#DeTresDedos: Carlos Vela, el niño terrible

hace no mucho, un querido amigo seguidor del Arsenal de Inglaterra me dijo que Carlos Vela era el mejor delantero de México. Lo definió como un fenómeno. Me instruyó a que hiciera el ejercicio de mirar con calma los goles de Vela y los comparara con los anotados por otro joven de su generación que jugaba en el extranjero, Javier “Chicharito” Hernández, en aquel momento considerado el centro delantero titular de la Selección Mexicana.

 

La propuesta era ilustrativa y le daba cierto peso a su argumento. Como es de conocimiento público, Chicharito tiene un excelente pique corto en el área, posee un gran sentido de anticipación y puede anotar –a veces involuntariamente– con casi cualquier parte del cuerpo, algo que representa para unos su mayor virtud y para otros su mayor defecto. Pero aunque Hernández marcaba más que Vela, los goles del cancunense eran de gran factura, sobre todo los conseguidos durante su breve etapa en el Arsenal. Mi amigo no mentía al decir que los contados goles de Vela tienen firma de artista y mucha clase.

Los destellos de Vela han estado siempre ahí, su calidad es innegable. Vela puede jugar por la banda, como lo hace en su actual equipo, la Real Sociedad, y tiene capacidades de encarador con las que no cuenta el Chicharito. Además, es un buen pasador. A nivel táctico y técnico, parece no haber dudas en la comparación. Vela puede ser un festín de funcionalidad técnica y táctica, que puede iniciar por la banda, amagar, rematar a distancia y culminar las jugadas que inicien por el lado contrario del campo. El problema, también conocido, es que Vela no quiere o no ha querido jugar con la selección mexicana los partidos eliminatorios hacia el Mundial desde 2011.

 

Ahora, Vela ha vuelto a ponerse en el ojo público tras su grandiosa actuación de la semana pasada en la Liga Española. Los hechos duros dicen: se convirtió en el primer mexicano en la historia en conseguir cuatro goles en un partido liguero del país peninsular y así le dio la remontada y la victoria a la Real Sociedad sobre el Celta de Vigo. Ha ganado regularidad, es titular en un cuadro europeo y además es la pieza más importante en un equipo que saltó de un destino muy discreto a jugar la Champions League del presente concurso. 

Un jugador así parece imprescindible en cualquier combinado con aspiraciones de cara al Mundial. Pero las opiniones y matices abundan. Los detractores dicen que Vela sólo juega en equipos chicos y tiene grandes actuaciones en encuentros de poca trascendencia. Hablan de soberbia, de inconsistencia, de rechazo a México, de mala relación con los grupos. A eso le achacan su salida del Arsenal, por ejemplo. Dicen que Vela es un jugador con problemas de disciplina y una personalidad difícil ante la autoridad, por lo cual también el Chepo de la Torre, en su momento, lo excluyó de las convocatorias al equipo nacional.

 

Creo que el rechazo o la aceptación de Vela tiene razones más profundas que la mera cancha de futbol. Pasa por errores juveniles, por un nebulosa moral en cuanto a su actitud, por el juicio perpetuo por el que pasan los mexicanos que salen al extranjero. Me atrevería a decir que el caso Vela enfrenta finalmente posturas ante las nociones de autoridad, la lucha del provincianismo y el cosmopolitismo en un joven, la amenaza del síndrome de inferioridad en el carácter nacional, y hasta la fractura entre el futbolista como estrella mediática y su propia persona.

 

Entre los numerosos dilemas de una selección confundida, Vela ha sido y será uno de los más presentes en el camino al Mundial. ¿Qué va a hacer la selección mexicana con él? ¿Qué lujos o qué necesidades tiene el equipo? ¿Cuáles son las prioridades en el campo de juego? La mayoría de los técnicos privilegian el “sistema”, el “estilo” y la “armonía” para construir a sus equipos. ¿Qué gana y qué pierde el Tri cuando Vela está ahí? Vela parece uno de esos jugadores que necesita de cierta anarquía y libertad para funcionar como persona y como jugador. ¿Qué tipo de técnico necesitaría Vela para desarrollarse? ¿Sería correcto consolidar la preparación mundialista en un hombre que se lleve bien con jugadores como Vela? ¿Es éste un argumento tan fuerte como para determinar la elección del técnico que dirigirá en Brasil?

 

 

En este momento, no creo que Vela sea el mejor delantero de México, porque no lo he visto jugar con la playera verde en los últimos dos años. Todo son meras suposiciones de su juego. Cuando lo vi en el Tri, no se destacó sobre el resto, pero eso fue antes y sin duda ha crecido como futbolista. No tengo afán de criticarlo, porque no lo conozco y él tiene la libertad de actuar como mejor le plazca. Vela puede aceptar o rechazar a la selección nacional. Una convocatoria es un premio y una responsabilidad para un jugador, pero como en la vida, los premios y las responsabilidades también pueden rechazarse. Vela no es menos mexicano por eso. La playera de un equipo de futbol no es un país, por más que así lo griten los narradores de fin de semana. 

 

Yo considero a Vela un jugador de gran talento, pero que falta por probarse en otros escenarios. No creo que sea un jugador de 30 goles por temporada. No le exijo que sea titular en equipos europeos de primera línea. No me importa si anota goles en equipos “chicos” o de media tabla. Es cierto que hay goles más importantes que otros, pero cada gol cuenta para un resultado y en el futbol actual es cada vez más difícil anotarlos. Yo sólo pediría que Vela tomara una postura y la expresara con claridad. Y si un día deciden convocarlo y él decide jugar por el Tri, que demuestre sus dotes con la playera verde para probar el calibre de jugador que potencialmente es. Que lo haga en un juego prescindible y sobre todo en un juego decisivo. Que no sea un destello más. Que no se guarde nada.