PLAYBILL: COSAS QUE TE HACEN DECIR “OH”
Volvía de San Miguel de Allende a la CDMX. Había ido con un grupo de periodistas a disfrutar de la final de la Champions League. La tarde anterior asistimos a una fiesta que una marca de cerveza, patrocinadora de la Liga, organizó en un viñedo. Pantallas gigantes, buenos tragos y una explosiva DJ nos mantuvieron despiertos hasta que asomó el amanecer.
Dormitaba en la camioneta cuando sentí que el chofer giró en sentido contrario.
— ¿A dónde vamos? —pregunté.
— A la Capilla Sixtina mexicana. No se pueden ir sin conocerla —respondió el publirrelacionista. El Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco es un templo barroco del siglo XVIII, cuyos techos se encuentran decorados por sendas pinturas del criollo Miguel Antonio Martínez de Poca – Sangre, ubicado a pocos kilómetros de San Miguel.
Las vi en vivo. Y resumo la experiencia en una expresión: “Oh”.
Rendidos de cansancio, volvíamos al hotel: un grupo de reporteros que viajamos a Brasil para cubrir el 30 aniversario del Festival Rock in Rio. La van se introdujo por las calles estrechas del barrio de Santa Teresa en Río de Janeiro, hasta llevarnos a la célebre Escalera de Selarón.
—Sería imperdonable que se la perdieran —dijo el guía.
Revestidos sus 215 escalones con piezas de cerámica por el chileno Jorge Selarón, quien apareció muerto a sus pies el 10 de enero de 2013, la escalera representa una de las obras de arte, junto al Cristo de Corcovado, más representativas de aquella nación.
También se me escapó un “Oh”.
Era nuestro último día en Nueva Orleans. Enrique, amigo y editor de la revista Vogue, me dijo que iría a buscar una obra de Banksy. Me ofrecí a ir con él. Atravesamos a pie el bellísimo French Quarter, residencia de pintores, escritores y músicos locales, además de un espectáculo arquitectónico por sus formas y colores.
Hacía un calor del infierno, pero 45 minutos después llegamos a la recóndita esquina donde el británico pintó a una niña con un paraguas, alusiva al huracán Katrina que en 2005 dejó consecuencias desastrosas en la ciudad.
Deshidratados los dos, coincidimos en un “Oh”.
La esperanza de quienes hacemos Playboy México es que después de mirar las fotografías que intervino Gilda Garza, el dossier especial sobre artistas que expondrán este mes de febrero una serie de obras inspiradas en el Conejito (lo anunciaremos en redes sociales) y el pictorial que en 1973 dirigió Salvador Dalí, tú tampoco seas capaz de contener un “Oh”.
