#PlayboySeLee: La cultura del puro

 

“Siempre he admirado a Hugh Hefner. Creo que él representa lo que la mayoría de los hombres queremos”, me dice quien se ha convertido en un modelo para el aficionado al puro o el aspirante a serlo. Él representa un ideal en la mayoría de los varones en Occidente: Alto, blanco, robusto, barbado y con un carácter que fascina a la gente. Frente a la cámara, al menos esta vez, complementa su imagen con un sombrero tipo panamá y, por supuesto, un puro. La campaña publicitaria de una cerveza mexicana en Estados Unidos tuvo que usar a un actor para crear a este personaje, pero aquí está el que para sus seguidores es el hombre más interesante del mundo.

 

El compositor Franz Liszt alguna vez dijo: “Un buen puro cubano le cierra la puerta a las vulgaridades del mundo”, una idea popular entre los aficionados a este producto y quienes ofrecen un puro para fumarlo con los amigos durante una boda, un bautizo o cualquier momento de relevancia. Sin duda, hay una serie de elementos en la manufactura de un puro que lo rodean de un “Aura Mística”. Primero, han estado presentes en la cultura de nuestro continente desde épocas precolombinas; en segundo lugar, los de mejor calidad se elaboran estrictamente a mano, por no mencionar que cada uno tiene un sabor característico, además de que por razones prácticas es necesario sentarse—tal cual— y hacer una pausa en la vida para fumar un puro. Me refiero a las razones prácticas, porque a lo largo del tiempo, en particular durante el siglo XX, el puro se ha promovido como un artículo hedonista, frecuentemente asociado con las reglas de etiqueta propuestas por Zino Davidoff o con el genio intelectual de Freud y Churchill (este último, honrado por la marca Romeo y Julieta al usar su nombre para el más grande de sus puros comerciales).

 

 

Cuando le pregunto a Alfonso su opinión acerca de los rituales y protocolos en torno al puro, me responde que se opone a ellos y usa como ejemplo a una persona que come en la calle y para quien ése es el mejor de los alimentos. “El puro se debe de disfrutar. Los mejores placeres de la vida son los que salen de uno y los vive uno como le nazcan”. 

 

Lo descubrí al igual que la mayoría de sus clientes: Un día me regalaron un puro, y al no tener ni la menor idea de cómo fumarlo, busqué en internet. “Mi idea era mostrarle a la gente como fumar un puro”, me dice Alfonso al preguntarle si en algún momento se imaginó el impacto que tendrían sus tutoriales en los consumidores de puros y el público en general. Sus contadores de reproducciones han rebasado los 3/4 de millón. Su popularidad ha llegado allende las fronteras y el Atlántico. Alfonso Ramos, quien cuenta con un postgrado en publicidad y mercadotecnia, asegura que se ha distinguido por la buena atención a sus clientes y la calidad de su producto. “Cuéntale lo que pasó en el Periférico”, pide uno de los fotógrafos del estudio durante la grabación del nuevo video. Al parecer, un día cualquiera un grupo de turistas argentinos le empezó a gritar: “¡Don Chicho! ¡Don Chicho!”, mientras le hacían señas desde el segundo piso del Turibús. Alfonso iba en su descapotable y les devolvió el saludo. 

 

“Deben de haber pensado que el gobierno te corre una lana para que andes por el Periférico”, apunta el fotógrafo.

 

Alfonso también cuenta que una joven a punto de casarse lo contactó para que hiciera un tiraje especial para su boda. Ella tomó el teléfono, le marcó a su novio en España, le comentó que se encontraba con “El de los puros” y, al saber que Don Chicho haría los puros para su enlace matrimonial, el novio pidió hablar con él para saludarlo. 

 

“Terminaron dándome una invitación”, comenta Alfonso.

 

“¿Fuiste?”, pregunta el fotógrafo.

 

“¡Claro!”.

 

 

“Dicen las personas que tienen éxito en la vida que éste no llega de manera recta, que siempre hay unos zigzags. Hace unos 15 años, cuando Internet empezaba en México y en el mundo, conocí una fabrica artesanal de puros, de esos que no tienen marca, y vi que eran de muy buena calidad”. Sin embargo también es necesario tener visión, como Alfonso Ramos la tuvo al crear el primer sitio web mexicano dedicado a los puros: purosmx.com.

 

En sus videos, Alfonso suele comentar que sus puros tienen un tiro generoso, sabor suave y no son apestosos. Su producto es originario de San Andrés Tuxtla, en el estado de Veracruz. Le pregunto sobre los puros mexicanos en el mundo, porque la gente tiende a preferir los cubanos. “Tiene que ver con los gringos, el puro cubano lo tienen prohibido y por eso lo suelen buscar”.

 

Estados Unidos es el primer consumidor de puros en el mundo y una de las de las principales consecuencias del embargo económico a la isla es el veto a la importación de puros de Cuba. De hecho, Pierre Salinger, ayudante de Kennedy en 1962, contó a la revista Cigar Aficionado que el ex-presidente le pidió que comprara  mil 200 puros cubanos, horas antes de firmar el documento que haría ilegal cualquier transacción con la isla.

 

Como suele suceder con las prohibiciones, la gente tiende a buscar formas de eludirla, como comprar puros “sin marca” en la frontera de México o puros hechos de tabaco cultivado con semillas cubanas y torcidos por artesanos cubanos en la República Dominicana, uno de los sitios a los que migraron las fábricas tabacaleras después de la revolución.

 

 

En internet, Alfonso asevera que no busca consumidores por adicción, sino por convicción. Eso es lo más llamativo de él y su marca. Parece difícil de creer, pues se trata de tabaco, un producto que algunos aseguran es más peligroso que la marihuana, más adictivo que algunas drogas reguladas, y además controlado mediante impuestos, pero que ha estado presente en nuestras vidas durante siglos. Sólo hay que ver las fotografías más populares de Freud, Churchill, El Che y Fidel para notar cómo asociamos a grandes fumadores con grandes hombres. Aunque ignoremos que Fidel Castro dejó de fumar hace casi 30 años.

 

“¿Usted tiene hijos?”, le pregunto.

 

“Sí, como no. Dos”, responde Alfonso.

 

“¿Les va a enseñar a fumar puro?”.

 

“Les dije que no pueden fumar hasta después de los 33”, contesta en una sola frase. Es bueno saber que Don Chicho nunca ha fumado cigarros y fue inducido al mundo del puro a los 30 años por un amigo, un ex-Secretario de Educación Pública, Miguel González Avelar.

 

Es viernes al medio día. Cruzo el centro de la Ciudad de México en un Pegeout descapotable junto a Alfonso Ramos, ahora conocido por millares en el mundo como Don Chicho y no dejo de pensar en una de las recomendaciones que hizo durante la grabación, una que él mismo siguió: “Si la ceniza cae al suelo, por respeto, pide usted una escoba y un recogedor y lo barre”.

 

 

Lanzados en 1996 con una fastuosa celebración en la Mansión Playboy, la marca Don Diego dio a conocer al mundo los Playboy Cigars. Conocidos por su sabor enérgico, delicioso aroma y su imagen ligada al lujo y el placer, los puros se han convertido en los favoritos del fumador hedonista norteamericano. Contenidos en una exclusiva caja de madera de caoba, los puros son torcidos a mano en República Dominicana en una suave y oscura envoltura, en la que reposa el más fino tabaco cubano.