones de m2 en desuso.” Sumando estos lugares con los que ya están acondicionados, la ciudad tendría casi 20 mil hectáreas de áreas verdes, 24 m2 por habitante en el DF. Se trata de una enorme riqueza espacial, arquitectónica y por supuesto, de negocio, considerando que, según Ortiz Monasterio, cualquier muro de la ciudad –interior, exterior, sol, sombra- podría ser intervenido y transformado. 
 
La gran ventaja de los jardines verticales es que permite hacer áreas verdes donde no era posible. La lista de beneficios, según el arquitecto nacido en la ciudad de México, incluye el aumento en la cantidad de plantas que producen oxígeno en la capital, las cuales actúan como reguladores térmicos y aislantes acústicos. A gran escala, proyectos como éste mitigan el “Efecto isla de calor”, producido porque el asfalto o el concreto absorben los rayos solares y no permiten que el ambiente se enfríe, llevando al calentamiento gradual urbano. Diversos estudios, entre ellos uno de la Universidad de Harvard, han encontrado que la presencia de plantas reduce los índices de estrés en los seres humanos. 
 
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El color del dinero
Hasta el momento, Verde Vertical suma más de 25 mil m2 de jardines verticales construidos. Los muros verdes están de moda y se extienden por la geografía citadina gracias a alianzas entre gobierno, iniciativa privada y compañías como la de Ortiz Monasterio. Gustan a empresarios, seducen a la gente, son agradables a la vista y rompen con la monotonía gris del paisaje, haciéndonos pensar en una ciudad más sustentable e integrada con el ambiente. Según cifras de greenroof.com, un 80% de los muros verdes se construyó en o después de 2009, y 93% apareció a partir de 2007. 
 
Sin embargo, uno de los principales reparos a esta solución ambiental es la viabilidad económica y accesibilidad para la población en general. Los jardines verticales se sitúan en algunas de las colonias con mayores recursos del DF. Como Ortiz Monasterio declara, hay una proporción directa entre ingresos percibidos y metros cuadrados de áreas vegetales a los que un habitante tiene acceso. “Si ves una foto aérea de la ciudad de México, podrías sacar una estadística de ingresos per cápita en función de las áreas verdes que hay. Puedes verlo a partir de la Colonia Roma, Condesa, Polanco, Las Lomas y Santa Fe. Hay un eje verde que es un eje de dinero. Y se te vas hacia el oriente, a Texcoco y Ciudad Neza, hay muchas menos áreas ecológicas. Esto se ha vuelto un índice de calidad de vida.”
 
Fernando reconoce que su tecnología aún no es accesible para todo el mundo, por lo que la mayoría de sus proyectos se realiza en lugares donde ya hay zonas cultivadas. Pero sabe que la aparición de los jardines verticales en distintos lugares de la ciudad sensibiliza a la población sobre sus posibilidades ambientales. Su misión, ahora, es democratizar y masificar su plan por medio de dos ideas: primero, logrando que la iniciativa privada aporte a través de publicidad (“agradecimiento”) en muros verdes, que sustituya a los espectaculares en espacios de gran tránsito –como sucede con el que está ubicado en Regina, en el Centro Histórico-; para lograr que los jardines salgan de los sitios ricos donde están concentrados y dejen de ser una estructura elitista y un bonito acabado arquitectónico.
 
En segundo lugar, proyectos como Verde Vertical han apostado por un par de estrategias que permita aprovechar los beneficios ambientales del muro verde con una ganancia económica. Los jardines verticales podrían originar una producción alimenticia y un recurso de potabilización de agua para los lugares menos favorecidas de la ciudad. Antes que aceptar una onerosa cotización de un jardín vertical con un fin ornamental, la gente se inclinaría por un modelo de negocio sustentado en la pequeña producción “agrícola” de sus paredes. 
 
Los jardines se convertirían en granjas verticales con 25 piezas vegetales por metro cuadrado donde se podría poner todo tipo de hortalizas de hoja (lechuga, espinaca, arúgula, albahaca, etcétera) y hierbas de olor que reducirían los costos de transporte, refrigeración, embalaje y distribución para las familias citadinas. Las hortalizas, leguminosas y tubérculos estarían en distintos edificios y podrían alimentar y potenciar económicamente el trueque entre sus habitantes. Pero Ortiz Monasterio sabe que aún quedan muchos puntos que resolver para lograr esa utopía, que  conlleva además un cambio de pensamiento en nuestras ideas sobre la propiedad, el mercado, la economía y la participación ciudadana. 
 
