PLAYBOY MUSIC: GET BACK, PAUL
En su quinta visita a territorio mexicano y como parte de su gira One on One, este sábado 28 de octubre, el multiinstrumentista Paul McCartney tuvo una cita con miles de personas en el Estadio Azteca.
Foto: Fernando Aceves
A las 21:18 pm el coloso de Santa Úrsula dio la bienvenida a sir Paul McCartney quien, con pantalón negro, camisa azul claro y una chamarra azul rey, interpretó “A Hard Day’s Night” haciendo gritar a un público que no podía creer lo que estaba viviendo. Esta canción no había sido interpretada en vivo por ningún Beatle desde 1965 hasta que comenzó este tour. A ésta le siguió “Save Us” para después escuchar el “Buenas noches Ciudad de México(…) We are gonna have a fiesta”.
Entre gritos y aplausos “Can’t buy me love” fue recibida a la par de que dibujos animados de The Beatles fueron proyectados sobre la pantalla central.
“Gracias México, voy a tratar de hablar un poquito de español”, dijo para continuar con “All my loving”.
Foto: Fernando Aceves
One on one.
Este concierto forma parte de la gira One on One donde lo que busca Paul es hablarle a la audiencia uno a uno, según lo dicho en una entrevista de la revista Rolling Stones en julio de este año.
Y efectivamente, no importaba que fueran miles de almas viendo al ex Beatle, cada uno de ellos lo sentía cercano por su voz, así como también gracias al audio y a 3 pantallas, 2 de ellas cilíndricas ubicadas a los costados del escenario.
Cuando cambió por primera vez de guitarra, también se quitó su chamarra; todos vitoreban cualquier movimiento del inglés y éste, con su carisma, hizo reír a un público que esperaba ansioso más música.
Foto: Fernando Aceves
Generaciones reunidas.
Bebés, niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad, fueron quienes disfrutaron de la velada.
Los contemporáneos a McCartney compraron su boleto por la añoranza de aquellas épocas, los niños y adolescentes, en su mayoría, estaban porque habían crecido escuchando esa música gracias a sus padres o abuelos.
Muchos llevaban prendas relacionados con algo de The Beatles, de Wings o de McCartney como solista; algunos iban disfrazados con las prendas que el cuarteto de Liverpool utilizó para la portada del álbum “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, otros traían sudaderas con el submarino amarillo y otros tantos llevaban la playera que decía “One on One Tour”.
Había papás que cargaban a sus hijos en los hombros, “Él es Paul, el de la música que te pongo, ¿lo ves?”, decía un señor a su hija quien movía su cabeza al ritmo de “Let me roll it”. Otros padres, con hijos más grandes, les hablaban sobre los álbumes, “Mi favorito siempre será Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, “El mío Help!”, “Espero que toque alguna de Revolver”. En cambio algunos cuantos intentaban arrullar a sus bebés al ritmo de “I’ve gotta feeling”, con la que McCartney rindió tributo a Jimi Hendrix.
En esta ocasión, aunque sí hubo quien filmó y tomó fotos con su celular, la gran mayoría prefirió guardar esos momentos en la memoria; algunos decían que probablemente esa noche sería la última gran oportunidad de ver a una leyenda viviente.
Ya en el piano Paul dedicó “My Valentine” a su esposa Nancy y al término de ésta dibujó un corazón con sus manos.
¡Fuerza México!
Más tarde pasó a un tema que grabó para Wings -grupo que formó con su entonces esposa Linda McCartney, Denny Laine y Denny Seiwell en el año de 1971 y que se desintegraría en 1981- “Nighteen Hundred and Eighty-Five” y cuando finalizó exclamó con el puño derecho en alto “¡Fuerza México!” haciendo alusión al pasado sismo del 19 de septiembre, acto seguido de una gran ovación y coros de personas gritando “¡Paul!, ¡Paul!, ¡Paul!, ¡Paul!”.
.El Azteca se había iluminado con las linternas de los celulares y antes de ejecutar “We can work it out”, ya con su guitarra acústica, fintó a todos pues en lugar de cantar, comenzó con un “Olé, olé, olé, olé” a lo que el público siguió con un “sir Pauuul, sir Pauuul”.
I still remember how it was before.
“So now, we’re gonna taking back in time” dijo antes de que sonara “Inspite of all the danger”, la primera canción que los Beatles grabaron.
Las personas no dejaban de moverse de lado a lado, algunos con las manos arriba gritaban “¡Nunca mueras Paul!”, otros sin decir nada sólo veían a su ídolo en las pantallas.
