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#PlayboySeLee: Cuando el América es campeón

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
**América todavía ni siquiera debuta en el Apertura 2013 y ya la turbulencia le ha llegado un poco con el […]
#PlayboySeLee: Cuando el América es campeón
**América todavía ni siquiera debuta en el Apertura 2013 y ya la turbulencia le ha llegado un poco con el duro fallecimiento de quien fuera su estrella en los últimos años y pieza fundamental para el título del Clausura 2013. Un arranque sui generis para un campeón defensor. Nosotros te recordamos su último momento de gran triunfo antes de poner a prueba su corona**
 
Ríos de alcohol para celebrar, un empresario sin camiseta y el bullying en las redes sociales fueron sus consecuencias. El triunfo de Las Águilas se diferencia del de cualquier otro equipo en una cosa: todos hablan de él (nosotros también).
 
Sobre la avenida Insurgentes circula un auto compacto con un grupo de jóvenes ondeando banderas del América. Están desaforados celebrando el último título del club más odiado en todo México. Dos carriles a lado, en un microbús destartalado, muchachos aficionados del Cruz Azul, se lamen unos a otros las heridas por otro subcampeonato ganado a pulso. Ambos grupos notan sus presencias y se ponen como perros rabiosos. Los autos atrapados en la guerra de mala vibra que se da entre ambas unidades, ruegan porque las agresiones no pasen de las mentadas de madre más sinceras. Luces azules y rojas como de discoteca denotan la presencia policial, la cual apaga la llama de odio entre las dos aficiones que optan por tomar caminos contrarios, como sus gustos futboleros.
 
 
Los enemigos del balompié
Más o menos esta obra se reproduce a la eternidad en el escenario del drama llamado futbol nacional. La tensión se agudiza in extremis cuando el América es uno de los actores principales de la obra. El soccer embona perfectamente en un país donde somos fans de la polarización y la discusión dogmática y el América representa una polémica infinita que hasta a los enemigos del balompié alcanza.
 
En sus inicios, el “Ame” era un equipo del montón. Pasando los años fue tomando relevancia y llegó a ser la base de selecciones nacionales en la olimpiadas de 1928 y el mundial de 1930. Años después, las Águilas encontraron a su némesis: las Chivas del Guadalajara, con quienes juegan el partido más importante en México. Se dice que el mítico cronista deportivo y entrenador Fernando Marcos dio forma a la enemistad entre estos clubes al identificar a los tapatíos como los chicos buenos, muchachos del pueblo y humildes, a diferencia de los jugadores americanistas quienes jugaban con extranjeros y tenían dinero. Seguramente tal identificación fue la génesis del principal proverbio sobre el club de Televisa: “al América se le ama o se le odia”.
 
Tal sentencia se confirmó luego de que en 1959 Emilio Azcárraga Milmo comprara al equipo. A partir de allí América se convirtió en un club polémico, representante de la soberbia y la pedantería. Con el apoyo económico de Azcárraga, las águilas se convirtieron en un conjunto poderoso que concentró a grandes jugadores, mexicanos y extranjeros, lo cual aumentó la animadversión de los equipos contrarios y de los aficionados. Lo demás es historia conocida.
 
 
Un país apendejado
¿Qué ocurre cuando el América, el equipo más odiado y amado a la vez, se convierte en campeón? Mucho. El futbol se convierte en trend topic en el time line de @México; para bien o para mal, el balompié toma relevancia nacional en índices más altos de los comunes. Los enemigos del soccer se vuelcan en innumerables reproches a los futboleros, quienes son acusados de indiferentes y superficiales por seguir el juego final de la temporada con tanta pasión. Por medio de las redes sociales los antifutbol se lamentan de que la mitad del país esté apendejada por un deporte en el que los mexicanos somos poco más que mediocres. Posterior a ello, y por la naturaleza polémica de los azulcrema, el triunfo águila es cuestionado. Que si el árbitro les ayudó, que si todo estaba arreglado para que los americanistas se hicieran de otro campeonato en detrimento del país entre otras imputaciones intentan desteñir el logro del club. Juan Villoro afirma que apoyar a un equipo implica un acto de fe, pues los momentos milagrosos dentro de la cancha son pocos, pero suceden. Así, todos se preguntan porqué el inusual milagro se le tiene que conceder a un club representativo de la arrogancia de los millonarios y poderosos.
 
En este momento se sube a la palestra de la denostación, Televisa. Siendo dueña del club, a la televisora se le recuerda el daño constante que le endilga a la población por sus malos contenidos, incluidos en ellos, el futbol. Jenaro Villamil, publicó un artículo en Proceso donde cuenta cuando Azcárraga Milmo afirmó que él hacia televisión para jodidos para ayudarles a sobrellevar dicha condición. El hijo del apodado “tigre” no ha cambiado tal percepción y humillarlo diseñándole los famosos “memes” después de ver cómo celebró la victoria de su equipo quitándose la playera, bañado en sudor y algo que se supone es cerveza, con un moco pendiendo de su nariz, se convierte en una dulce y muda venganza contra el junior que pareciera no tener derecho a ser aficionado de hueso colorado de su propio equipo.
 
Al final habría que reconocer que equipos en el mundo que condensen tanto amor y tanto odio son pocos. No hay peor humillación que perder contra las Águilas, así como no hay mayor logro que humillarlos. La frase “ódiame más”, habla por sí misma.
 
Al terminar la final leí en algún tuit, cuya autoría no recuerdo, lo siguiente: “Buena noticia, el campeón juega bien, bonito y efectivo; la mala noticia, es el América”.
 

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Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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