LA REGIÓN QUE TODO AMANTE DE LOS VINOS DEBE VISITAR
Napoleón III harto de la monotonía de París mandó edificar un palacio donde pudiera pasar los veranos con Eugenia de Montijo, su esposa, y disfrutar de los vinos del sur de Francia. El lugar que eligió fue la costa de Nueva Aquitania, cerca de la frontera con España, para que su amada no extrañara su país de origen.
El edificio fue nombrado Villa Eugénie, en honor a la emperatriz, y el resultado fue espectacular: los jardines, la arquitectura y la vista al mar hicieron del recinto de los Pirineos el lugar ideal para que la familia imperial y personajes regionales escaparan del bullicio de la capital. Con el tiempo su popularidad aumentó y por la crisis de la dinastía francesa dejó de ser un recinto de la monarquía para convertirse en el Hôtel du Palais.
Actualmente el hotel es el faro que avisa a los visitantes que están por entrar a una de las regiones más hermosas del mundo: el suroeste francés. Los majestuosos recintos del Hôtel du Palais atrajeron a personalidades de la talla de Coco Chanel, Ava Gardner y Frank Sinatra; no obstante, las salas reales no fueron el único atractivo que encantó a estas personalidades. Con sus infinitos viñedos e impotente arquitectura, esta locación es una región mística digna de explorar.
A dos horas en tren de la mansión de Eugenia de Montijo se encuentra Lourdes. Ciudad de los Altos Pirineos famosa por su Santuario religioso, que incluye las basílicas de la Inmaculada Concepción, la de Nuestra Señora del Rosario y la de San Pío X y la Gruta de las apariciones. Cerca de este complejo, en una colina al centro de la ciudad, podrás conocer la majestuosidad del Castillo de Lourdes y podrás experimentar los deseos de Carlomagno cuando intentó tomarlo en el siglo VIII.
A las afueras de la ciudad, podrás visitar el Pont d’Espagne, una región natural que alberga un área de esquí de fondo. Ahí es obligatoria una excursión al Lago de Gaube, que presenta una de las postales más hermosas de los Pirineos gracias a sus aguas glaciales.
Sin duda alguna la joya de esta región es Burdeos. A tan sólo una hora en tren de París, la capital de Nueva Aquitania destaca por la gracia de sus calles y la arquitectura del siglo XVIII, que no tiene comparación en Europa.
Por si esto fuera poco, “La Bella Durmiente”, como es conocida la ciudad, es el lugar perfecto para todo amante de los vinos. Además de estar a unos pasos de la Belle Epoque o Saint-Emilion, cuyo viñedo es reconocido como patrimonio por la UNESCO; también ofrece la Cité du Vin, el museo de vino más grande en el mundo, donde podrás participar en degustaciones y conocer sobre el proceso que implica crear la bebida predilecta de Baco.
Este es el año ideal para conocer esta majestuosa región gala ya que podrás probar vinos de todo el mundo, especialidades regionales como el magret, el foie gras de Périgord, el queso Ossau-Iraty y ostras de la Bahía de Arachón en la Fête le vin, una fiesta que se organiza cada dos años en el centro de Burdeos y este año se llevará a cabo entre el 14 y 18 de junio.
