Una cosa es el dolor por el dolor. Otra muy distinta es aquel que de manera sensata, consensuada y segura tiene por objeto causar un placer mayor.

“Yo me sigo dando un madrazo en el dedo chiquito del pie y aúllo. No me vengo”, dice Fernanda Tapia, autora del libro BDSM Cincuenta sombras de Fer, en el que se abordan y desmitifican prácticas como el sadismo, dominación y bondage.

A través de entrevistas, textos complementarios y reveladoras fotografías, el texto publicado a través del sello Otredad, se sumerge de lleno en un universo erótico que hasta hace poco se consideraba oculto y prohibido.

El fenómeno editorial y cinematográfico que Cincuenta sombras de Grey (de la escritora británica E. L. James) supuso desde su lanzamiento en 2011, desató una serie de malos entendidos e ideas falsas acerca del BSDM (Bondage Sadomasoquismo), al grado de que para algunas personas la inexperiencia e ignorancia tuvo consecuencias preocupantes. “Muchos pensaron que por la novela ya podían transgredir ciertos límites y por eso en México, en Inglaterra y en otros países, terminaban en Emergencias”, cuenta Fernanda.

Otra idea equivocada apunta que esta práctica deviene en una cosificación de la mujer: “Sería equivocado creer que sus partidarios pretenden ignorar o justificar la violencia, el abuso y, en particular, la desvalorización de la mujer; por el contrario, cuando ésta es acordada e informada, puede ser parte de la renovación, crecimiento y entendimiento de la pareja”, escribe en la introducción el sexólogo José de Jesús González Salazar. El experto forma parte del Grupo Interdisciplinario de Educación Sexual y Sexología, A.C.

Educativo y recreativo

El libro está integrado por artículos independientes que al mismo tiempo hilvanan una historia. La del BDSM. Comienza explicando de qué va la disciplina, además de ilustrar los utensilios que se usan para practicarlo, las reglas bajo las que se rige, entrevistas con sus principales exponentes —como es el caso del Marqués Alexander y Krystal de Sade—, así como el testimonio de la misma Fernanda Tapia.

En resumen, se trata de un libro recreativo pero también educativo, ya que usualmente los textos en los que se habla de sexualidad, sostiene ella, “son hacia la reproducción y el amor romántico. En ese sentido, aún vivimos en la Edad Media. Tenemos que entender que si bien la violencia, en el sentido de que una persona mate a otra, es un acto perverso. Pero entender que tu cuerpo es tuyo y que el hecho de concedérselo a otro, ser su sumiso y su esclavo, es síntoma de que te empoderaste y que tienes la autoestima necesaria para no andar limosneando amor”.