EL BÚHO NO HA MUERTO: LA CASA BLANCA… DE LOS SUSTOS
EL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS NO LO QUIERE VER O DE PLANO LE PARECE ALGO
NIMIO, PERO EL PLANETA NOS URGE A TOMAR ACCIONES: EL CALENTAMIENTO GLOBAL NO ES
UNA BROMA.
EMPEZÓ junio con una noticia apabullante. Donald Trump decidió retirar a Estados Unidos del “Acuerdo de París”, el cual convoca al mundo a establecer y respetar estándares tendientes a evitar que el hombre como especie incida en el Cambio Climático del planeta.
La decisión refleja una preocupante ignorancia sobre el problema, aunque asumo que es imposible que Trump no tuviera datos duros como base para tomarla.
La ciencia, y no la intuición, ha concluido que la actividad global de la humanidad genera factores que, junto con los de la propia ciclicidad del planeta, están modificando gradualmente las condiciones atmosféricas, tendientes a un aumento de la temperatura promedio en el entorno universal.
Nuestra querida Tierra lleva cinco edades de hielo o glaciaciones conocidas. Todas han sido antecedidas de un Cambio Climático. En ellas existen lapsos de condiciones climáticas más severas para la vida y otras más templadas, denominadas períodos glaciales e interglaciales.
Ahora vivimos uno interglaciar, dentro de lo que se conoce como glaciación cuaternaria, terminado hace aproximadamente 12 mil 500 años, con el inicio de la época conocida como Holoceno.
La primera glaciación es conocida como Huroniana y se produjo hace 2 mil 400 millones de años con una duración aproximada de 300 millones de años. Ha sido la más larga de todas.
Esto significa que los Polos o Casquetes de la Tierra, han cambiado cinco veces. El planeta gira, viviendo eras en las que el ecuador ha estado en los polos, ¡y los polos en el ecuador!
Desde la formación de nuestro “joven” sistema solar, hace 4 mil 500 millones de años, la Tierra se ha bamboleado
alegremente en su inestabilidad gravitacional. Tiene rotación, translación y ¡”bamboleo”! Los planetas presentan movimientos caprichosos y cambiantes; Urano rota de norte a sur del plano orbital; Venus de oeste a este; nosotros de este a oeste a una inclinación de 23 grados del eje polar, lo que hace posibles las estaciones del año.
En todos los planetas vivos, la constante es el cambio. Nada es para siempre. Todo cambia. El suelo marino se vuelve desierto; los glaciares eternos, no lo son; los bosques se transforman en estepas y los desiertos algún día serán o han sido vergeles.
POR PEDRO FERRIZ DE CON @pedroferriz
Foto pincipal: El País
