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2×1: Pacific Rim, Monstruos de la cuenca

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Bestias mecánicas El pop japonés ha permeado nuestro país desde hace años. La infiltración llegó a través de las caricaturas […]
2×1: Pacific Rim, Monstruos de la cuenca
Bestias mecánicas
El pop japonés ha permeado nuestro país desde hace años. La infiltración llegó a través de las caricaturas y series fantásticas. Generaciones anteriores a las que ahora tenemos treinta disfrutaron de Ultraman y su continuación Ultraseven, entre muchos otros. Estos eran una especie de superhéroes que combatían monstruos gigantes en un Tokio de maqueta. La candidez de esos años ayudaba a que los niños no exigieran efectos especiales más elaborados.
 
Luego vendría Señorita Cometa y los primeros atisbos de una sexualidad que en la gazmoña sociedad mexicana era negada; pero ahí estaba el desenfado oriental con sus mujeres de piernas largas y Takeshi y Koji asomándose por las faldas de su cuidadora. Claro, también aparecería Mazinger Z y su Barón Ashler (o Ashura) con su sexualidad dividida, las bestias mecánicas del Doctor Hell (o Infierno), el Conde decapitado y su cabeza voladora y nuestro héroe adolescente, misógino y ególatra, Koji Kabuto. Kabuto, huérfano de un genio, tendría que pilotear un enorme robot para defender incontables veces a Tokio y al centro de investigaciones fotónicas.
 
En los noventa aparecerían Robotech, la telenovela espacial en el que la civilización humana crece gracias a la protocultura, tecnología heredada por los mismo extraterrestres que nos querían exterminar. Poco después apareció Evangelion, estupenda serie con la legión de fans from hell más puristas que ninguna otra. Además de Voltron, Caballeros del Zodiaco y muchas caricaturas más.
 
A decir de Guillermo del Toro, quien visitó la Ciudad de México el pasado 2 de julio para la premier mundial de su película, de todo esto se alimento para crear Titanes del pacífico. Las preguntas en la ruedas de prensa que ofreció giraron en torno a la inclusión de algún guiño mexicano. Del Toro contestó que la creación de un Jaegers latino o mexicano se quedó sólo en el papel debido a la presión del tiempo. También aclaró que le ofreció un papel a Demian Bichir el cual rechazó al no interesarle el personaje.

Una franquicia desde cero
La apuesta del director mexicano es arriesgada. Esta, su primera película de gran presupuesto (Hellboy II costo cien millones menos), no está basada en nada previo, no hay un comic, serie o actor que asegure la entrada en taquillas. Es más, el género Mecha, como se le llama a las historias de robots gigantes en Japón, sigue vigente únicamente en el oriente. Así que crear de la nada una franquicia es en sí un atrevimiento que la prensa norteamericana no perdonó. The Hollywood Reporter, Variety entro otras revistas especializadas auguran un sonado fracaso sólo comparable a la segunda y tercera parte de Transformes o cosas infames como Battleship.
 
Sin embargo Del Toro y la producción han respondido con spots ingeniosos como el que protagoniza Ron Perlman, con un comic que cuenta cosas previas de la película y la promesa de una segunda parte y un manga hecho en Japón.

Problemas mundiales
Titanes del Pacífico narra una invasión de monstruos extraterrestres gigantes que llegan a través de una falla tectónica en el océano. Ante esta amenaza los gobiernos del mundo deciden unirse y crear el programa Jaegers, que consiste en robots gigantes que eliminan a las bestias extraterrestres. De todo esto nos enteramos apenas han pasado diez minutos de la proyección. Hasta ahí pareciera un blockbuster tradicional en el que los buenos al final acabaran venciendo al temible invasor, sin embargo Del Toro rápidamente se aleja de los lugares comunes aunque conserva algunos. De entrada elimina el patriotismo norteamericano desechando cualquier discurso nacionalista. Pese a que el personaje principal es un joven rubio del medio oeste (Charlie Hunnam), el verdadero héroe es el conjunto. Los robots tiene la característica especial que necesitan ser tripulados por dos personas, lo cual diluye la fábula del vaquero solitario. Cosa curiosa, todos los personajes tienen una contraparte que los complementan.
 
Los ecos a la realidad están presentes. Las Naciones Unidas de ese hipotético futuro quieren construir un muro para contener a los inmigrantes espaciales, que obviamente no funciona pero sí cobra vidas. Los personajes superan con creces los estereotipos desarrollando una profundidad poco vista en otras cintas de acción, claro sin llegar a ser un drama existencialista.
 
En las escenas de acción no nos sentimos superados por los efectos especiales, como si sucede en las cintas de Michael Bay o en el vértigo de Los vengadores donde no sabemos qué está pasando, que personaje muere o vive.
 
Lo que crea Guillermo Del Toro es un universo listo para ser tomado y enriquecido.

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Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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