Hasta ahora, las plantas que han crecido en los cultivos de arranque tienen valores calóricos bajos, pero se está probando que crezcan leguminosas y productos más nutritivos. El costo inicial de un proyecto de 100 m2 sería de 100 mil pesos de inversión inicial, con un retorno de inversión en 8 meses y generaría unos 15 mil pesos al mes como ganancia. Según la proyección, si esto se realizara en todos los muros disponibles de la ciudad, la visión de 2030 es que el 100% de los vegetales se produjera en la urbe misma. 
 
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Business plan para cambiar al mundo
Justo en este punto se encuentran los mayores cuestionamientos a las posibilidades de solución ambiental de los muros ecológicos. Hay desde quienes los catalogan como un modelo de negocio que aprovecha una moda, hasta quienes aplauden que se busque una coyuntura entre intereses empresariales y ecológicos. Activistas y ambientalistas del país como Elías Cattan, arquitecto e impulsor del Proyecto de Regeneración del Río de La Piedad, y Bernardo Greenham, de Basura Cero, empresa dedicada a estrategias regenerativas de sustentabilidad, aún consideran que los jardines verticales son altamente costosos, que no logran ser incluyentes con todos los sectores de la población, ni son lo suficientemente incisivos en las causas fundamentales de la problemática ambiental. 
 
“Nada puede sustituir un bosque. Necesitamos pensamientos más regenerativos y menos cosméticos”, declara Greenham, quien además añade que el costo promedio de un muro verde es de aproximadamente tres mil pesos por metro cuadrado. Cattan apunta el excesivo gasto de 5 millones de pesos en un jardín vertical en el estado de Puebla, pero resalta que puede aprovecharse que éste ha captado la atención como tendencia para generar un cambio personal que involucre acciones regenerativas en el ecosistema. 
 
Por su parte, Ortiz Monasterio expresa: “No pretendemos competir contra las áreas verdes como parques o bosques urbanos; los sitios de esparcimiento o de encuentro humano tienen que coexistir con esto. Pero no estamos tirando edificios para hacer parques. No tenemos la preparación en términos de conciencia para hacer una transformación ecológica real. Yo he sido muy crítico con los movimientos ecologistas. Siempre les digo: ¿Dónde está tu business plan para cambiar al mundo? Todos los proyectos de sustentabilidad nacional que no son autosuficientes económicamente han fracasado. Por eso ecología es economía. Si tú le das a la gente por el lado económico y el resultado es positivo ecológicamente, el resultado es una transformación.”
 
Más allá de las posturas encontradas de ambos, los fines de los ambientalistas que los califican como un maquillaje urbano y los de los impulsores de muros verdes parecen ser los mismos de cara a una pasión y una inquietud urgentes: encontrar un modo de transformar la ciudad gris y de concreto en un espacio más verde, sustentable, agradable y que brinde una mejor calidad de vida para los urbanitas. 
 
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UNA PLANTA TREPADA EN LA PARED
El proceso constructivo de un muro verde consta de cinco etapas: 
1. Montaje de una estructura ligera sobre el edificio. 
2. Sobre ésta se utiliza un material aislante para garantizar que la humedad no dañe la edificación. 
3. Uso de un sistema hidropónico de tela sintética fabricada con botellas de plástico recicladas,
 –no tierra- para hacer crecer las plantas. 
4. Implementación de un método de riego por goteo en la parte superior. El excedente de agua se recupera en la parte inferior para recircularlo.
5. Colocación de una segunda capa de la misma tela con incisiones donde se ponen entre 25 y 100 plantas para crecimiento, las cuales se escogen según las condiciones ambientales del sitio.
 
¿SABÍAS QUE…?
Aunque la mayoría de las fuentes consideran al botánico francés Patrick Blanc como el desarrollador del concepto de jardines verticales a fines de los años 80, su inventor real es Stanley Hart White, un profesor estadounidense de Arquitectura del Paisaje que patentó un sistema de muro verde en 1938?
 
Numeralia
  • 16 m2 de área verde por habitante son los recomendados por la onu; en el DF tenemos 3.7 m2 per cápita.
  • 168 millones de m2 en desuso suman los muros de la ciudad de México con potencial de jardines verticales, lo que daría 24m2 de área ecológica por habitante.
  • 80% de los jardines verticales se construyó en o después de 2009; 93% apareció a partir de 2007.
  • 25 piezas vegetales por metro cuadrado podrían sembrarse en una granja vertical.
  • 100 mil pesos de inversión inicial costaría un proyecto de granja vertical de 100 m2.
 

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Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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