ENRIQUE GUZMÁN: “YO INVENTÉ CANTAR ROCK EN ESPAÑOL”
LE DECÍAN “El novio de México”. El cantante y actor recuerda su infancia, sus fiestas y amores, mientras se define como un pionero de la música en México y se alista a celebrar 60 años de trayectoria.
Por ADÁN MEDELLÍN @ADAN_MEDELLIN
Fotografía de MIGUEL A. MANRIQUE @MANN_FOTOGRAFO
Es una de las voces emblemáticas del rock and roll mexicano, pero nació en Caracas. ¿Qué hacía allá de niño?
Estudié la primaria en un colegio de curas. ¡Desde entonces me caen en los huevos! Terminé con la religión gracias a los colegios donde estudié. Mis primeros castigos fueron bajo el rayo del sol, en el Colegio Fray Luis de León de allá.
¿Por qué lo castigaban?
Por ladilla. Por mal estudiante. Yo tenía muchas ganas de un radio de bulbos, ahí lo tengo todavía. Mi papá tuvo que ir a recogerme a la escuela porque estaba castigado y me llevó a comprarlo.
En esos primeros años en Venezuela, ¿tenía contacto con la música, el cine o la cultura de México?
No. En esa época aprendí a tocar la guitarra. Mi papá me enseñó a tocar el cuatro, un instrumento que todavía conservo. Tengo dos: el original que me regaló mi papá y otro que me dio José Luis Rodríguez “El puma”. Ahí aprendí a tocar algunas canciones venezolanas. Aquí fue donde descubrí el rock and roll, ya de chavo, con lo que después formé el grupo Los Teen Tops.
Usted prácticamente inventó al ídolo adolescente en México cantando con los Teen Tops a los 14 años.
Alguien me dijo en una entrevista que no habíamos inventado el hilo negro. Yo creo que sí. El hilo negro que yo inventé no existía para mí. A lo mejor ya había algunos movimientos en ese sentido, pero no los conocí. Yo inventé cantar rock and roll en español.
¿Siempre soñó ser estrella musical?
No. Y la palabra “estrella” no coincide mucho con lo que quise hacer. Soy un exponente importante de esa música. Puedo decir que soy pionero, hice cosas que no se habían hecho nunca. A lo mejor por eso soy famoso hoy. Es parte de una vida que he fraguado poco a poco y de la que estoy muy orgulloso.
Ahora el rock es un género muy popular y conocido comercialmente. Pero, ¿cómo era el rock en México en los años 60, cuando usted empezó a tocarlo?
En algunos lugares, hasta estaba prohibido. Nos clausuraban constantemente esos cafés donde íbamos mucho a hacer rock and roll. Eran esos cafés cantantes donde uno se ponía hasta las chanclas, no creas que sólo eran cafés, había chupe y todo. Es que el rock es canción de protesta. ¿Quieres hacer movimientos legales? Métete al rock… ¿Qué instrumento tocas? ¿La guitarra?
Antes tomé clases de piano.
Yo también quise tocar piano, pero lo dejé. Costaba mucho trabajo cargarlo (risas).
La guitarra es más ligera y lo dejaba abrazar a una chica.
¡Sí! Y por acá, de la cinturita (risas). Todavía estoy muy agradecido con Casa Veerkamp, en la calle de Mesones, por mis instrumentos de rock. Recuerdo que íbamos a veíamos sus catálogos, porque aquí no había guitarras eléctricas. Nada. Y las pedíamos y Veerkamp nos patrocinaba, nos emocionábamos con lo que llegaba, así empezamos.
Usted trajo a México música muy importante, desde Elvis Presley hasta Paul Anka. ¿Qué siente al saber que mucha gente descubrió el rock en su voz y en idioma español?
Mira (se ufana y llena el pecho de aire), completo. Que no me venga a decir nada César Costa. Yo sé cómo se hace. Pero él nos dejaba ir a tocar a sus fiestas, él tenía microfonitos muy chingones. Su papá era el abogado de la cadena García Balseca, del Esto, de Novedades.
¿Cómo eran esas fiestas?
Él nos invitaba y como nosotros no teníamos los instrumentos, nos prestaba los suyos y tocábamos. Hacíamos tardeadas, cobrábamos la entrada y sacábamos para lo nuestro. Yo viajaba en camiones de 20 centavos.
Hay escritores que dicen que la adolescencia la inventó Elvis Presley.
No es cierto. Él era cantante de música sacra, de góspel. Él no cantaba rock and roll. Fueron Bill Haley y sus Cometas. Ellos fueron los que generaron todo esto. Yo lo conocí en Guadalajara, se casó con una jalisquilla.
¿Siente que las canciones que usted interpretó tam- bién inventaron una nueva forma de enamorarse para los jóvenes?
Yo siento que motivé a algunos. ¿Qué es lo que hicieron después? No lo sé. Grabamos canciones como “Mi suegra” (canta “Mi suegra llegó…”) y nos prohibieron la canción en el radio, por el tema.
Tuvo novias y parejas muy guapas como Angélica María o Silvia Pinal. ¿Cómo era el estilo de vida del “novio de México”? ¿Muchas novias, muchos coches?
“El novio de México”, eso dice Angélica María. (Risas) El primer coche que me compré fue un MG. Mi papá decía: —pero nada más es para dos personas, y yo respondía —¿y para qué chingados quiero subir a más a mi coche?
¿Usted se consideraba un playboy?
¡Uta! Todavía. Estaba yo suscrito. El papá de un amigo me pasaba los números… pero la revista nunca ha sido pornográfica, a mí me gusta por los artículos (risas).
¿Qué secreto tenía para conquistar mujeres?
¡Las canciones! En cuanto empezaba a cantar me acercaban el cachetito.
¿Qué lo hizo darse cuenta de que era uno de los hombres más seguidos y famosos de este país?
La reacción es física. Y en ese momento dices: “esto hay que usarlo para algo”. Yo vi que funcionaba bien y dije “órale”. Y fui aprendiendo poco a poco. De lo que me perdí, era yo muy pendejo al principio. La primera vez que fui a Argentina vi a muchas mujeres con pancartas afuera, yo viajaba con mi mamá y le dije: “¿pues quién chingados viene viajando en este avión?”. ¡Venían por mí!
Tiene fama de temperamental. ¿Hay algo que haya quebrado ese carácter en algún punto de su vida?
Sí, lo soy. A veces hay cosas que yo siento que no debo hacer, pero tengo mis tropiezos como todos. Soy como soy.
Creo que uno de los momentos más emblemáticos en la televisión mexicana fue cuando Silvia Pinal y usted “presentaron en sociedad” a Alejandra Guzmán en 1968. ¿Se dio cuenta de que estaba creando una dinastía en ese momento?
Para eso me casé con Silvia, para tener hijos. Pero Silvia no fue favorita de mi familia, los Guzmán. Ni yo tampoco (risas). Son tropiezos de la vida; pero mis logros son mis hijos.
¿Cuál es su principal virtud y su principal defecto?
La necedad, creo que soy muy necio. Estoy chingue y chingue hasta que salgan las cosas. Aunque salgan mal, pero que salgan. Y el defecto, la misma necedad (risas). No me desanimo, voy y busco más.
Si la persona más importante de su vida le preguntara cómo define a Enrique Guzmán, ¿qué le diría?
La persona sería yo y me diría: “Me admiro mucho”.
