3 mitos del sexo y los Millennials

Pero aquí nos vamos a redimir, y es que sí somos un desorden comprobado, pero de eso a que nos facturen porque las relaciones humanas entran en zona de caos, sí hay un gran distancia. Es cierto que nos vamos a quedar el mundo, pero este es el mundo que nos dejaron, y el sexo se ha vuelto uno de los temas más complejos y recurrentes. El bombardeo indiscriminado de este tema, para bien y para mal, es causa y consecuencia.

Que si abandonamos las relaciones comprometidas; que si sólo nos importa el sexting, el sexo casual y la gratificación inmediata. Este artículo del The Huffington Post clarifica bastante bien nuestra situación, dándole mejores coordenadas que la del imaginario colectivo. Toda surgió por la afirmación que hiciera Bill Frezza en la revista Forbes sobre la actitud Millennial hacia el sexo (está para enojar eh, nota de la autora):

“Estos chicos están totalmente libres de las responsabilidades de las costumbres con las que nosotros, Baby Boomers, crecimos. Parece que no tienen vergüenza, sentido de la privacidad, modestia o preocupación sobre su reputación. Tratan al sexo como otra forma de recreación, como videojuegos pero más desordenados. Quieren diversión sin compromisos y la quieren ahora”.

Un buen resumen de los clichés a los que nos referimos. Vamos a contribuir a lavar de una vez peor todas nuestra imagen con estas tres ideas. Prometo intentar calmarme para compartirlas, pero que estos de victimizarse es de mucha hueva. En fin, estúdienlas y compártanlas.

En agosto de 2012 Hannah Rosin escribió que la “cultura del ligue” había sustituido considerablemente a las citas en las universidades y más lejos, un punto entre los interminables debates de las consecuencias física y emocionales del sexo casual. Pero la ciencia muestra que “la cultura del ligue” ni siquiera existe o que al menos no prevalece tanto como nos quieren hacer creer. El sociólogo Martin Monto comparó los reportes de hábitos sexuales entre los jóvenes en dos etapas: entre 1988 y 1996; y de 2002 a 2010. “No hay evidencia de cambios sustancias en el comportamiento sexual que sostenga la propuesta de una nueva y penetrante “cultura del ligue” entre estudiantes contemporáneos.

En 2010 la autora Caitlin Falanagan escribió que las mujeres “renuentemente sobrevivimos” la cultura del ligue, un punto de vista reforzado por varias publicaciones conservadoras. En 2012 Flanagan añadió: “Los hombres tienen todas las cartas y las mujeres se aguantan porque ahora es demasiado tarde… No tienen opción”. Lo cierto es que existe muy poca información de rigor que sostenga esta información. Aquí tengo que editorializar un poco, y la verdad es que yo me considero una mujer grandecita y en perfecto control de mis decisiones de vida; responsable de sus consecuencias y sin necesidad de que nadie me compadezca por lo que resulte de interacción con un hombre bajo el lamentable adjetivo de “pobrecita” sólo porque soy del genero femenino. Apoyar este tipo de nociones es lo mismo que perdurar el terrible paradigma del “sexo débil” (¡ya me volví a enojar!).

Somos retratados como hedonistas, navegando de pareja en pareja y nunca sentando cabeza, pero una reciente encuesta de Gallup encontró que el 95% de las personas entre 18 y 35 años quieren casarse, simplemente se están tomando más tiempo para hacerlo. Dado que la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida es una decisión bastante importante, esperar lo suficiente por esa persona parece la acción responsable.