Después siguieron temas como “You won’t see me”; “Love me do”, canción que dedicó a George Martin -compositor, productor y arreglista del Cuarteto de Liverpool- ; “And I love her”, con la cual el inglés movió caderas y enloqueció a la audiencia; y “Blackbird”, tema con el que recalcó la importancia de los derechos humanos.
“Le escribí esto a mi carnal John” dijo con un español muy claro para referirse a “Here today”; el público aplaudió cuando el ex Beatle utilizó el término carnal. Esta canción fue interpretada bajo la luna que estaba siendo cubierta por las nubes.
Then we were new.
Una vez más el “Olé, olé, olé, olé, sir Pauuul, sir Pauuul” inundó el estadio. “Do you understand me?” preguntó para que el público gritara que sí. Luego prosiguió con tres de sus canciones más recientes, “Queenie eye”, “New” y “Four five Seconds”, tema que interpreta con Rihanna y Kanye West.
A éstas le siguieron viejos éxitos como “Lady Madonna”donde las palmas del público acompañaron a las imágenes de mujeres proyectadas en la pantalla central; “Eleanor Rigby”; “I wanna be your man”, tema que escribió para los Rollings Stones y que puso a bailar a todos al estilo de John Travolta y Uma Thurman en Pulp Fiction; y “Being for the benefit of Mr. Kite!”.
Con un ukulele en sus manos, Paul cantó y dedicó a George Harrison “Something” que fue acompañada de fotografías de The Beatles color sepia en las pantallas. Todos gritaban y lo hicieron más fuerte cuando los acordes de “A day in a life” sacudieron al Azteca, a ésta le siguió “Give Peace a Chance” donde las manos con el símbolo de amor y paz se movían de derecha a izquierda.
Jóvenes en los hombros de sus amigos ondeando banderas de México y de Reino Unido armonizaron este momento.
Las canciones “Ob-la-di Ob-la-da”, “Band on the run” y sobre todo “Back in the U.S.S.R” hicieron explotar al recinto. Muchos pusieron su puño derecho en alto y cuando el tema terminó, Paul bromeó con aventar su guitarra al público de las primeras filas.
Take a sad song and make it better.
La nostalgia aumentó cuando “Let it be” comenzó a sonar. Todos entonaban la canción que formó parte del álbum Abbey Road; las linternas de los celulares volvieron a iluminar el estadio. Un clima de fraternidad se vivió con esa canción y una gran ovación llegó al término de la misma.
Con el tema siguiente, “Live and let die”, el público fue testigo de una gran producción de fuego saliendo del escenario, así como de juegos pirotécnicos que aludían a la bandera México. El sonido de guitarras hacía que algunas mujeres se soltaran el cabello y lo despeinaran, mientras que otras personas jugaban a tocar una guitarra o batería invisible.
El sonido de las pequeñas explosiones hicieron que Paul gesticulara un “I can’t hear you” al terminar su canción para dar paso a una de los temas que provocaría las lágrimas en algunas personas, “Hey Jude”.
Con el característico “na na na na/na na na na/ Hey Jude” todos alzaron los brazos y McCartney pidió primero a los hombres que lo entonaran, después a las mujeres y por último a todos juntos.
Con esta canción parecía despedirse y las luces del escenario se apagaron; sin embargo, minutos después regresó y lo hizo de una forma muy especial, ondeando, con ayuda de sus músicos, 4 banderas: la de México, Reino Unido, Estados Unidos y la del movimiento LGBT.
And in the end the love you take is equal the love you make.
Con su canción del álbum Help!, “Yesterday” sir Paul reavivó los ánimos haciendo que el público cantara. Algunos de ellos con las manos en el pecho desbordaban el sentimiento que el ayer les hacía recordar. Cuando terminó, uno de los asistentes de Paul preguntó “One more?” a lo que todos contestaron que sí, y así fue como llegó “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)”, y “Birthday”, la cual dedicó a todos aquellos que cumplían años ese día o en días cercanos; asimismo, fue en este tema cuando invitó a subir al escenario a algunas chicas que saltarían y bailarían frente a miles.
La velada concluyó con “Golden Slumbers”, “Carry that weight” y “The end”. Las reverencias de Paul y sus músicos llegaron, acompañados de varios “Don’t go” llenaron el estadio.
“Muchas gracias, México lindo y querido. We will see you next time, hasta la próxima”, externó a las 12 pm el británico.
Todos se quedaron con ganas de más y como la salida del recinto fue algo lenta por la cantidad de personas, algunos optaron por caminar cantando temas que no formaron parte del show, demostrando así que no querían que el concierto terminara.
Get back, Paul.
Por Sofía Wislawa Cruz
