El sabor casero de París

Dentro del Parque Interlomas, se ubica el restaurante Bistrot Mosaico Interlomas, un cálido lugar que pretende rememorar un bistrot parisino. No demores más en conocerlo, porque su personal te espera para compartir contigo lo mejor de la comida casera de Francia.
El Chef Corporativo Philip Davie recomienda Las albóndigas, El cachete en vino tinto, Los filetes y El estofado como especialidades que no hay que dejar de probar; pero no por eso hace menos la repostería, pues el Crocante de avellana y la Torta de limón deleitarán tu paladar de una forma que te hará sentir cerca del cielo.
“No es un establecimiento fino, sino casero, como si entraras a visitar un restaurante chiquito de Francia. Es como comer con mamá, papá o con tus abuelos cocinando, no con un chef francés de alto nivel. Cocinamos recetas de más de 50 años de tradición”, explica Philip.

El origen de un bistrot
La esencia de la comida francesa, cuenta Jaime Marroquín, Gerente de Bistrot Mosaico Interlomas, habita en la preparación de ternera, res y cerdo, aunque el pollo y los mariscos también ocupan una posición privilegiada en su historia.
Añade: “Aunque muchas personas asocian con lujo la palabra bistrot, en realidad significa “rápido” en ruso. Cuando los rusos ocuparon París acudían a las casas modestas a exigir comida y cuando no los atendían de manera veloz, gritaban: ¡Bistrot!”.
Bistrot Mosaico Interlomas está compuesto por cuatro salones temáticos: El Burdeos es el principal; el Borgoña sirve a quienes no fuman, mientras que el Champagne es la casa de quienes tienen este hábito y, finalmente, el Petit es el área reservada para los niños.
Cada semana, el lugar cuenta con una nueva sugerencia que se suma a los entre 10 y 20 platillos que se pueden encontrar actualmente en su menú; es decir, “podrías venir durante un año entero a Bistrot Mosaico Interlomas y no repetir platillo”, presume el gerente.
Pero visitar el restaurante no es la única forma de disfrutar de su sabor, puesto que cuenta con un área Boutique que ofrece productos para llevar. En resumen, si París no viene a ti, ¡puedes tener París para llevar!