“Los homenajes suenan a epitafio”: Óscar Chávez

Oscar Chávez trae pilas inagotables. Su voz no se cansa a pesar de haber cantado en muchos escenarios importantes. Y va para largo. En ese andar, aprecia cómo generaciones y generaciones se hacen admiradores de su música, quienes ya ven esta presentación como una costumbre. “Siempre lo digo, ya le estoy cantando a los nietos de mi generación. Afortunadamente ya llevamos 16 años haciendo el concierto en el Auditorio Nacional, que bueno que se vea como una tradición”. No deja de sorprenderle la vigencia de sus canciones  y de su estilo, “a pesar del bombardeo de contenido que sufrimos todos los mexicanos por las radiodifusoras, las televisoras y las disqueras, la música tradicional, de alguna manera, se defiende por sí misma”. 

 

Cosas nuevas habrá como siempre que se presenta en el auditorio. Oscar Chávez ha compartido el escenario con grandes músicos y en este concierto no será distinto, “en esta presentación participarán Los Morales y otro grupo que organiza Rosino Serrano, el pianista. Con la Sonora Santanera hice un par de conciertos, con Jaime López, otro; en algún momento con la Marimba Nandayapa. Siempre trato de proponer alguna cosa nueva; no siempre le atinas pero son los riesgos de ofrecer novedades.”

Sobre su carrera como actor, cuenta que a pesar de que no filmó mucho hubo algunas películas en las cuales le gustó participar además de Los Caifanes. “Hice cosas interesantes, como “El oficio más antiguo” con Luis Alcoriza; también hice una en Estados Unidos llamada “Rompe el Alba”, que se desarrolla en los años treinta y trata sobre la vida del primer locutor que hizo radio en español allá, Pedro J. González, quien era compositor y cancionero, un personaje muy interesante. Esa experiencia también fue de mi agrado”.

 

Pese el hecho de no haber actuado en muchas películas, le importa ser apreciado también como actor. Oscar Chávez afirma “como dice César Vallejo, la soledad, la lluvia, los caminos, me llevaron a dedicarme más a la canción. Hacer cine o teatro es una labor colectiva muy compleja, a veces no depende de uno, pero claro que me interesa ser reconocido como actor”. De hecho, realizó mucho trabajo de radio teatro en Radio Universidad a pesar de no haber asistido a las aulas de la UNAM.

El músico reconoce que el teatro “es la mamá de todas las artes” aunque no es fácil hacerlo. También lamenta la situación en la que se encuentra el teatro mexicano hoy en día. “El teatro está muy abandonado en su esencia, pues se ha reducido a imitar comedias musicales de otros lados.  Emilio Carballido debería de estar en los libros de texto y en las labores de las universidades. Es triste que autores como él, quien dejó mucha obra, tan ligada a nuestra realidad, no sean autores obligados en la educación de nuestro país”.

 

Ante el supuesto de que hiciera un concierto en la Cámara de Diputados el cantautor  tendría un basto repertorio: “son demasiadas canciones, no sé. Cantaría lo que canto siempre, en todos lados. Nunca he dejado de hacerlo. Dentro de lo tradicional va implícita la canción política y siempre me quieren encasillar en ella. El canto popular, no populachero, contiene la parodia, el humor, la crítica, hasta el insulto. Esa veta la he desarrollado porque me parece importante y una herramienta que te permite decir lo que quieras”. Pero Chávez no es partidario de la ofensa directa pues afirma que es mejor cuando no se mienta la madre, sino se dicen verdades, “irte al puro insulto no tiene trascendencia. Lo interesante es hacer cosas, si te lo permite tu imaginación o intuición, que perduren y no se queden en la mentada de madre. Es muy difícil la canción política, porque no siempre le das al clavo; a veces resulta afortunado lo que dices, a veces no, pero creas polémica.” 

Confiesa que ha sido caifán desde chiquito pues toda su vida está relacionada con el Distrito Federal: “nací en Portales, crecí en Santa María la Rivera, vivo en la Roma, soy bicho de ciudad; chilango en vías de extinción. Aunque mucha gente no lo crea, soy de barrio totalmente”. Y también lo siguen reconociendo como el “Estilos” personaje que interpretó en Los Caifanes.

 

Oscar Chávez está lejos del retiro pues nunca lo ha considerado. Sólo espera tener la inteligencia para guardar silencio cuando deba: “lo único que le pido a los dioses, es tener la inteligencia de callarme el hocico a tiempo, como intérprete”. Asimismo prefiere trabajar en solitario pues no le gusta compartir responsabilidades sobre lo que hace como lobo solitario: “Lo prefiero, sí. No sé si lobo pero solitario sí”.